Barrera cae en Japón
Con un nocaut técnico en el noveno asalto, el cordobés perdió ante el campeón mundial minimosca, Ryoichi Taguchi.
TOKIO. El colombiano Robert Barrera fracasó en su intento por coronarse campeón mundial minimosca de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) al perder ante el defensor del título, el japonés Ryoichi Taguchi, por nocaut técnico en el noveno asalto, ayer en horas de la madrugada en el Ota-City Gym, en Tokio (Japón).
El combate resultó parejo en los primeros asaltos y el cordobés alcanzó a hacerle daño con sus manos al nipón, pero poco a poco el local fue inclinando la balanza a su favor y terminó llevándose la victoria en su sexta defensa del fajón ecuménico.
Barrera, miembro de una dinastía de boxeadores de la que hacen parte sus hermanos Ronald y Miguel, victorias, 12 por la vía del sueño y dos derrotas es el nuevo registro del pegador colombiano Robert Barrera.
y su prima Enis Pacheco, buscaba por primera vez la consagración mundialista.
“Me dolía la pierna derecha por un calambre y todavía me duele. Me iba sintiendo bien, pero el dolor en la pantorrilla hacía que me fuera a las cuerdas. Me sorprendí cuando detuvieron la pelea porque me quedé parado en la cuerda; nunca pensé que el referí me iba a parar la pelea”, afirmó Barrera en conferencia de prensa tras el combate.
El integrante de la cuerda Cuadrilátero, dirigida por Sergio Chams, ahora suma en su récord dos derrotas, 18 victorias, 12 por nocauts y ningún empate.
Con Barrera, además de Chams, viajó su entrenador Álvaro Mercado y el púgil Darleys Pérez. Viejos e íntimos amigos nuestros nos preguntan que cuál era la razón que determinaba en mi caso una amplísima admiración por el pitcher Carlos ‘Petaca’ Rodríguez, y la mejor manera de contestar pronto y sin extensiones sobre la personalidad de ‘Petaca’, les decíamos que era el lanzador más inteligente que yo hubiera conocido en Colombia.
Pocos saben que él vino de Cartagena hacia nuestra ciudad cuando había abandonado un poco los 18 años. Con esa edad tempranera, el tirador cartagenero se batía con variada fortuna en nuestro béisbol. Por esta permanencia de ‘Petaca’ en Barranquilla, que llegó a casi dos años, para luego volver a su terruño nativo, él conocía a todos los peloteros del Atlántico, pero especialmente a los lanzadores que eran sus colegas.
Por eso, cuando el ‘Zurdo’ Pérez lo abordó en el equipo colombiano que actuaría a nombre del país en los quintos Juegos Centroamericanos y del Caribe, ‘Petaca’ montó en cólera y fueron los dos directamente a la portería de cumplimiento. Ya contamos anteriormente el violento empujón que ‘Petaca’ le dio al portero y luego metió al ‘Zurdo’ Pérez mientras el portero gritaba pidiendo un policía. ‘Petaca’ introdujo al ‘Zurdo’ en el dugout de Colombia, para ver si había funcionario que intentara sacarlo de allí.
No hay colombiano de 50 años para arriba que no sepa que ‘Petaca’ le colgó 9-0 a Cuba en el primer partido de aquellos Centroamericanos y del Caribe de 1945. Ya anteriormente había mostrado su clase y sus facultades serpentineras cuando llegó a Barranquilla el equipo venezolano que conquistaba el título de aquella justa deportiva. Infortunadamente un fuerte aguacero acabó con el partido, pero lo dejó habilitado porque la naturaleza jugó con ese partido, suspendiéndolo en el sexto
con lo cual, la victoria del equipo colombiano se mantuvo incólume.
De ‘Petaca’, otros lanzadores colombianos admiraban bastante sus éxitos en la lomita de las bolas y los strikes porque de verdad tenía muchos de los atributos que deben tener los serpentineros, pero no en cuantías respetables. En puridad de verdad, ‘Petaca’ no tenía la velocidad de otros lanzadores; ni disfrutaba de curvas que lo sacaran muy avante en situaciones comprometidas y su control –que era bastante bueno– era quizás lo más notable que tenía en su repertorio.
¿‘Petaca’ pudo ser el primer grandesligas colombiano? Seguro que sí, pero de haberse interesado él en ese camino de espinas. Y fue una lástima grande su despreocupación por alcanzar algún día su ingreso a las Mayores, pero así fue su historia. No era un pelotero obsesionado por ingresar al béisbol organizado. Lo habría hecho si un amigo suyo de tantos dirigentes como tenía el béisbol colombiano se hubiese interesado también en conseguir que fuera a una categoría inferior, para de allí partir hacia arriba. Solo sabemos que los
colombianos que están en Grandes Ligas no mostraban la clase estelar que adornaba a ‘Petaca’ Rodríguez. Y no digamos más, que más para qué decir.