“La Costa debe estar unida para trabajar por sus prioridades”
Para el nuevo presidente del Senado, el futuro de la región dependerá de la armonía con la que trabajen el sector privado y el público para definir proyectos de impacto social.
Dice que entre sus directrices al mando del legislativo está la austeridad, transparencia y contacto con la ciudadanía. “Si un senador tiene hambre, que se mande la mano al dril”.
El nuevo presidente del Senado, el barranquillero Efraín Cepeda Sarabia, habló con EL HERALDO sobre los retos del Congreso en este último periodo legislativo y la implementación del Acuerdo de Paz, la percepción de corrupción de los colombianos sobre el legislativo y la importancia de que diferentes sectores sociales del Caribe su unan para fortalecer la región.
¿Cómo se siente con su elección como nuevo presidente del Congreso?
Bueno, sin duda con el peso de la responsabilidad y la presión de no ser inferior a una circunstancia como esta. Desempeñar un cargo como este, que muchas veces es esquivo para el Caribe colombiano, es un hecho que tiene muchas responsabilidades. Mi directriz al frente del Senado es la austeridad extrema, la transparencia y un mayor contacto con la ciudadanía. Sobre la transparencia, yo he hablado con la ‘Paca’ Zuleta, directora de Colombia Compra Eficiente, para que las compras en el Senado, hasta donde se pueda, se manejen a través de esa entidad. Me parece que estamos atravesando una crisis institucional. El Congreso, como ha sido tradicional, tiene una opinión muy negativa entre los colombianos, así como los partidos políticos, la Presidencia de la República, y ahora incluso la Justicia con todos estos sucesos. Me parece que tenemos que tratar de ayudar a que, como reza la Constitución, tengamos armonía en los poderes públicos, y así comenzar a recuperar esos puntos perdidos ante la opinión pública. Lo que profundiza la democracia es que tengamos instituciones al servicio de la comunidad.
¿Cree que es exagerada la percepción de la gente de que el Congreso es uno de esos lugares donde anida la corrupción?
No me parece exagerada, y fue algo que también toqué en mi discurso de posesión el 20 de Julio. La corrupción siempre es inaceptable. Los recursos públicos son sagrados. Un país como Colombia, que está tratando de equilibrar su presupuesto por la pérdida del precio del petróleo tiene que entender que esos recursos públicos deben cuidarse más en el día a día. Lo que se va por la ve- na rota de la corrupción nos está haciendo falta para los programas de vivienda, de salud, de servicios públicos, de, cómo no, la recuperación de la Ciénaga Grande del Magdalena que se nos está muriendo en las manos. Además viene un proyecto muy importante del Fiscal General de la Nación sobre corrupción que he expresado lo vamos a poner en el orden del día. Por Constitución debemos poner primero todos los temas de la implementación de la paz, después las conciliaciones, y una vez ello termine, ese proyecto será el primero en debatir.
¿Qué balance hace de eso que en su momento se denominó la bancada costeña? Pareciera que hay sentimientos encontrados: muchos dicen que sí están haciendo por la región, pero otros no.
Luego de la ley de bancadas, donde claramente se dice que los congresistas actuamos bajo las decisiones de los partidos, no es igual esa bancada Caribe que toma decisiones libremente. Ahora, no es menos cierto que es una bancada nutrida que debe producir resultados. Muchas veces hay desarticulación entre otros sectores del Caribe colombiano con las bancadas congresionales. Yo lo que hago es una invitación a que se hagan esos encuentros que antes se sucedían entre los sectores parlamentarios, los sectores gremiales, sociales, sectores amplios, para que construyamos conjuntamente una agenda-Caribe.
¿Y cómo desatascar el tema de la Ciénaga Grande desde el Congreso?
Mediante control político vamos a concientizar a sectores del Gobierno Nacional que muchas veces no les duele lo mismo que nos duele a los caribeños. Por ejemplo, a mí me tomó mucho trabajo que el ministerio del Medio Ambiente entienda la importancia de la Ciénaga Grande. Ya vamos para el cuarto debate para que el Ministerio empiece a entender que no puede dejar morir a 300 mil pobladores y que la Ciénaga se nos está convirtiendo en un cementerio de mangles. Pero, insisto, lo que debemos es ponernos de acuerdo diferentes sectores: gremios, sectores sociales y los congresistas de la región para sacar adelante temas tan fundamentales como este de la Ciénaga.
Estamos en medio de un año electoral y los congresistas se van a centrar en su campaña. ¿Cuál va a ser su trabajo para revertir el ausentismo y que los proyectos de la paz concluyan su proceso con éxito?
Yo he venido diciendo que voy a citar muy continuamente a reunión con los voceros y con las bancadas. Que incluso los debates de control político, que son absolutamente necesarios, los enfoquemos en temas nacionales: la lucha contra la corrupción, el proceso de paz. Muchas veces hacemos unos debates eminentemente regionales en la plenaria del Senado, que se pueden hacer en Comisión y privilegiar el tiempo porque sin duda es prioritaria la implementación de la paz. Ya mantuvimos una primera reunión la semana pasada con los voceros de los partidos y con el ministro del Interior para tratar de fijar esa hoja de ruta. Si ya matamos al tigre, que fue la firma de la paz y la entrega de las armas, no le tengamos miedo al cuero que es aprobar estas normas, con las modificaciones necesarias que hemos venido haciendo.
Y cree que, dado el panorama de los partidos, como Cambio Radical por ejemplo, va a haber apoyo a los temas de paz?
A la reunión a la que acudí la semana pasada, con voceros y presidentes de partidos, se dejó en claro que no estamos hablando solamente de la coalición de gobierno, sino de algo que se ha denominado la coalición por la paz en la que no hay partidos de gobierno como el Polo o el Partido Verde, y donde también había representantes de Cambio Radical que estaban dispuestos a rodear el proceso, avanzar en la implementación. Yo vi a Cambio Radical comprometido con la implementación del Acuerdo.
Uno de los proyectos es el de las circunscripciones de paz que se aplazó en la legislatura pasada. Unos manifestaron falta de seguridad, otros han dicho que los partidos quieren participar en las mismas. ¿Qué opina?
La esencia de ese proyecto es que ni las Farc ni los partidos políticos participen en esas circunscripciones, sino que lo hagan las organizaciones de base, de campesinos. El día 20 de junio se aprobó la proposición del informe de la ponencia, que era el articulado del texto. Desde ahí se ha venido discutiendo, dejando en claro algunas cosas. Por ejemplo, que ningún excombatiente de las Farc podrá participar en ese proceso. Las circunscripciones son algo que le parece bien al Congreso. Las dudas que tenemos es si las Farc se van a apoderar de esas 16 curules. Entonces el ejercicio que venimos haciendo es buscar esas seguridades jurídicas para evitar que las Farc se apoderen de eso.
El Congreso generalmente cede a la agenda de la Presidencia. ¿Si el próximo año llega un presidente que quiere acabar con los Acuerdos, cuál será la posición del legislativo?
Yo he venido expresando que lo que los colombianos no perdonan es la incoherencia política. Si nosotros, como colectividad, hemos defendido la paz en Colombia con las Farc, animando que se culmine el proceso, creo que los colombianos no nos perdonarían un salto mortal en la otra orilla. Por lo menos Efraín Cepeda no lo hará. Yo creo en el proceso de paz en Colombia y estaré acompañándolo sea quien fuere el próximo presidente.