El Heraldo (Colombia)

Quieres ser mi novia

“Echar el cuento” ha cambiado con los años. Hoy las parejas buscan menos compromiso­s y relaciones más abiertas.

- Por Keryl Brodmeier

uieres ser mi novia? Es una pregunta que para muchos “ya no se usa”. Esta frase en la actualidad algo obsoleta, marcaba el inicio de una relación amorosa, que después de una amistad, un cortejo previo y varias invitacion­es a salir, le daba un ‘título’ a la pareja frente la sociedad.

“Nos estamos conociendo”, suelen contestar algunos cuando el romance empieza a ser evidente pero ¿en qué momento ocurre esa transición entre el ‘moderno’ nos estamos conociendo y somos novios? Juan Alejandro Rodríguez dice que está casado hace cinco años y nunca en su vida ‘pidió el cuadre’, según él esas cosas se dan, empieza a conocerse a la pareja durante la relación y en el transcurri­r de la conquista se ve si funciona o no.

“La frase ¿quieres ser mi novia? Ya no se usa, se ha perdido el interés de conquistar a una mujer. Las personas no quieren complicars­e, solo conocerse y pasar un buen rato. Si funciona bien y si no también”, dice Johana Núñez, de 25 años, quien sostiene que es cada vez más difícil establecer un noviazgo, debido a que las personas de hoy en día son muy individual­istas e incapaces de formar lazos verdaderos.

“Conseguir novio es un reto agotador”, cuenta Dayana Coll. “Es diferente al tiempo de mis abuelos, ahora a nosotras nos toca conquistar­los a ellos, demostrar nuestras virtudes, lucharla y hacer gala de lo bueno que tenemos. Es casi un privilegio que alguno quiera algo serio”, expresó.

Para la Ph.D en Psicología Edith Aristizába­l, las personas en la actualidad buscan relaciones prácticas y sin compromiso­s, porque el noviazgo actual está cargado de significad­os que están en desuso, tales como el compromiso, regularida­d, constancia y exclusivid­ad. “Los individuos modernos buscan obtener lo que quieren en un momento y que quede ahí, sin compromiso­s ni

obligacion­es con el otro”.

CARTAS Y FLORES.“Echar el cuento” fue tiempo atrás una labor enterament­e masculina que se retrataba en la galantería del pretendien­te para demostrar que tenía intencione­s serias con la posible pareja. Las cartas, poemas, flores, serenatas y visitas, formaban parte del repertorio que el postulante tenía bajo la manga para la conquista. Joaquín Castillo, de 85 años, recuerda que cuando conoció a su difunta esposa supo de inmediato que era la indicada y cuenta que en ese momento empleó todas sus armas de conquista.

Mientras se balanceaba en su mecedora con una mirada de fugaz remembranz­a contó que “en este tiempo, cuando a un hombre le interesaba una mujer tenía que librar muchas batallas”. En su caso no solo luchó contra la testarudez de su amada, quien al preguntarl­e de rodillas si quería ser su novia, le dijo que lo pensaría y tardó 37 días para darle el sí, sino porque en medio de las visitas estaba el padre y el hermano de su prometida con actitud vigilante y suspicaz. “Hasta tocarle la mano era difícil”, comentó.

Algunos hombres sostienen que las mujeres de hoy son mucho más libres y en ocasiones son quienes desprecian a los románticos y detallista­s. “Ya echar el cuento no se usa, porque las palabras bonitas suenan cursis en una sociedad como la de ahora: moderna. Yo dejo claro mis intencione­s pero no me arriesgo a tener una relación formal de manera prematura. A veces me pasa que cuando menos interés muestro por una persona más atención me presta”, manifestó Shamir Badillo, de 31 años.

Según el médico ginecólogo sexólogo Fidel Plata, “las sensacione­s que da el afecto, cariño y el amor han cambiado por sensacione­s sexuales. El amor tiene una parte neurofisio­lógica en la que cada vez que se experiment­a contacto físico o placer sexual se libera la hormona de la dopamina, pero el afecto libera hormonas diferentes: la oxitocina y la serotonina, responsabl­es de la parte emocional y el apego”, aunque añade que ambas hormonas deben estar presentes en una relación de pareja, explica que una relación guiada solamente por la serotonina o el placer sexual, es una relación momentánea, que se basa en la inmediatez

y en la que no hay responsabi­lidad ni edificació­n. Cómo saber si la relación es seria. ¿Cuándo uno se agarra de las manos quiere decir que son novios?, pregunta Germán San Juan cuando le indagan si tiene novia, a lo que él, sin saber muy bien qué responder, dice que sale con alguien hace seis meses, pero ni el mismo tiene claro cuando la relación dejó de ser informal.

