Juventud desperdiciada
Cada vez, y ojalá sean muchas veces, que del extranjero vengo a disfrutar de lo que amo, de lo que me gusta, se me alborotan las lombrices y caigo casi que automatizado, en la terquedad ya crónica, de tratar de resolverle todos sus problemas a mi amada Curramba:
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), son once los países con mayor inversión en educación en el mundo. Por razones de espacio mencionaré solo cinco: Federación Rusa, Canadá, Japón, Israel y Estados Unidos. Más del 55% de sus habitantes cuenta con un título de educación superior. Entre el 70 y 95% han invertido estos países en la educación de sus jóvenes, sobre todo Canadá, con la más alta inversión en ciencia y tecnología. Tomaré como referencia el incidente del Estadio Metropolitano, para elucubrar sobre lo siguiente: cuando Colombia alcance tal nivel de educación, ¿seguiríamos viendo cómo sesenta mil jóvenes desperdiciados, desbordarían un estadio para ver la presentación de un futbolista? (Diez mil se quedaron afuera).
Si en cualquier estadio de los Estados Unidos caen cuatro o seis personas al vacío por el rompimiento de una baranda, la indemnización pasa del millón de dólares. Moraleja: un país donde la ley no se cumple y la educación no funciona se convierte en santuario del crimen.
¿Cuál cultura ciudadana?, ¿cuál ser pilo paga? ¿A qué pueden aspirar esos jóvenes con ese vacío existencial que les carcome los sentidos y acaban en la más lamentable improductividad del comer, dormir, defecar y dar problemas? ¿Cómo puede un país, con paz y sin ella, dejar que sus jóvenes caigan en esas expectativas inoficiosas que solo les despierta las bajas pasiones?
¿Cómo combatir la pobreza, la inseguridad y el pillaje con tanto desperdicio de jóvenes que no tienen cómo llenar sus expectativas para dar lo mejor de ellos, y terminan convertidos en una verdadera problemática social?
Coletilla: ahora dizque El Totumazo es en casi todos los barrios, y no son más que focos infectados de pobreza, porque en Colombia lo que sobra es plata, sobre todo para los congresistas, mas no para combatir la inequidad. Beto Cross Beto75@aol.com