Primer escollo superado
Junior no podía contar con sus dos nuevos refuerzos, Álvez y Rodríguez, por una suspensión del año pasado en Copa y por una lesión en los entrenamientos, respectivamente. Junior no contaba con Teófilo Gutiérrez en su mejor forma deportiva, porque, después de recuperarse de una lesión, apenas había competido veinte minutos en uno de los amistosos. En medio de esas traumáticas ausencias, de contera le correspondió enfrentar al rival más competitivo de todas las llaves en esta fase, Olimpia del Paraguay.
Pero Alexis Mendoza, su técnico, tenía la seguridad de que el resto de jugadores son, en su gran mayoría, los mismos que el semestre anterior habían logrado un patrón de juego reconocible. Con la confianza en su memoria futbolística enfrentó al ‘Decano’ y lo eliminó.
Por razones políticas y económicas la confederación programa este tipo de eliminatorias (más equipos, más votos, más televisión, todos contentos) en fechas en las cuales apenas los técnicos están en la etapa de construcción del equipo; conociendo y definiendo dónde juegan mejor sus jugadores, y entre quiénes se crean empatías más efectivas. El principio se puede transformar en el final. En apenas dos partidos se pueden diluir las ilusiones. Anímica, deportiva y económicamente hubiera sido muy traumático la no clasificación de Junior.
Tanto en Asunción como en Barranquilla, Junior no fue más que Olimpia pero tampoco menos. Un duelo muy parejo y que nunca tuvo un punto de sosiego, ni en el trámite ni el resultado, ni siquiera después del tres a uno en el Metro. Ninguno de los dos equipos gobernó plenamente y con absoluta autoridad los partidos. Se impuso una alta dinámica que suele aparecer en el escenario internacional. Ahí tengo una observación: me pareció que la velocidad que propuso Olimpia y a la que Junior no le escurrió el cuerpo, pero a la que me parece no está, aún, acostumbrado, conspiró, varias veces, con la precisión en ataque y con el rearmado defensivo, exponiendo a los del fondo.
Una mención especial al tercer gol de Junior, el de Teófilo y Ruiz. Sí, fue de los dos. Una hermosa y eficaz pared (bordillo deberíamos llamarla, y así reivindicar a nuestro mejor socio en los épicos y añorados partidos callejeros). La estética en el fútbol existe y es eso; un armonioso acuerdo entre dos para eliminar cuatro rivales, con la sutileza en el pase de primera de Ruiz y la definición exquisita de Teo.
Primer paso de Junior. Necesario pero no suficiente. Esto sigue.