La Guajira se prepara para la ‘operación dátil’
Este es el sueño que los guajiros quieren cumplir, con el cultivo de la planta, con la que esperan solucionar varias de sus problemáticas.
Mi sueño es pintar a La Guajira de verde”, expresa el ingeniero agrólogo guajiro Carlos Frías Gil, quien fue uno de los primeros en proponer la siembra del dátil, para la solución de muchos de los problemas que hoy aquejan al Departamento.
En 1978 fue uno de los gestores del libro ‘Estudio de suelos de la Alta y Media Guajira’, del Instituto Agustín Codazzi, donde trabajó durante muchos años, después de haber llegado de Israel donde hizo su especialización en suelos, especialmente en tierras áridas.
A sus 80 años, el ingeniero Frías renovó ese sueño con la visita de un grupo de 10 israelíes de la empresa BSW Group, quienes recorrieron unas 15 comunidades en La Guajira, para diseñar un proyecto en el cual se implementen sistemas productivos con base en especies nativas, de las áreas semidesérticas que impacten y mejoren la economía tradicional.
Aunque el principal objetivo es trabajar en seguridad alimentaria en función de lo que provea el territorio, se evaluarán la posibilidad de introducir la palma de Dátil y la oliva.
Esta idea la tuvo Frías, quien junto a un grupo de personas, conformó en el 2008 la Fundación Datilera pro rehabilitación de zonas áridas y semiáridas Fundaprozar. Uno de los objetivos era precisamente la promoción y explotación del cultivo de palma datilera en el norte de La Guajira.
Esto con base en estudios que realizaron en los que se concluyó que esta palma tiene unas características fisiológicas que le permiten crecer en ambientes desérticos, con altas temperaturas e intensa radiación solar, baja humedad relativa, suelos infértiles y aguas de riego salobres.
Los misioneros capuchinos italianos ya habían traído esta planta desde hace varias décadas al territorio guajiro en donde aún existen palmas datileras de gran crecimiento vegetativo que fructifican anualmente, especialmente en el municipio de Manaure.
El hoy gobernador encargado de La Guajira, el antropólogo Weildler Guerra Curvelo, también insistió mucho en el tema, en cada espacio académico en el que participaba. Según explica, “el establecimiento de plantaciones en pequeña escala de palma datilera en el norte de la Guajira podría generar, en el mediano plazo, un importante mejoramiento de los ingresos de las familias indígenas wayuu pues se tendrían diversos productos con alto potencial de exportación”.
Asegura que no se trata en este caso de enajenar grandes extensiones de tierra en favor de empresas agroindustriales foráneas, que podrían terminar desplazando a los nativos, sino de fortalecer las huertas tradicionales guajiras con la introducción de un cultivo que no es incompatible sino complementario a la propia actividad del pastoreo.
Sin embargo, esta idea fue quedando en el olvido y nunca se volvió a plantear como solución a los graves problemas de desnutrición y de desempleo que enfrentan los habitantes de este departamento.
Las administraciones locales, departamentales y nacionales, optaron por diversos planes asistencialistas, nombrados de diferente manera, dependiendo del mandatario de turno, pero que nunca pudieron solucionar definitivamente las dificultades sobre todo de las comunidades indígenas.
LO QUE HARÁN LOS ISRAELÍES. La delegación que estuvo en La Guajira está compuesta por diez personas, entre las que estaban expertos en agua, suelos, sistemas productivos agrícolas, acuicultura y pesca.
El objetivo fue hacer un acercamiento para conocer la realidad de La Guajira, las comunidades, los problemas que tienen y llevarse varias muestras de los suelos y las fuentes de agua, con el fin de hacer un análisis y proponer alternativas de soluciones integrales.
"Analizamos todo y estamos esperando la oportunidad para traerles lo mejor respecto a tecnología y soluciones a nivel mundial", afirmó Assaf Wexler, quien hizo parte de la comisión de esta empresa que tiene presencia en Asia, África y América Latina.
Agregó que “La Guajira es un territorio similar a Israel, desde su geografía, sus suelos, hasta su tamaño. Las iniciativas exitosas de allá queremos implementarlas en este departamento, que es árido como nuestro país. Sabemos la urgencia de agua y alimento, por eso proponemos la palma de Dátil, que crece en zonas áridas, no necesita mucho agua y produce un fruto delicioso, nutritivo y que se comercializa enormemente en nuestro país”.
Según los israelíes los dátiles son nutricionalmente buena fuente de carbohidratos, fibra, potasio y ciertas vitaminas y minerales, pero bajos en grasa y libres de colesterol y sodio.
Son ricos en fibra dietaria natural y antioxidantes (retrasan el proceso de en- vejecimiento), y consecuentemente como un alimento funcional debido a su alto contenido de ácidos fenólicos.
Pero además varias partes de la planta pueden usarse para la elaboración de artesanías, madera, miel, dulce, harina, licores, aceite, mermeladas y edulcorantes.
El gobernador Guerra aclara que el proyecto no es solo de dátiles sino que incluye cultivos nativos de cosecha temprana y fuentes de agua, acuicultura y cría de aves.
La delegación participó en un diálogo sobre el tema organizado por el Centro de Pensamiento Guajira360, cuyo director es Cesar Arismendi, quien afirmó que el objetivo fue permitir un encuentro técnico con investigadores de la Universidad de La Guajira y la comunidad de ingenieros agrónomos de este departamento.
Arismendi aseguró que los técnicos de Israel se comprometieron al producir un informe técnico, dar recomendaciones y estructurar un proyecto pertinente, que en su integralidad permita superar los obstáculos de la baja disponibilidad de agua en la Alta Guajira y establecer proyectos productivos con especies nativas e incorporadas.
Por su parte el biólogo y químico Jairo Rosado afirma que ninguno de los proyectos que se han planteado en La Guajira para la solución de problemas como el de la desnutrición, han prosperado porque “la academia va por un lado y los que deciden van por otro”. El también docente investigador de la Universidad de La Guajira y especialista en acuacultura y limnología –el estudio de los ecosistemas de agua dulce–, asegura que aquellos que tienen la solución en sus manos para acabar con el hambre, quienes manejan la salud, la educación y el futuro, “le tienen miedo a la academia, a lo científico y al conocimiento”.
Explica que “ellos manejan unas cifras para engañar a las personas y cuando se les plantean cifras diferentes, les da susto”.
“Aquí tenemos unos 30 frutos con proteínas tan altas como la carne, hay muchos con vitaminas, muchas más de las que traen esos que nos traen del interior del país llenos de químicos. Sin embargo, no los hemos aprovechado”, asegura.
Explicó además que los wayuu siempre han sobrevivido con sus técnicas, usando unas 60 plantas para su sostenimiento, como la patilla, el manzanillo, haciendo arepas de coa y el trupillo, entre otras.
El docente viene trabajando en Uniguajira en innovaciones tecnológicas para cultivar en pequeñas áreas sin usar suelo ni agua. También trabaja en “un estudio inmenso sobre el bosque seco y la seguridad alimentaria de los wayuu”, indicó.
“Con el cultivo de la palma datilera, las familias wayuu tendrían diversos productos con alto nivel de exportación”. “La Guajira es un territorio similar a Israel en su geografía, los suelos y hasta en el tamaño. Las iniciativas exitosas queremos implementarlas en el departamento”.