La muerte de Pablo Neruda
Este destacado e influyente poeta chileno, que descolló ampliamente en la poesía occidental del Siglo XX y a quien le fue otorgado el Premio Nobel de Literatura de 1971, admirado y odiado por su militancia en el Partido Comunista de su país, de un fuerte activismo político, autor de relevantes obras, como Veinte poemas de amor y una canción desesperada, los Versos del capitán, Residencia en la tierra y de otras obras no menos importantes, después de 44 años de su fallecimiento (23 de septiembre de 1973) su muerte sigue siendo un total misterio, y existen serias dudas sobre la causa de ella.
Con el golpe militar pro movido por el tristemente célebre Augusto Pinochet, la salud del poeta se agravó ya que venía padeciendo de cáncer de próstata, que para algunos fue esta la causa de su deceso; para otros, Ne ruda había sido asesinado al aplicársele una inyección letal.
Tanto ha sido la incertidumbre que ha habido al alrededor de su muerte que el Partido Comunista chileno pidió la exhumación de sus restos, con el fin de establecer si había sido envenenado.
Los resultados de unos exámenes toxicológicos, realizados en Estados Unidos, descartaron que Neruda hubiera sido envenenado y confirmaron que había fallecido de un avanzado cáncer de próstata. Sin embargo, algunos de sus familiares han insistido en que era claramente posible y altamente probable la intervención de terceros en la muerte del poeta.
A todas estas y en medio de este lleva y trae y al mejor estilo del investigador Sherlock Holmes, por estos días un grupo internacional de forenses les entregó a las autoridades del país austral sus conclusiones, afirmando que el Nobel no falleció de cáncer, que habían detectado un elemento que podría corresponder a una bacteria cultivada en laboratorio, lo que se aclararía con un estudio más profundo a la vuelta de seis meses a un año. Mientras tanto, el mundo literario y político estará expectante de los resultados concluyentes. Valmiro De la Hoz Cantillo