El síndrome Toyota
Un caso bastante alarmante se viene presen- tando en la ciudad de Barranquilla. Al parecer, un virus maligno y sin cura conocida hasta el momento se ha transmitido a todos los conductores de camionetas Toyota. El primer síntoma de esta penosa enfermedad es creerse Superman y mirar por encima del hombro al resto de personas. Luego viene la fase dos en l a que el i nfectado viola todas las leyes de tránsito: semáforos en rojo, no girar a la derecha, límites de velocidad o estacionamientos exclusivos para discapacitados son ignorados una y otra vez por estos seres que viven sin saber que poseen la enfermedad pero que el resto de la humanidad sufre por sus dolencias. La etapa terminal es cuando el enfermo es informado por otro conductor acerca de su aguda y crítica situación y este le responde con un –¡ Me importa un carajo, yo hago lo que se me dé la gana!–. En este punto ya no se puede hacer nada y lo mejor sería una inyección letal que le evite más sufrimiento a él y a todo su entorno. Dicho síndrome no es exclusivo de los Toyota’s owners, pero los más recientes índices de la OMS reflejan un alto porcentaje de ellos, por lo que científicos de todos los rincones del mundo investigan el origen de tan extraño caso. Amigo ciudadano, si usted se topa con alguien que sufra de este mal, lo invito a abstenerse de cruzar palabra alguna con ellos, ya que puede ser altamente peligroso para la salud. Si ya posee la enfermedad, lo invito a entrar en tratamiento y quizás con algo de ayuda pueda rehabilitarse, para que con algo de humildad pueda decir: Hola, mi nombre es Fulano de Tal y yo tuve el síndrome Toyota. Antonio Javier Guzmán P. @ajguzmanp