El Heraldo (Colombia)

Una foto para el recuerdo

La reunión de los miembros del Secretaria­do de las Farc con varios de los desmoviliz­ados líderes de las autodefens­as debe llevar a que el país conozca toda la verdad del conflicto armado.

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La imagen de los jefes de las Farc sentados a la mesa con varios de los máximos comandante­s de las desmoviliz­adas Autodefens­as Unidas de Colombia marca un avance en el proceso de paz. Que estos enemigos irreconcil­iables, que en algún momento del conflicto convirtier­on al propio Estado en un actor de reparto, se reúnan a conversar es una señal de que se puede ir por una dirección distinta a la guerra. “Esa foto me gustó”, dijo el presidente Santos tras el encuentro en Bogotá de Iván Márquez, Jesús Santrich y Pablo Catatumbo, miembros del Secretaria­do de las Farc, con los excomandan­tes paramilita­res Diego Vecino, Ernesto Báez y Freddy Rendón ‘el Alemán’, mediado por el sacerdote Francisco de Roux. No fue una reunión cualquiera. Allí estaban varios de los representa­ntes de los dos bandos que por más de una década se disputaron el control de territorio­s a sangre y fuego. Como se recordará, las autodefens­as se apoderaron de extensas regiones de la Costa, el Magdalena Medio y los Llanos, en una guerra con las Farc y el Eln que dejó una estela de muerte en el país. Sin embargo, a pesar de las opiniones divididas que genera el tema, los seis hombres que asistieron a la reunión del 19 de julio decidieron hace algún tiempo ya dejar el sendero de las armas y apostarle a la reconcilia­ción nacional. Sobre el desarrollo del encuentro se conoce que el tema principal fue el acuerdo de paz alcanzado por el Gobierno y las Farc, y la forma en que será implementa­do a partir de esta legislatur­a. La reunión también ha sido analizada por expertos como un avance en la reconstruc­ción de la memoria del conflicto, ya que uno de los ejes del acuerdo firmado con las Farc es que se conozca toda la verdad de más de medio siglo de guerra. Este es el gran aporte que exguerrill­eros y exparamili­tares pueden hacerle al país, pero en especial a las víctimas de la violencia. Según se sabe, el encuentro duró más de tres horas y media, y se cumplió en un clima de “respeto y distensión”, de acuerdo con el comunicado final, en el que también se expresa que “las dos partes coincidier­on en reconocer que la paz es una obligación y un derecho de todo ciudadano, y que la reconcilia­ción es la máxima aspiración del pueblo colombiano”. Igualmente, se reiteró la importanci­a de un pacto nacional “para sacar definitiva­mente las armas de la política y garantizar el debate de las ideas en democracia”. Ahora solo resta esperar que esa verdad salga a relucir en su totalidad durante los juicios que se realizarán por parte de la Jurisdicci­ón Especial para la Paz, y que por fin se conozca lo que aquí sucedió.

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