Raperos cartageneros
ponen a bailar a los turistas
Unos 30 jóvenes le huyen a la violencia y las pandillas de la zona suroriental para cantarle a la vida y ganarse el sustento diario en el centro Histórico de Cartagena. De allá, de los extramuros de la ciudad, de barrios como La Quinta, El Líbano, La Candelaria o La Esperanza salen a dar sus mejores números a una zona que se asombra al verlos llegar.
Las rimas y el buen ‘flow’ se convierten para estos muchachos en el ritmo con el que atraen a cientos de turistas que disfrutan y pasan un rato agradable mientras caminan por las callecitas de la Heroica.
En un fin de semana de intenso trabajo, una pareja de muchachos logra hacerse a un capital cercano a los 800 mil pesos. Esto es, laborando casi que, sin descanso, desde las 5:00 de la tarde, hasta las primeras horas del siguiente día.
La música de cuerda de los tradicionales tríos, del eco de los cascos de los caballos cocheros que suenan incesantemente en las calles y el músico que toca una melodía de jazz con su saxofón, se mezclan con el ritmo de estos muchachos que, con sus cortes, sus pintas y su manera de hablar, se roban el show y las miradas de los visitantes.
La jornada es extenuante, pero la realizan sabiendo que, en sus hogares, ubicados en las zonas deprimidas de la ciudad, existe la necesidad de llegar con el dinero para colaborar con el pago de uno que otro servicio, la comida, su ropa y los buenos ‘pisos’ que son los que más lucen con orgullo.
Cuando el trabajo comienza para estos muchachos parece que atrás quedaran sus frustraciones y los desencantos de una zona que ha sido relegada y olvidada por años. Los turistas jamás se enteran de los problemas que los agobian, pues parecen tener claro aquello de que la ropa sucia se lava en sus humildes casas.
La dinámica de su labor, aunque es informal, es apreciada por algunos visitantes que aprecian el arte popular y terminan admirando a estos aventureros que durante las noches hacen brillar su propia estrella. Las calles se transforman en escenarios que no se cansan de escuchar las pistas que retumban en aquellas deterioradas máquinas sonoras que cuelgan de sus hombros y que cuestan en San Andresito unos 150.000 pesos.
Ya sea Efraín Torres Tovar, ‘Miguelito’, la Nota del Rap; el Sami Cadena o Luis David Salazar, el ‘Bro’, cada uno construye un nombre artístico con el que será reconocido por sus compañeros al igual que el talento y sus condiciones para la música.
Las parejas se arman de acuerdo con la persona que cada uno se sienta bien. Y mientras se trabaja la idea es hacer disfrutar al máximo a su ‘auditorio’ y una vez concluye su presentación deciden respaldarlos con un dinero que no dudan en sacar cuando el número ha logrado colmar las expectativas de los viajeros.
LE RAPEARON A POGBA. A las 4:30 de la tarde, en un fin de semana de junio, Jorge Movilla y John Breily comenzaron su jornada de trabajo, como de costumbre. A la cita en San Diego ambos llegaron muy puntuales. Luego de un recorrido durante media hora por las calles de la ciudad vieron que de un callejón cerca de Santo Domingo salían dos hombres negros con varios guardaespaldas.
Además de la música otra gran pasión de John es el fútbol y no tardó en reconocer a la gran figura de la Juventus y del Manchester United, Paul Pogba. Ambos corrieron de inmediato a rapearle a la estrella del balompié internacional. Los guardaespaldas intentaron oponerse; sin embargo, Pogba los dejó y luego de sacar su celular comenzó a grabar un video con estos muchachos. Una sonrisa de oreja a oreja les daba su aprobación.
“Te voy a decir porque aquí nos montamos en la pista, aquí tenemos al mejor futbolista. Porque tú sabes del momento y para atrás, Pogba aquí va a bailar”, comenzó rapeando Jorge y la gente se iba aglutinando, caminando rumbo al hotel Santa Clara, donde se pasó unos días de vacaciones el futbolista mientras se preparaba el juego amistoso con Juan Guillermo Cuadrado en Medellín.
“Yo tengo tu porshe Pogba, te luce bastante el corte. Y aquí vamos con el líder pero apoyamos también a James Rodríguez. Oye Pogba bienvenido a Cartagena, esto es Free style y nos corre por las venas”, continuaron los raperos mientras caminaban rumbo al hotel y al momento que llegaron, el futbolista le dio la orden a uno de los guardaespaldas que les diera un billete de 100 dólares.
Todo parecería indicar que ese día coronaron. Sin embargo, el escolta les dijo que no tenía el dinero en sus bolsillos y que cuando volvieran a salir les daba el billete. Y aunque nunca les dieron la plata, para ellos fue todo un logro haberle rapeado a este gran futbolista en las calles de la ciudad y que hayan logrado llamar su atención. De la misma manera, recordaron que durante el mismo mes de junio tuvieron la oportunidad de rapearle a Juan Guillermo Cuadrado, a David Ospina y James Rodríguez quien, según ellos, se portó repelente pues salió corriendo cuando los vio que iban hacia él.
DE LOS EXTRAMUROS A GRABAR. La gran ilusión para muchos de estos muchachos es poder grabar sus éxitos, sus composiciones y saber que el resto escucha sus cantos. Heisser Sánchez Torres, uno de los tantos raperos que habitan en Petare, allí en las faldas de La Popa, fue uno de los afortunados. A diferencia de sus compañeros, él no se rebusca en el centro.
Angélica Rebolledo Pájaro, gestora cultural, sostiene que, gracias a las becas Estímulos del Ministerio de Cultura, este artista va a grabar dos canciones en Audiovisión Bogotá a finales del mes de agosto. Sus canciones son de rap consciencia compuestas por él. Una de ellas se titula ‘No a las drogas’ y la otra ‘Amo a mi nación’. El trabajo lo ha venido haciendo Sánchez Torres con los muchachos de su sector.
Rebolledo Pájaro recuerda que, en un comienzo, las letras de las canciones de estos muchachos eran ofensivas hacia las mujeres y, tras un trabajo con ellos, se logró cambiar la manera de ver la vida y sus composiciones.
El año pasado, un grupo de 15 jóvenes fue invitado a un evento en la Cooperación Española denominado Palentura, que fue la unión entre Palenque y Buenaventura, donde comenzaron a instruirse sobre la vida y obra de Candelario Obeso, el precursor de la poesía negra en América nacido en Mompox.
En la medida en que estos jóvenes se han instruido, asegura Angélica, han logrado transformar y enriquecer sus letras. Para ellos, pese a la dificultad, leer y prepararse ha sido fundamental para poder entender que en la vida se puede trascender y marcar la vida de los demás.