Pareja que alojó a Bellón y Torres tiene nexos con el Eln: Fiscalía
Fiscalía reveló detalles de cómo Dalila Duarte y Nilson Mier participaron en los atentados terroristas ➲ La mujer fue enviada al Buen Pastor.
En la audiencia de formulación de imputación de cargos contra Dalila María Duarte Martínez –que se llevó a cabo ayer miércoles en la sala 23 del Centro de Servicios Judiciales– el fiscal 11 de la URI, Rodrigo Restrepo, reveló detalles sobre la investigación que vincula a la mujer con los atentados terroristas del Eln ocurridos el pasado 27 y 28 de enero en Barranquilla y Soledad.
Duarte Martínez es la cuarta persona relacionada a los atroces hechos que dejaron seis policías muertos y más de 50 heridos.
Los otros tres vinculados a la investigación son Cristian Camilo Bellón Galindo, ya detenido en ‘la Tramacúa’ de Valledupar; Jefferson Torres Mina, fugitivo, y Nilson Mier Vargas, pareja de Duarte Martínez, que también huye.
ANTECEDENTES. Según lo expuesto por el representante del ente acusador, el 24 de julio de 2003, en la calle 36 con carrera 3 de Riohacha (La Guajira), agentes de la Sijín encontraron “abundante material alusivo al Eln, cinco hojas tamaño carta con el logo en el borde superior izquierdo de la guerrilla”, e inclusive música con mensajes de simpatía hacia el grupo armado.
En este allanamiento fue detenido Nilson Mier Vargas, la pareja de Dalila Duarte, mientras ella, que también residía en esa vivienda, no fue vinculada a dicho proceso judicial.
El fiscal también recordó que el hombre de 49 años no solo es buscado por participar en los recientes atentados terroristas de la célula urbana del Eln, sino que también tiene una orden de captura vigente por “los delitos de rebelión, terrorismo y homicidio”.
De acuerdo con la versión que manejan las autoridades, Duarte Martínez y Mier Vargas alojaron en primer lugar a Jefferson Torres Mina en la vivienda de la carrera 6B #56E-18 del barrio Altos de la Metropolitana, en Soledad. El hombre de Popayán, Cauca, habría llegado el 10 de diciembre de 2017.
Luego, según el testimonio de vecinos, el 13 de enero de 2018 llegó otra persona. “Blanquito, cachaquito”, que los testigos identifican como Cristian Camilo Bellón Galindo.
Posterior al atentado, se visibilizaron las imágenes en las que aparecen el bogotano de 31 años junto a Torres Mina en un almacén en Ara. A partir de esas imágenes, testigos contactaron a la Policía y agentes de la Sijín, quienes realizaron un allanamiento al apartamento en donde presuntamente estos estaban alojados.
Tras los operativos, los peritos antiexplosivos de la Sijín encuentran “abundante material que, según su criterio, corresponde al mismo utilizado en la estación San José y el CAI Soledad 2000”.
POR QUé LA VINCULAN. El 31 de enero, el apartamento donde vivían los presuntos terroristas fue vaciado, en cuanto a que no había electrodomésticos, víveres o muebles, manifestó el fiscal.
“Los vecinos dicen que ahí llegó a hacer la mudanza el 31 de enero de 2018, a eso de las 2:00 p.m., un camión y que habían dos mujeres y un hombre quienes fueron los que sacaron del interior del recinto una cama doble, tres colchonetas, un escaparate, un enfriador, entre otros elementos”, manifestó el representante del ente acusador.
Estos objetos fueron llevados a la casa de la hija de Dalila Duarte Martínez. Esta vivienda fue allanada el 1 de febrero y allí encuentran una cizalla, con la que presuntamente habrían cortado las varillas corrugadas que fueron encontrados en los cuerpos de las víctimas de los atentados.
“Los peritos decían en el allanamiento (a la casa en el barrio Altos de la Metropolitana) aquí faltan las seguetas con que cortaron, esas herramientas las hallamos en allanamiento”, cerró el argumento el fiscal Restrepo.
Lo anterior llevó a la Fiscalía a asegurar que hubo un previo acuerdo entre las partes. Según vecinos, la mujer decía que Jefferson Torres Mina era su sobrino y que venía a estudiar filosofía.
“¿Venían a estudiar filosofía y en el patio cortando varillas por pedacitos y poniéndole la brea?”, preguntó de manera retórica el fiscal.
“Hubo una división de funciones, ellos fabricaban esas bombas, y si ellos no tienen un contacto en Soledad o Barranquilla donde se puedan albergar y se puedan sentir como en su casa y allí realizar todas esas bombas, yo estoy seguro que hubiese fracasado el atentado criminal”, se atrevió a afirmar Restrepo.
Además de estas conductas, presuntamente ayudar a esconder evidencias, se hizo referencia a unas interceptaciones telefónicas que no fueron reveladas por parte del ente acusador.
Por esta razón, la Fiscalía la señala de los delitos de homicidio agravado, tentativa de homicidio agravado, terrorismo agravado, porte de armas de fuego, municiones y explosivos, utilización ilícita de redes de comunicaciones y delitos contra la vida e integridad emocional de los animales.
Dalila Duarte no se allanó a los cargos y fue asegurada en la cárcel el Buen Pastor.