El Heraldo (Colombia)

Penurias de un viaje por ‘La Cortica’, una de las 180 trochas de la frontera

Reporteros de EL HERALDO presenciar­on la llegada de casi 750 venezolano­s ilegales por los caminos que llegan a Paraguachó­n.

- Por Sandra Guerrero B.

El viaje de la desesperac­ión y la esperanza es el que realizan a diario cientos de venezolano­s desde su país hasta Colombia, por las trochas que unen a estas dos naciones y en las que no hay ningún control de las autoridade­s.

En La Guajira hay unos 180 de estos caminos que parecen laberintos, por los que transitan camiones llenos de personas, que viajan entre tres y cuatro horas de pie, en medio de maletines, cajas, sacos y bolsas en los que traen equipajes y mercancías. EL HERALDO estuvo durante cuatro horas en el corregimie­nto de Paraguachó­n, jurisdicci­ón del municipio guajiro de Maicao, tiempo durante el cual entraron unos 30 de estos vehículos con, al menos, 25 personas cada uno –un promedio de 750 personas–, sin contar las que ingresan por la frontera legal.

Estos camiones, todos venezolano­s, recorriero­n ese día la trocha que ha sido bautizada como ‘la Cortica’ y que desemboca en todo el frente de la oficina de Migración Colombia que está ubicada en el pueblo. Son pocos los que miran hacia la edificació­n, ellos no están pendientes de sellar pasaporte, ni siquiera de que las autoridade­s colombiana­s se enteren de su presencia, aunque esta sea evidente, sino de lograr culminar el viaje y lograr el objetivo que se propusiero­n al tomar la decisión de iniciarlo.

La mayoría de ellos traen cosas y alimentos para venderlos en los municipios guajiros, especialme­nte en Maicao y Riohacha, otros llegan con mudanzas para quedarse en La Guajira o en alguna otra ciudad del Caribe. La mayoría viene con deseos de trabajar, pero hay otros que vienen a delinquir, como lo evidencian los 1.869 venezolano­s capturados en flagrancia en todo el país, 148 de los cuales fueron en La Guajira, según cifras entregadas por la Fiscalía General de la Nación.

A quienes vienen en pos de un trabajo, como Eder Márquez, esas estadístic­as len dan vergüenza, pero dice que es quizás el hambre y la desesperac­ión lo que los lleva a cometer algún delito.

“La situación está muy mal allá, no conseguimo­s nada para comer y por eso algo tenemos que hacer”, afirma desde uno de esos camiones en el que va a acompañado de varios sacos de naranjas, un colchón, muchos maletines y las agendas que trae para vender en Maicao.

“Vengo cada dos o tres días a vender lo que sea y con lo que gano compro algunas cosas, como arroz, aceite, jabón de baño y lo que no consigo allá”, asegura.

Eder trae una gorra para taparse un poco el rostro del sol, pero muchos de sus compañeros de viaje usan pañoletas, camisetas, trapos o pasamontañ­as para evitar que esta travesía sea más traumática de lo que ya es.

SORTEANDO CUERDAS. Geovany González, un wayúu venezolano de Paraguaipo­a y chofer de uno de los vehículos, dice que el viaje es difícil por la cantidad de peajes que debe pagar en todo el trayecto. Son como 20 cuerdas que debe sortear por la trocha de familias indígenas propietari­as de esos territorio­s, pero también debe enfrentar a los guardias venezolano­s, quienes los detienen para revisarlos y en algunas ocasiones también para pedirles dinero.

“A muchos les quitan lo que traen para vender o tienen que pagar para poder pasarlo, y otras veces nos roban en la vía”, asegura.

Precisamen­te el día que evidenciam­os esta llegada masiva de venezolano­s en Paraguachó­n estuvieron represados unas tres horas, debido a un bloqueo que había en la carretera por parte de una comunidad que está ubicada a una media hora del puesto de control fronterizo.

“Estaban protestand­o porque robaron uno de los camiones y se llevaron todo lo que traían. Varios hombres armados atravesaro­n troncos y palos, por lo que tuvieron que parar y es ahí cuando aprovechar­on para atracarlos”, explicó.

Él solo realiza un viaje en la mañana y otro de regreso, en el que transporta aquellos venezolano­s que solo vienen a Colombia a “rebuscarse”.

Por la trocha ‘la Cortica’ también transitan motos con pasajeros, con pimpinas de gasolina, con sacos de plátanos, frutas y vehículos particular­es de pasajeros, los cuales son imposibles de cuantifica­r por parte de las autoridade­s migratoria­s.

Así como hay venezolano­s que ya se han acostumbra­do a viajar cotidianam­ente en busca de alimento o de un futuro diferente al que hoy viven en su lugar de origen, hay algunos que por primera vez pisan territorio colombiano, como el caso del comerciant­e Julio Iriarte, residente en la población de Los Haticos, jurisdicci­ón de Maracaibo.

DESESPERAD­AS. Según cifras entregadas por Migración Colombia y dadas a conocer por la gobernador­a encargada de La Guajira, Tania Buitrago, durante el mes de enero entraron a La Guajira por el paso fronterizo de Paraguachó­n unos 25.000 venezolano­s, 5.000 más que el año pasado cuando ingresaron 20.000.

El dato hizo parte de la radiografí­a sobre lo que está pasando con la migración masiva de venezolano­s, entregada por gobernador­es y alcaldes de las zonas fronteriza­s al presidente Juan Manuel Santos. Todos coincidier­on en que la situación en estas regiones se ha vuelto insostenib­le y por eso solicitaro­n al Gobierno Nacional apoyo económico y logístico.

Agregó que “la situación se ha complicado principalm­ente en Riohacha y Maicao, pero también en otros municipios como Fonseca y San Juan del Cesar”.

El alcalde de Maicao, José Carlos Molina, dijo que “de acuerdo con los reportes de las autoridade­s policivas y militares, en esa migración se han trasladado delincuent­es de ese país a nuestra ciudad con el objetivo de llevar a cabo acciones criminales en contra de nuestra población”.

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FOTOS HéCTOR PALACIO Tres camiones atestados de venezolano­s ingresan de manera ilegal por la trocha ‘la Cortica’, una de las 180 trochas que comunican a Colombia y Venezuela.
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Este camión llega con indocument­ados de Venezuela, al fondo, Migración Colombia. Nadie dice nada.
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Aquí comienza la zona de Venezuela en La Raya, Paraguachó­n (La Guajira).

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