El Heraldo (Colombia)

“A él no le dio tiempo de defenderse, teniendo cómo”

Juan José Serrano fue estrangula­do en su casa en Mundo Feliz.

- Por Lorayne Solano Naizzir

En la urbanizaci­ón Mundo Feliz, de Galapa, la tristeza y la desolación divagan a merced de la brisa que sopla con fuerza, se devuelve en el solar de la carrera 47 con calle 107 y golpea a la familia de Juan José Serrano Lara, que llora desconsola­da en la terraza. En ese punto, donde la vía destapada se funde con las piedras que delimitan el vacío, está la casa donde el jueves estrangula­ron con un neumático y golpearon al hombre de 62 años.

En las viviendas contiguas, las puertas cerradas no muestran el interior, solo se ve a dos vecinos medio agachados en un bordillo, con una moto ha- ciéndoles sombra. Miran de reojo a los que pasan a dar el pésame. También conocían a ‘Juancho’, “como todos por aquí”.

“Aquí todo el mundo sabía quién era, hasta la gente de por allá por el Megacolegi­o del parque, porque siempre ha vendido frutas en una carretilla, y ese era su puesto. Los niños siempre le compraban. Todo el mundo se jugaba con él, no tenía problemas con nadie y siempre estaba feliz. Era muy risueño”, dice Marina Rivera, su esposa.

En sus manos, una toalla rosada se envuelve de mil formas mientras habla con rabia por el asesinato de su compañero y padre de sus nueve hijos. “Es la hora y yo no entiendo por qué él no se defendió si en la mesa había tres cuchillos con los que pelaba los mangos que vendía, y en la cocina había más, ¿por qué no se defendió? Ese es el coraje que a mí me da”, se repite.

Su voz se entrecorta para relatar lo último que vivió con su esposo. Frente a ella, tres de sus hijas la miran mientras charla, las lágrimas se derraman sin medida por sus mejillas y solo callan. Una habla en voz baja y dice: “De pronto la persona que entró era conocida de él y por eso estaba despreveni­do. La forma como encontramo­s a mi papá, con ese neumático amarrado en el cuello y todo lleno de sangre, es muy extraña”.

Todo pasó en menos de media hora, según Marina, pues él se encontraba solo en su casa después de que ella salió para una reunión en el colegio de su nieta a la 1:25 p.m. “Lo dejé viendo televisión y con la puerta de la calle ajustada porque si cerraba por fuera, después él no podía salir. Lo último que me dijo era que iba a ir a vender el agua que le había quedado; medio cerré y me fui”.

A las 2 de la tarde escuchó que la gente hablaba de un accidente en el colegio, pero a ella no le querían decir qué pasaba. “Cuando estaba en la esquina, mi nieta me dijo: ¿Abuela, vas para la reunión? Y se fue con una compañerit­a, pero ella no entró a la casa, sino que siguió de largo para donde su mamá. De regreso fue a buscar 200 pesos para llamar, y cuando entró vio al abuelo tirado en el piso. Ella se desmayó, la amiguita fue la que avisó”.

La menor les hacía señas a las personas para que salieran. “¡El abuelito de Lili, el abuelito de Lili!”, decía. Marina indica que el trayecto del colegio –que está a la vuelta– a su casa lo sintió eterno. “Yo escuchaba unos griticos lejos que decían coja una moto, cójala. Me dijeron el accidente es Juancho que se ahorcó. Me acordé que había dejado unas cabuyas de la hamaca arriba de la cama, pero a él no lo ahorcaron con eso”.

Nadie escuchó ni vio nada. En la casa de al lado, un picó impidió que los gritos de Juan José alertaran que estaba siendo atacado, y la cámara de seguridad cercana, no sirve.

En la lavadora, la familia encontró un suéter de Marina cubierto de sangre: creen que fue el asesino el que se limpió las manos y lo tiró, pues afirman que es imposible que Serrano Lara, ya estrangula­do, lo hubiese botado.

“La Policía se llevó unas tarjetas porque él tenía pagadiario­s, pero era puntual con las cuotas, incluso se jugaba con ellos y todo. No creemos que fuera por eso, porque no era mucho dinero, a menos que tuviese otra deuda y no supiéramos. Lo más raro de todo es que si a él hubiesen querido hacerle algo, lo habrían hecho de noche porque siempre regresaba a la casa tipo 10:00 p.m. Nos desconsuel­a mucho no tener respuestas, no queremos que esto quede impune”, añade una hija.

 ?? SUMINISTRA­DA ?? Juan José Serrano Lara fue asesinado cuando se encontraba en su casa de la urbanizaci­ón Mundo Feliz.
SUMINISTRA­DA Juan José Serrano Lara fue asesinado cuando se encontraba en su casa de la urbanizaci­ón Mundo Feliz.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia