Delincuentes: los versátiles y los especializados
Jorge Bolívar, sociólogo e investigador de la Universidad Simón Bolívar, explica que los estudios de sociología de la criminalidad han coincidido en dos tipos de delincuentes: los delincuentes versátiles y los delincuentes especializados. El delincuente versátil, según el especialista, se caracteriza por tener una iniciación temprana en la vida criminal, antes de los doce años. Estas personas poseen un carácter impulsivo, viven buscando emociones fuertes y sienten atracción especial por actividades de riesgo, es un oportunista. Los niños y jóvenes más expuestos a este tipo de conductas son aquellos que pasan mucho tiempo fuera de la casa y de la escuela, “andan de un lado para otro”, carecen de control familiar o este es muy poco. El delincuente versátil llega más lejos cuando de causar daño a las personas se trata, llegando hasta la muerte de la víctima si no se deja robar.
Por otro lado, el sociólogo Bolívar señala que el delincuente especializado, entre los cuales se encuentran los de banco y entidades financieras, se caracteriza por el grado de habilidades y destrezas que ha desarrollado para cometer sus conductas antisociales. Estas personas tienen como factor común que han iniciado su actividad “tardía”. Los investigadores han establecido que el límite para diferenciar entre un delincuente precoz y uno tardío es la edad de doce años. La edad es un buen factor predictor y explicativo de la implicación de un individuo en una actividad criminal. “Desarrollan un alto grado de autocontrol y disciplina, casi nunca actúan solos, son organizados, tienen pocos amigos y son reservados. La delincuencia en solitarios es relativamente rara entre los jóvenes y se produce muy excepcionalmente antes del fin de la adolescencia o a comienzo de la adultez”, explica el profesional.
Así mismo expone que el delincuente especializado es absolutamente racional, posee un alto grado de autocontrol, antes de la comisión del acto criminal realiza un proceso de cálculo mental que lleva a decidir al delincuente a cometer un delito si los beneficios que aporta son mayores que los costos. La implicación criminal. Finalmente, sobre este perfil el sociólogo apunta que el delincuente especializado desarrolla un excesivo apego al dinero y a las riquezas, es decir una crematomanía, hasta llegar a la idolatría, y pueden llegar a anteponer prácticamente todo, familia y entorno social, entre otros aspectos.