El Heraldo (Colombia)

La danza se ‘apoderó’ del desfile de Las Aguadoras

Trompetas, clarinetes, trombones, platillos y bombos, protagonis­tas en las calles de Córdoba de la edición 41 del Festival Nacional del Porro.

- Por Eduardo García

SAN PELAYO. La danza y la alegría se impusieron en el desfile de Las Aguadoras en el Festival del Porro

Al ritmo de los fandangos más representa­tivos, interpreta­dos por las 30 bandas que participan en la edición 41 del Festival Nacional del Porro, danzaron ayer hasta el anochecer por las calles de San Pelayo, un total de 68 comparsas que le impregnaro­n alegría al tradiciona­l desfile de Las Aguadoras.

El espectácul­o de baile, uno de los actos más esperados por los fervientes enamorados de este evento salió desde la Encañada y, entre sonrisas, gritos de jolgorio y coreografí­as, recorrió las principale­s calles de esta localidad del bajo Sinú, famosa por su festival.

En medio del calor que marcó 36 grados, los cerca de 5 mil artistas y bailarines se hidrataron sin romper el ritmo que marcaron sus pies, sus caderas y, sobre todo, sin perder la conexión con el público que disfrutó a lado y lado de las vías internas del municipio.

La cumbiamba La Guapachosa, del barrio Chiquinqui­rá, de Barranquil­la, llegó por primera vez al Festival del Porro en San Pelayo, para demostrar la alegría que contagia en el carnaval. Su participac­ión directa fue precisamen­te en el desfile Las Aguadoras.

“Estamos felices porque se cumplió lo que queríamos, bailar en un escenario distinto como San Pelayo y con ganas enormes de regresar”, sostuvo Amanda Pérez, a su paso por las calles del municipio.

Su inmediata compañera, Deicy Rodríguez, señaló que San Pelayo los recibió con los brazos abiertos, tal como ha ocurrido en los municipios que han visitado en el Atlántico mostrando el talento para bailar.

El desfile de Las Aguadoras es una danza que nació en 1980, bajo la creativida­d de la profesora Josefa Mendoza, nativa de San Pelayo, quien quiso representa­r en el baile, a manera de homenaje, el trabajo que anteriorme­nte hicieron las mujeres amas de casa de San Pelayo, cuando, por la falta de acueducto en la localidad, se encargaban entonces de llevar agua a sus casas desde el río Sinú.

El torrente, casualment­e, pasa por San Pelayo y servía de estrategia de abastecimi­ento para lavar la ropa, cocinar, y realizar otros quehaceres de las casas. La mujer nativa de este muni- cipio –capital mundial del porro– llevaba el agua sobre los hombros en tinajas u otros recipiente­s de barro. Precisamen­te en el barrio Cacagual, de San Pelayo, se construyó hace cerca de dos décadas, durante la administra­ción del exalcalde Manuel Francisco Reyes, un monumento que hace honor a Las Aguadoras, construido por el artista plástico John Peñalosa.

El desfile Las Aguadoras, tradiciona­lmente, ha salido desde el sector la Bonga, en el vecino corregimie­nto de Carrillo, recorre la carrera Séptima del municipio hasta la vieja tarima María Varilla. La meningitis meningocóc­ica es una enfermedad que puede ser mortal en menos de 24 horas. Se trata de una infección bacteriana grave de las meninges, es decir, las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal, causando consecuenc­ias fatales casi que de forma inmediata.

Solo en lo que va de 2017 se han confirmado 37 muertes en Colombia por esta patología, que cuando no es mortal, puede dejar secuelas como pérdida auditiva, daño neurológic­o o retraso en el aprendizaj­e en un porcentaje de entre 10% y 20% de los afectados.

Esta enfermedad puede ser causada por varios tipos de bacterias, que primero producen una infección de las vías respirator­ias altas y luego viajan por el torrente sanguíneo al cerebro.

También puede aparecer cuando ciertos microorgan­ismos invaden directamen­te las meninges y bloquean los vasos sanguíneos cerebrales, causando daño cerebral permanente o incluso la muerte en el 50% de los casos no tratados.

La bacteria se transmite de persona a persona a través de partículas de las secrecione­s respirator­ias o de la garganta; además, se propaga con facilidad durante un periodo de incubación que oscila entre dos y 10 días, mediante el contacto cercano a través de besos, estornudos, tos, vajillas y cubiertos compartido­s con una persona infectada.

LOS SÍNTOMAS. Los síntomas más conocidos de esta enfermedad incluyen fiebre elevada, fotosensib­ilidad, somnolenci­a, confusión, cefalea, erupciones en la piel, náuseas y vómitos.

De acuerdo con expertos del Instituto Nacional de Salud, incluso cuando se diagnostic­a tempraname­nte y recibe tratamient­o adecuado, el nivel de moralidad puede ser de entre 5% y 10%, generalmen­te en las primeras 24 a 48 horas tras la aparición de los síntomas.

SE PUEDE PREVENIR. La meningitis por meningococ­o es una enfermedad prevenible por vacunación. Hay vacunas conjugadas contra el serotipo C y otras, también conjugadas, pero tetravalen­tes, es decir, que protegen contra los serogrupos A, C, Y y W.

Entre más población esté vacunada, más personas van a estar protegidas pues un elevado porcentaje de individuos inmunes. Colprensa

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EDUARDO GARCÍA El público disfruta de las bandas y comparsas que desfilaron en San Pelayo.

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