Reinado popular, el ‘corazón’ de las fiestas
Seis exsoberanas se reunieron para celebrar los 80 años del Reinado de la Independencia.
CARTAGENA. El 2 de noviembre de 1937 fue elegida Amira Mouthon, del barrio San Diego, como la primera reina de las Fiestas de la Independencia de Cartagena. Desde entonces son muchos los rostros que han pasado en estos 80 años del que hoy es considerado el certamen de belleza más importante y representativo de La Heroica.
Ayer, con un encuentro especial entre seis exeinas de la Independencia, el Instituto de Patrimonio y Cultura conmemoró estos 80 años, que en palabras de las mismas participantes, han cambiado la vida de muchas jóvenes cartageneras.
“El Reinado de la Independencia no solo me abrió las puertas para lograr todo lo que construí en las pasarelas y lo que estoy haciendo en la televisión, sino que se convirtió en una motivación para que en mi comunidad comprendiéramos que trabajando unidos podíamos lograr grandes cosas”, aseguró durante su intervención en el Teatro Adolfo Mejía, Yeimi Paola Vargas, reina de la Independencia en 2002, Señorita Cartagena en 2003 y Miss Internacional en 2004.
Al evento, que se llevó a cabo en el mismo escenario en donde fue escogida hace 8 décadas la primera reina de la Independencia, el Teatro Adolfo Mejía, también asistieron Escilda Diaz Vergara ganadora en 1958, María Miranda, soberana de 1968, Marly Gaitán elegida en 1987, Gisel Marín de 2007 y Wendy Almanza ganadora en 2012.
Las soberanas cartageneras estuvieron de acuerdo en que el reinado es ‘alma y corazón’ de las Fiestas de Independencia, porque son estas jóvenes de diferentes barrios de la Cartagena quienes movilizan a sus comunidades a sumarse a la celebración del 11 de noviembre.
Antes de finalizar el conversatorio, que fue titulado ‘Ochenta años del Reinado de Independencia en las voces de sus protagonistas’, las exreinas invitaron a las candidatas que buscan la corona este año a que disfruten al máximo esta experiencia, que no solo cambiará su forma de vivir las fiestas sino hasta sus propias vidas.