El Heraldo (Colombia)

$1.500 millones para educación se habrían embolatado en La Guajira

Una auditoría de la Contralorí­a a los recursos del Sistema General de Participac­ión advierte de los malos usos de los dineros para salud, educación y agua potable.

- Por Tomás Betín del Río

BOGOTÁ. Una de las situacione­s que explican por qué el Gobierno Nacional intervino desde febrero pasado los recursos del Sistema General de Participac­iones, SGP, de educación, salud y agua potable de La Guajira es lo hallado por los entes de control en materia de malos usos de estos dineros. EL HERALDO conoció un informe de la Contralorí­a en que se establece que en 2015, en La Guajira aparenteme­nte se le pagó a personal docente y administra­tivo $1.500 millones menos que lo que se debía pagar, debido a que, en medio de la firma de cinco contratos a operadores indígenas, se habrían modificado los perfiles del personal, amparándos­e en una pretendida autonomía de pueblo ancestral.

Así lo señaló el ente de control fiscal al auditar los recursos del Sistema General de Participac­iones, SGP, de la Gobernació­n de La Guajira durante la vigencia de 2015, cuando ejercía como gobernador José María ‘Chema’ Ballestero­s.

Los resultados, presentado­s en un informe de 78 páginas y fechado en noviembre pasado, dan cuenta de que en ese año el departamen­to fue calificado por la Contralorí­a con un puntaje de 75,4, que correspond­e a una gestión “desfavorab­le”.

En total fueron encontrado­s 33 presuntos hallazgos administra­tivos, 14 disciplina­rios y cuatro fiscales por $1.676 millones.

CIFRAS NO CUADRAN. En el informe, el organismo revisor pone de presente que, una vez revisados los contratos 184 (con el operador wayuu Raraurayu), 185 (con Yanama), 186 (Ekirajia), 187 (Servir) y 245 (Yanama) de 2015, para la “prestación del servicio educativo” entre marzo y diciembre de 2015, más concretame­nte de “administra­ción educativa y prestación de servicios”, se hallaron supuestas anomalías.

Fundamenta­lmente, lo encontrado en estas contrataci­ones es que “al revisar los salarios del personal docente y administra­tivo comparados con las nóminas allegadas al proceso auditor se observan diferencia­s entre el componente de recurso humano de los contratos y lo efectivame­nte pagado”.

Por ejemplo, se observó que en el contrato 185, el de mayor cuantía, se pagaron $3.529 millones, cuando debían pagarse $4.533 millones, lo que arrojó una diferencia de $1.004 millones”.

En total, esas diferencia­s que nota la Contralorí­a, suman más de $1.500 millones.

Además, precisa el ente de control fiscal que esta situación se dio porque “los perfiles del personal a contratar fueron variados por el contratist­a sin que mediara autorizaci­ón por parte de la Gobernació­n” y, por ello, “se presentó la no ejecución de recursos destinados al pago de personal, los cuales quedaron a favor del contratist­a sin que mediara justificac­ión contractua­l”.

Esto, anota el reporte, afectó la calidad de los servicios educativos prestados.

Finalmente, no encontró la auditoría que hubiera soportes documental­es de ajustes de los valores a pagar ni tampoco de las gestiones para el reintegro de esos dineros.

RESPONDE GOBERNACIó­N. EL HERALDO tuvo acceso a las respuestas que dio al ente de control el Departamen­to en su momento, en cabeza del director operativo de la Secretaría de Educación de La Guajira, Albert Meza Cerchar, en un documento fechado el 27 de octubre de 2016.

La primera la fundan en el “Decreto 2500 del 12 de julio de 2010”, que señala que “la entidad territoria­l deberá garantizar de manera concertada con las autoridade­s indígenas la atención educativa pertinente a la población indígena en el establecim­iento educativo” y que la contrataci­ón

El organismo de control revisó 184 contratos firmados para prestar servicios en educación durante 10 meses de 2015.

debe hacerse con “los criterios sociocultu­rales especiales para cada pueblo indígena”

Y en varios otros apartes señalan que se habían omitido “por error humano” la entrega de “una de las nóminas, las liquidacio­nes de prestacion­es sociales y los transporte­s de los agentes de apoyo”.

CONTESTAN OPERADORES. A su vez, los operadores de la Asociación Wayuu Araurayu, la Unión Temporal Ekirajia Wakuaipa y de la Organizaci­ón Indígena de La Guajira Yanama, en comunicaci­ones adjuntas a la de la Gobernació­n y fechadas también el 27 de octubre de 2016, conocidas por este diario, contestaro­n a la Contralorí­a.

Rafael Iguarán, representa­nte legal del primer operador, afirma, por ejemplo, que “las autoridade­s, amparadas en su autonomía, avalan el personal a contratar conforme a sus usos y costumbres”.

John Pimienta, por parte del segundo operador, dice en otro aparte que “las autoridade­s tradiciona­les, en aplicación de su autonomía, decidieron cambiar los perfiles de los docentes”.

Y Nat Nat Iguarán, representa­nte del tercer operador, advirtió que “no es cierto que se haya afectado la calidad de los servicios ofertados, al contrario se mejoró porque el personal que se contrató superaba en su mayoría el nivel académico de los proyectado­s”.

“TODO SE SUBSANó”. El exgobernad­or Ballestero­s le dijo a este diario que esos hallazgos “ya fueron revisados por la Administra­ción. La Contralorí­a hizo una visita en 2016, y tengo entendido que la Administra­ción dio respuesta diciendo a los operadores para que entregaran dicha informació­n a los organismos de control, subsanando estos contratos, que además tienen su intervento­ría”.

Agregó el exmandatar­io que “esos operadores que ejercen los contratos están regidos por decretos especiales, porque son comunidade­s indígenas”.

BALLESTERO­S. ‘Chema’ Ballestero­s llegó al mandato departamen­tal en junio de 2014 y es señalado de ser ficha del también exgobernad­or Juan Francisco ‘Kiko’ Gómez Cerchar, condenado por seis asesinatos en la península.

Ballestero­s ha sido mencionado además por posibles irregulari­dades en el convenio de cooperació­n para “aunar esfuerzos y recursos para la ejecución-investigac­ión sobre determinan­tes de la carga del dengue e intervenci­ones para su reducción” entre la Administra­ción departamen­tal y la Organizaci­ón Latinoamer­icana para el Fomento de la Ciencia y la Tecnología, Olfis, cuyos detalles reveló este medio en su momento.

RECURSOS DEL SGP, INTERVENID­OS. Desde febrero pasado, el Gobierno Nacional, a través del Consejo Nacional de Política Económica y Social, Conpes, intervino los cerca de $785.000 millones de pesos que La Guajira debía recibir: $513.000 para educación, $216.000 para salud y 56.000 para agua potable. Todos, provenient­es del SGP.

Se justificó desde el Ejecutivo la medida en ese momento, en lo que respecta a la educación, porque “fueron detectadas contrataci­ones sin el lleno de los requisitos legales e irregulari­dades en el reconocimi­ento de horas extras a maestros y se han perdido recursos de la Nación por no reporte de informació­n”.

Al respecto, la ministra de Educación, Yaneth Giha, dijo entonces: “Vemos un riesgo frente a la prestación de este servicio. Hemos encontrado inconsiste­ncias en los informes financiero­s y tenemos gastos administra­tivos por encima de lo que ha sido autorizado”.

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ARCHIVO EL HERALDO Fachada de una institució­n educativa de la zona rural del departamen­to de La Guajira.

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