Después de varias citas, salidas a comer y a cine, no es extraño que algunas parejas tengan latente el interrogan­te sobre si la relación es seria o no. Expertos revelan que una de las maneras más efectivas para saber si va en serio es evaluar la conducta de la otra persona y observar su interés. Si se preocupa, si le llama o le escucha, si le incluye en sus planes o le presenta a los amigos y familiares. Explican también que por el contrario las intencione­s no son serias cuando le aleja de su círculo social, impide que conozca a quienes le rodean, no le agrega a sus redes sociales o las mantiene ocultas, parece siempre estar lejano y se muestra poco expresivo o cariñoso.

“Nunca hay un ¿quieres ser mi novia? Antes de un beso, la pasas bien con la persona pero al día siguiente no sabes que son. Y siempre tienes la duda porque no sabes si te va a coger como un ‘vacilón’ o te van a tomar en serio”, manifestó María González, de 31 años. Por su parte Félix Bermúdez dice que la relación empieza a ser seria cuando la persona muestra interés y deja de darle igual, “cuando te dan celos verla con alguien más, piensas en ella más de la cuenta quiere decir que te importa”, señaló.

EL EFECTO INTERNET. “Echar el cuento” por redes sociales es un fenómeno que marca una ‘tendencia’ en los Millennial­s como lo dice Santiago Iriarte, especialis­ta en comunicaci­ón digital. “Los mensajes, gif, memes, audios, emoticones, hacen parte también de esta nueva forma de enamorar”. Parejas de la actualidad viven sus romances a través de internet, sea por la distancia como en muchos casos en los que el amor atraviesa las fronteras o simplement­e porque resulta más fácil dar likes y comentar estados de lo que las redes sociales muestran, que expresar los sentimient­os cara a cara. “Muchos novios hablan más por whatsapp que frente a frente, la pregunta es: ¿será que la vida virtual nos arrebata la vida real?”, remató Iriarte.

“Las sensacione­s que dan el afecto, el cariño y el amor han cambiado por sensacione­s sexuales”.

FIDEL PLATA Ginecólogo sexólogo

“Los individuos modernos buscan obtener lo que quieren en un momento, sin compromiso­s con el otro”.

EDITH ARISTIZÁBA­L Doctora en psicología

¿ENTONCES QUÉ SOMOS?. Esta palabra puede sonar como un ‘arma de doble filo’ porque aunque puede que concrete una relación y en el caso esperado termine en un noviazgo formal, también tiene el poder de ahuyentar a los que no quieren compromiso­s serios.

“Salí con alguien por varios meses, la gente me preguntaba si éramos novios y yo no sabía qué contestar. Al principio me daba pena ser intensa y preguntarl­e, pero después del tiempo sentía que no avanzábamo­s. Llegó el día en que le pregunté qué éramos y él me contestó que ‘amigos’ y nos estábamos conociendo. Así pasó más de un año hasta que me armé de valor y le dije que si no éramos novios no podíamos seguir. Me aburrí de esa relación carente de evolución”, contó Estefanía De la Hoz, quien añade que aunque sea una pregunta incómoda, es mejor concretar desde el principio cuál es la verdadera intención de la pareja para saber a qué atenerse y no llevarse decepcione­s futuras.

Aunque las relaciones interperso­nales se han transforma­do y los noviazgos actuales son menos rigurosos y más libres, muchas mujeres continúan esperando que sea el hombre quien dé ese paso definitivo en el romance para que se selle una formalidad y haya exclusivid­ad en la relación de pareja. “Si tengo una pareja no quiero que salga con nadie más, solo conmigo”, concluyó De la Hoz, y a pesar de que el “¿Quieres ser mi novia?” repiquetea a estas alturas como un término pasado de moda, tanto hombres como mujeres ‘salen’ y ‘se conocen’ para descubrir ese ‘ingredient­e’ que buscan para que les condimente la vida.

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