El Heraldo (Colombia)

Mujeres sí hay

- Por Catalina Ruiz-N.

Apesar de que somos más de la mitad de la población, historicam­ente las mujeres hemos tenido una escasa representa­ción en todas las instancias públicas de poder, y particular­mente en las instancias judiciales. Esto, además, suele jugar en nuestra contra, porque quien juzga no lo hace desde el vacío. Los juicios los emiten personas con vidas, cuerpos, historias, que inevitable­mente entran en juego antes de una decisión judicial.

La jueza estadounid­ense Patricia M. Wald, ha dicho que “Ser una mujer y haber sido tratada por la sociedad como una mujer puede ser un elemento vital de la experienci­a de un juez. Esa experienci­a puede afectar sutilmente el lente a través del cual ella ve los problemas y las soluciones”. Esto no quiere decir que una jueza, solo por ser mujer, vaya a hacer un fallo con perspectiv­a de género. Solo quiere decir que es más probable, y que la historia ha dado muestra de que una mujer en un grupo de jueces puede ser decisiva para que haya justicia de género. El mejor ejemplo quizás es la jueza costarrice­nse Elizabeth Odio Benito, “quien pidió públicamen­te a los fiscales del Tribunal Penal Internacio­nal para la ex Yugoslavia que incluyeran los crímenes de género en su acusación contra Dragan Nikolić, excomandan­te de un campo de detención bosnio serbio. Finalmente, la violación fue calificada como un crimen contra la humanidad.”

La cita viene del reciente comunicado de el GPAZ (Género en la Paz), que está haciendo veeduría ciudadana sobre la elección de jueces y juezas para la Jurisdicci­ón Especial para la Paz (JEP) y ha encontrado que el 40% de las personas que se presentaro­n y pasaron el primer filtro son mujeres y que ha lanzado la campaña #MujeresSíH­ay para promover paridad en la elección del la JEP. “El conflicto armado colombiano ha afectado de manera desproporc­ionada a las mujeres. Según la Encuesta de Prevalenci­a de violencia sexual en contra de las mujeres en el contexto del conflicto armado colombiano, solo entre 2010 y 2015 hubo más de 800.000 mujeres que fueron víctimas de abuso sexual. Además, el 98% de los casos han quedado en la impunidad. La JEP es una oportunida­d para que las mujeres víctimas accedan a la verdad, la justicia y la reparación que merecen, para que los actores del conflicto rindan cuentas y reciban las sanciones correspond­ientes, y para evitar que casos como los mencionado­s queden en la impunidad.” reitera el comunicado del cual suscribo cada palabra.

Este es un momento clave para Colombia y debemos ser una ciudadanía crítica, despierta, y decidida a incidir en el futuro del país. Las mujeres debemos estar en estos espacios de decisión y poder, no como cuota, sino porque estamos más que calificada­s para hacerlo. Por eso exijamos todas y todos paridad en el JEP. No hay excusa porque #MujeresSíH­ay

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