SAN LORENZO, SU OTRA PASIÓN
Aunque colecciona camisetas de equipos de fútbol, muchas de ellas obsequiadas en sus viajes, en el corazón del papa Francisco solo hay cabida para un club: su amado San Lorenzo de Almagro. Francisco es el socio número 88235N-0 del ‘Ciclón de Boedo’ y su fecha de registro es del 12 de marzo de 2008. De acuerdo con las directivas del club, paga religiosamente su cuota todos los meses mediante tarjeta débito. San Lorenzo obtuvo en 2015 la Copa Libertadores de América y muchos lo atribuyen a sus oraciones. algo más: ella había tenido la valentía de trabajar por los demás y durante su vida intensa se había subido a las mesas a dar conferencias políticas y a liderar grupos de Acción Católica sin desfallecer.
“El sudario no tiene bolsillos”, escribió, entre muchas otras cosas, para que el entonces sacerdote no olvidara que debía ser humilde y desestimar los bienes materiales. Bergoglio, con el testamento guardado
En cuatro años ha impuesto en la agenda del mundo temas como la distribución de la riqueza, la justicia social y real, la modernización de las instituciones católicas y la lucha contra la pederastia. Y por si fuera poco, ha empoderado a la mujer y defendido a los ancianos, ha hablado en contra de las tentaciones del poder, se ha confesado “un pecador” como cualquiera de los comunes mortales, ha dado entrevistas a bordo de un avión y ha salido a mojarse bajo la lluvia para saludar a la gente que acude a conocerlo. Frente a los temas más álgidos, como la homosexualidad, dijo una de las frases más aleccionadoras: “¿Quién soy yo para juzgar?”.
Así, de a poco, se ha ido ganando un lugar en la historia. Todo, sin dejar de ofrecer su humildad. Quizás porque se lo pidió su abuela Rosa en el testamento que guarda consigo, y él también lo aclaró en su primer día de pontificado: “Me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres”.