En la búsqueda...
En la búsqueda de temas para escribir, tengo de vez en cuando, por la falta de material, dificultad en hilvanar una secuencia de palabras, para que no se pase de rapidez por encima del artículo y que su lectura no contribuya a incrementar el nivel de jartera. Cada vez se necesitan nuevas fuentes de temas e información para evitar entrar a la cofradía de los articulistas ladrilludos.
Y precisamente en la tarea de analizar sobre que escribir es donde la puerca tuerce el rabo, ya que al hacerlo periódicamente se requiere de una disciplinada rutina, palabras que inexplicablemente y en forma automática asociamos con aburrimiento.
El no frecuentar los ágapes y celebraciones sociales que por cualquier motivo se realizan con mucha frecuencia y el no poder gozar con las conversaciones de nuestros taxistas (ya que hace meses y con estos trancones que a diario soportamos, quedé traumatizado cuando tuve el infortunio de ser pasajero de un ‘zapatico’ que se remontó en contravía por todo 20 de Julio), representan un hándicap en la consecución de temas de actualidad.
Sin embargo, cuento con suerte algunas veces, porque los correos electrónicos que recibo, la lectura de periódicos y revistas sobre temas varios junto con las conversaciones que entablo con extraños en las que de pato (y no de liso), meto la cuchareta en las interminables filas de supermercados, bancos y ‘Epeeses’ me actualizan del diario acontecer y terminan por remplazar mi falta de contacto con la socialité y especialmente con los taxistas que tienen la bien ganada reputación de ser la más fidedigna y actualizada fuente de información del diario vivir.
Cuando se me solicita escribir sobre el cambio climático, la reelección de Uribe, métodos esotéricos para alejar los gallinazos del aeropuerto, el proce- so de paz, el paro de maestros, el tira y jale de los políticos, la corrupción o las medidas radicales de Trump me pone a cavilar que si mi no asistencia a cocteles me estará distanciando de la realidad nacional e impidiendo cumplir con mi deber como comunicador ad hoc y de ser un responsable orientador de la opinión pública.
Para intercambiar ideas, llamé a un colega que escribe semanalmente su columna y compartimos la misma inquietud sobre la falta de temas. Su sugerencia es la de que ante todo la coja suave y baje el nivel de estrés, que vuelva a coger taxis porque a sus conductores, como fuente de inspiración, no los remplaza nadie. En cuanto al culillo de montarse en ‘zapaticos’, hay que tomarse antes un canelazo con gotas de pasiflorina. La asistencia a cocteles ojalá sea selectiva porque estar 5 horas parado oyendo hablar de la misma vaina no conduce sino a que el dolor de espalda baja se acentúe.
Por lo pronto, habrá que seguirse inspirando para que la atenta búsqueda no resulte infructuosa y se puedan generar artículos que recreen y motiven a los lectores.