$1.500 millones para educación se habrían embolatado en La Guajira
Una auditoría de la Contraloría a los recursos del Sistema General de Participación advierte de los malos usos de los dineros para salud, educación y agua potable.
BOGOTÁ. Una de las situaciones que explican por qué el Gobierno Nacional intervino desde febrero pasado los recursos del Sistema General de Participaciones, SGP, de educación, salud y agua potable de La Guajira es lo hallado por los entes de control en materia de malos usos de estos dineros. EL HERALDO conoció un informe de la Contraloría en que se establece que en 2015, en La Guajira aparentemente se le pagó a personal docente y administrativo $1.500 millones menos que lo que se debía pagar, debido a que, en medio de la firma de cinco contratos a operadores indígenas, se habrían modificado los perfiles del personal, amparándose en una pretendida autonomía de pueblo ancestral.
Así lo señaló el ente de control fiscal al auditar los recursos del Sistema General de Participaciones, SGP, de la Gobernación de La Guajira durante la vigencia de 2015, cuando ejercía como gobernador José María ‘Chema’ Ballesteros.
Los resultados, presentados en un informe de 78 páginas y fechado en noviembre pasado, dan cuenta de que en ese año el departamento fue calificado por la Contraloría con un puntaje de 75,4, que corresponde a una gestión “desfavorable”.
En total fueron encontrados 33 presuntos hallazgos administrativos, 14 disciplinarios y cuatro fiscales por $1.676 millones.
CIFRAS NO CUADRAN. En el informe, el organismo revisor pone de presente que, una vez revisados los contratos 184 (con el operador wayuu Raraurayu), 185 (con Yanama), 186 (Ekirajia), 187 (Servir) y 245 (Yanama) de 2015, para la “prestación del servicio educativo” entre marzo y diciembre de 2015, más concretamente de “administración educativa y prestación de servicios”, se hallaron supuestas anomalías.
Fundamentalmente, lo encontrado en estas contrataciones es que “al revisar los salarios del personal docente y administrativo comparados con las nóminas allegadas al proceso auditor se observan diferencias entre el componente de recurso humano de los contratos y lo efectivamente pagado”.
Por ejemplo, se observó que en el contrato 185, el de mayor cuantía, se pagaron $3.529 millones, cuando debían pagarse $4.533 millones, lo que arrojó una diferencia de $1.004 millones”.
En total, esas diferencias que nota la Contraloría, suman más de $1.500 millones.
Además, precisa el ente de control fiscal que esta situación se dio porque “los perfiles del personal a contratar fueron variados por el contratista sin que mediara autorización por parte de la Gobernación” y, por ello, “se presentó la no ejecución de recursos destinados al pago de personal, los cuales quedaron a favor del contratista sin que mediara justificación contractual”.
Esto, anota el reporte, afectó la calidad de los servicios educativos prestados.
Finalmente, no encontró la auditoría que hubiera soportes documentales de ajustes de los valores a pagar ni tampoco de las gestiones para el reintegro de esos dineros.
RESPONDE GOBERNACIóN. EL HERALDO tuvo acceso a las respuestas que dio al ente de control el Departamento en su momento, en cabeza del director operativo de la Secretaría de Educación de La Guajira, Albert Meza Cerchar, en un documento fechado el 27 de octubre de 2016.
La primera la fundan en el “Decreto 2500 del 12 de julio de 2010”, que señala que “la entidad territorial deberá garantizar de manera concertada con las autoridades indígenas la atención educativa pertinente a la población indígena en el establecimiento educativo” y que la contratación
El organismo de control revisó 184 contratos firmados para prestar servicios en educación durante 10 meses de 2015.
debe hacerse con “los criterios socioculturales especiales para cada pueblo indígena”
Y en varios otros apartes señalan que se habían omitido “por error humano” la entrega de “una de las nóminas, las liquidaciones de prestaciones sociales y los transportes de los agentes de apoyo”.
CONTESTAN OPERADORES. A su vez, los operadores de la Asociación Wayuu Araurayu, la Unión Temporal Ekirajia Wakuaipa y de la Organización Indígena de La Guajira Yanama, en comunicaciones adjuntas a la de la Gobernación y fechadas también el 27 de octubre de 2016, conocidas por este diario, contestaron a la Contraloría.
Rafael Iguarán, representante legal del primer operador, afirma, por ejemplo, que “las autoridades, amparadas en su autonomía, avalan el personal a contratar conforme a sus usos y costumbres”.
John Pimienta, por parte del segundo operador, dice en otro aparte que “las autoridades tradicionales, en aplicación de su autonomía, decidieron cambiar los perfiles de los docentes”.
Y Nat Nat Iguarán, representante del tercer operador, advirtió que “no es cierto que se haya afectado la calidad de los servicios ofertados, al contrario se mejoró porque el personal que se contrató superaba en su mayoría el nivel académico de los proyectados”.
“TODO SE SUBSANó”. El exgobernador Ballesteros le dijo a este diario que esos hallazgos “ya fueron revisados por la Administración. La Contraloría hizo una visita en 2016, y tengo entendido que la Administración dio respuesta diciendo a los operadores para que entregaran dicha información a los organismos de control, subsanando estos contratos, que además tienen su interventoría”.
Agregó el exmandatario que “esos operadores que ejercen los contratos están regidos por decretos especiales, porque son comunidades indígenas”.
BALLESTEROS. ‘Chema’ Ballesteros llegó al mandato departamental en junio de 2014 y es señalado de ser ficha del también exgobernador Juan Francisco ‘Kiko’ Gómez Cerchar, condenado por seis asesinatos en la península.
Ballesteros ha sido mencionado además por posibles irregularidades en el convenio de cooperación para “aunar esfuerzos y recursos para la ejecución-investigación sobre determinantes de la carga del dengue e intervenciones para su reducción” entre la Administración departamental y la Organización Latinoamericana para el Fomento de la Ciencia y la Tecnología, Olfis, cuyos detalles reveló este medio en su momento.
RECURSOS DEL SGP, INTERVENIDOS. Desde febrero pasado, el Gobierno Nacional, a través del Consejo Nacional de Política Económica y Social, Conpes, intervino los cerca de $785.000 millones de pesos que La Guajira debía recibir: $513.000 para educación, $216.000 para salud y 56.000 para agua potable. Todos, provenientes del SGP.
Se justificó desde el Ejecutivo la medida en ese momento, en lo que respecta a la educación, porque “fueron detectadas contrataciones sin el lleno de los requisitos legales e irregularidades en el reconocimiento de horas extras a maestros y se han perdido recursos de la Nación por no reporte de información”.
Al respecto, la ministra de Educación, Yaneth Giha, dijo entonces: “Vemos un riesgo frente a la prestación de este servicio. Hemos encontrado inconsistencias en los informes financieros y tenemos gastos administrativos por encima de lo que ha sido autorizado”.