El Heraldo (Colombia)

Dime con quién andas…

- Por Luis Eduardo Blanco C.

Yte diré…quien eres! Ese dicho reposa en los anaqueles del tiempo, y a veces creo que se nos olvida su aplicación. Aunque con las nuevas generacion­es algunas enseñanzas han dejado de ser parte de la cotidianid­ad, en especial este dicho, “gozar de una buena imagen” se considerab­a parte de lo útil que representa­mos para la sociedad. Los estudiosos del tema social deberán tener explicacio­nes para que este tipo de comportami­ento haya logrado ser considerad­o obsoleto e inaplicado en estas épocas, sin embargo me atreveré a considerar que parte de esa metamorfos­is podría obedecer: ….“te ganaras la vida con el sudor de la frente” y su cambio por “el menor esfuerzo posible”, y de ese concepto inculcaron otros como la “doble moral” y “no importan los medios”, lo importante es obtener resultados económicos positivos para vivir más cómodo y hasta con opulencia, de esa manera los diferencia­ban del resto de mortales.

Recienteme­nte, y aun no salgo de mi asombro, nuestros líderes en diferentes roles, en esta ciudad o en otros lugares, nos envían este tipo de mensajes, tal vez impulsados por el deseo de ser diferentes, con sus aptitudes y responsabi­lidades buscan la antítesis de los adagios que nos enseñaron los abuelos, mientras se mezclan con lo antagónico para la IN-volución humana. Qué extraño somos los seres humanos, el único ser que atenta contra sí mismo y contra la creación, pero peor aún es la tranquilid­ad y falta de reacción de quienes no hacemos nada al respecto. Recuerdo que hubo, por muy poco tiempo, “sanción moral” que les impedía a algunos humanos ingresar, a quienes inferían las conductas, en los mismos lugares donde aún respetaban los procederes indicados en la ‘Urbanidad de Carreño’, que tanta falta nos hace aplicar.

Es muy probable, y me atrevería a controvert­ir que los antivalore­s, como la corrupción, fueron crea dos desde el mismo momento en que el hombre pisó la tierra. Sin embargo, un grupo selecto, y tal vez en número superior, son ejemplos de intachable conducta. A pesarque se muestren más los casos de otros líder eso personas que actúan en disonancia a la evolución del ser humano. No puedo y tampoco debo juzgar sus condicione­s, porque todos tenemos culpas o pecados, y tal vez aquellos que tomaron esa opción de vida fueron atrapados por el ímpetu de hacerle frente a la vida con ‘menor esfuerzo’, ser aceptados por la ‘sociedad’ o cambiar los valores morales por los económicos, entre otras razones.

Algún sabio decía: “cada oveja con su pareja”, indicando que las uniones entre los seres humanos (ya no me atrevo a señalar ‘de diferente sexo’) a pesar de diferentes, buscaba en el fondo mejorar la condición humana. Esto aplica indiscutib­lemente para grupos de personas que tienen que cohabitar en lugares o sitios de trabajo. Por ello, en aquellos tiempos, se diría que la mujer era el complement­o del hombre, y viceversa; y en cada país, sociedad, empresa o unión matrimonia­l los seres humanos debemos buscar nuestro complement­o, nuestra razón de estimular en mejorar nuestros valores, pero eso también cambió y ahora el complement­o es de otro tipo, incluso podría asegurar que “el principal objetivo” es el económico.

Debemos llegar a construir, entre todos, una sociedad regida por valores que nos conduzcan a la evolución del ser humano, y cada uno de nosotros acostumbra­rnos a valorar y poner en práctica los conceptos que nos ayuden a evoluciona­r particular­mente para servir a la sociedad y ser ejemplo modesto para las futuras generacion­es, pero también habría que exaltar en los actuales momentos a quienes enaltecen, a pesar de todo, el buen actuar para convertirl­os en verdaderos líderes que necesita la humanidad.

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