Mujeres sí hay
Apesar de que somos más de la mitad de la población, historicamente las mujeres hemos tenido una escasa representación en todas las instancias públicas de poder, y particularmente en las instancias judiciales. Esto, además, suele jugar en nuestra contra, porque quien juzga no lo hace desde el vacío. Los juicios los emiten personas con vidas, cuerpos, historias, que inevitablemente entran en juego antes de una decisión judicial.
La jueza estadounidense Patricia M. Wald, ha dicho que “Ser una mujer y haber sido tratada por la sociedad como una mujer puede ser un elemento vital de la experiencia de un juez. Esa experiencia puede afectar sutilmente el lente a través del cual ella ve los problemas y las soluciones”. Esto no quiere decir que una jueza, solo por ser mujer, vaya a hacer un fallo con perspectiva de género. Solo quiere decir que es más probable, y que la historia ha dado muestra de que una mujer en un grupo de jueces puede ser decisiva para que haya justicia de género. El mejor ejemplo quizás es la jueza costarricense Elizabeth Odio Benito, “quien pidió públicamente a los fiscales del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia que incluyeran los crímenes de género en su acusación contra Dragan Nikolić, excomandante de un campo de detención bosnio serbio. Finalmente, la violación fue calificada como un crimen contra la humanidad.”
La cita viene del reciente comunicado de el GPAZ (Género en la Paz), que está haciendo veeduría ciudadana sobre la elección de jueces y juezas para la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y ha encontrado que el 40% de las personas que se presentaron y pasaron el primer filtro son mujeres y que ha lanzado la campaña #MujeresSíHay para promover paridad en la elección del la JEP. “El conflicto armado colombiano ha afectado de manera desproporcionada a las mujeres. Según la Encuesta de Prevalencia de violencia sexual en contra de las mujeres en el contexto del conflicto armado colombiano, solo entre 2010 y 2015 hubo más de 800.000 mujeres que fueron víctimas de abuso sexual. Además, el 98% de los casos han quedado en la impunidad. La JEP es una oportunidad para que las mujeres víctimas accedan a la verdad, la justicia y la reparación que merecen, para que los actores del conflicto rindan cuentas y reciban las sanciones correspondientes, y para evitar que casos como los mencionados queden en la impunidad.” reitera el comunicado del cual suscribo cada palabra.
Este es un momento clave para Colombia y debemos ser una ciudadanía crítica, despierta, y decidida a incidir en el futuro del país. Las mujeres debemos estar en estos espacios de decisión y poder, no como cuota, sino porque estamos más que calificadas para hacerlo. Por eso exijamos todas y todos paridad en el JEP. No hay excusa porque #MujeresSíHay