El ajedrez de Hamburgo
Nunca se había iniciado un G-20 con tanta tensión .
Hoy termina en Hamburgo la cumbre del G-20, en medio de más interrogantes que respuestas respecto a los asuntos cruciales que preocupan al mundo. Incluso, algunos especialistas y líderes de los países que forman parte de esa especie de cónclave económico y político, han afirmado que podría ser la última reunión del famoso grupo, pues Donald Trump llegó con la única intención de dinamitarlo.
Las preguntas que gravitan son múltiples, pero obedecen a cuatro aspectos fundamentales: libre comercio o proteccionismo, cambio climático, terrorismo y globalización. En torno a estos, la cumbre pareciera enfocar sus luces hacia Estados Uni- dos, cuyo presidente mantiene posturas contrarias al espíritu que anima a los demás países involucrados, que esta vez asisten a partir de un tema central: “Forjar un mundo interconectado”.
Pero, ¿será posible avanzar hacia la interconexión global en medio de la oposición feroz al intercambio internacional de mercancías, libres de agresivas normas arancelarias y de pagos impositivos a los gobiernos? ¿Se podrá caminar más seguros hacia la prevención de las crisis económicas financieras globales mediante prácticas que, desde el gobierno, “protegen” parte de la economía nacional frente a la competencia exterior?
En teoría, los 19 países y la Unión Europea, miembros permanentes del G-20, tienen como propósito que la economía del mundo avance de manera equilibrada y para ello, además de los países invitados, permiten la presencia de los principales organismos internacionales sobre los que recae, en gran parte, la responsabilidad ante el desarrollo armonizado de los mercados mundiales. Hoy, una utopía, por supuesto; pero, sí un principio para el acercamiento al sueño que predica el ilustre profesor, Premio Nobel de economía, el estadounidense Joseph Stigltz: “uno de los legados de esta crisis será una batalla de alcance global en torno a las ideas. O mejor, en torno a qué tipo de sistema económico será capaz de traer el máximo beneficio para la mayor cantidad de gente”.
En realidad, nunca antes se había realizado una cumbre del G-20 con las tensiones con las que comenzó la de Hamburgo, ciudad natal de la canciller Ángela Merkel, anfitriona de la reunión, y quien ha mostrado serias preocupaciones que hunden sus raíces en las desconcertantes actitudes de Donald Trump. Están claras las diferencias, las cuales se ampliaron a otros líderes mundiales.