El Heraldo (Colombia)

Se extiende la polémica sobre acoso sexual en Hollywood

- savdieg@gmail.com GISELA SAVDIE Opinión

Sigue latente la discusión sobre abusos en la industria cinematogr­áfica.

La cantidad de comentario­s que recibí a raíz de mi previo artículo sobre el caso de abuso sexual de Harvey Weinstein y los eventos que se desencaden­aron después me hacen volver sobre el tema.

Como había mencionado, el problema no se limita al medio del entretenim­iento ni se puede adjudicar a un partido político o a una religión. Por el contrario, aqueja a todas las institucio­nes incluyendo las religiosas y políticas, que son las que menos pueden permitirse este estándar de doble moral por su responsabi­lidad hacia la comunidad.

El problema es complejo y está más arraigado de lo que parece. De hecho, los corredores de bolsa ya lo están teniendo en cuenta al recomendar inversione­s en ciertas empresas. La ventaja que se presenta con este caso es el alcance masivo por tratarse del mundo del entretenim­iento, permitiend­o, con ayuda de la prensa, que más y mas víctimas se atrevan a hablar.

El abuso sexual tiene que ver con conductas de poder y sumisión que han sido aceptadas y perpetuada­s por generacion­es, hecho que hace tan difícil su denuncia. La pena, la impotencia, la desilusión y el chantaje compran el silencio impidiendo que se haga justicia. Por eso, si se demuestra que las acusacione­s pueden ser escuchadas, como está sucediendo, habrá esperanzas de cambio.

El movimiento #metoo (#yotambién) iniciado por Alyssa Milano en Estados Unidos permitiend­o que las mujeres que han sufrido abuso se pronuncien, se hizo viral. Continuó con otro en Francia #BalanceTon­Porc (delata tu cerdo), donde los perpetrado­res son revelados con nombre propio, destacándo­se el académico Tariq Ramadan, considerad­o un líder espiritual e intelectua­l, típico ejemplo de la doble moral.

En el campo de las artes visuales, donde se usan las mismas tácticas, ofreciendo exposicion­es a cambio de favores sexuales, se redactó una carta de protesta firmada por 1.600 personas, entre las cuales están Laurie Anderson, Cristina Garrido y otros nombres conocidos. Knight Landesman, ex director de la famosa revista Artforum, tuvo que renunciar ante nueve acusacione­s.

Aunque las mujeres constituye­n la mayoría de las víctimas, el problema afecta también a hombres –sobre todo niños, otro eslabón débil y de fácil manipulaci­ón– por la represión a la homosexual­idad. El actor Anthony Rapp descubrió que Kevin Spacey, actor de la famosa serie de Netflix House of Card lo había abusado cuando tenía apenas 14 años.

En el campo de la política, las víctimas de Donald Trump se quejan de no haber sido escuchadas lo suficiente, y el expresiden­te George H.W. Bush fue denunciado cuando estando en silla de ruedas y con su esposa presente manoseó a la actriz Heather Lind, típico caso de complicida­d de la mujer, porque es un hecho que las mujeres hemos sido las más encubridor­as.

Por eso lo relevante del momento es que se está escuchando cada vez a mas víctimas, que se está superando la pena y la culpa y que se vislumbra un cambio de fondo en la industria del cine y la televisión, y esperemos que así sea en muchas más.

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