PÍLDORAS ECONÓMICAS
Como crece la palma. Jens Mesa, presidente del gremio palmero, destapó las cifras de este muy representativo sector del agro colombiano, tales como que en 1962 había 5.000 hectáreas sembradas que produjeron 15.000 toneladas de aceite. Hoy llegan los cultivos a 500.000 hectáreas con 1.600.000 toneladas aceiteras. La mitad de esa producción se exporta contribuyendo a moderar el crecimiento del preocupante déficit comercial de Colombia. Algo va desde cuando Juan M. Dangond Lacouture, uno de los pioneros, convenciera a Carlos Murgas de viajar a Malasia e Indonesia a observar esa variedad de palmas que más tarde el exministro Murgas importaría y multiplicaría semillas para nuevos inversionistas del campo y fomentara unos cultivos populares asociativos en varios departamentos, algunos hasta en zonas donde otros no se deciden a incursionar.
Metástasis. En 21 departamentos y en 132 municipios ya se siembra palma aceitera, fuente de empleo y de ingresos para miles de campesinos. Hay 6.000 fincas productoras y 4.800 predios, o sea el 80 % tiene menos de 50 hectáreas. Después del café constituyen el primer reglón productivo del agro colombiano. El poder de Fedecafé incrustado por décadas en las decisiones económicas del país ha sido determinante, y lo que conserva todavía es muy grande. Fedepalma con el tiempo debe aspirar a compartirlo. Sus aportes –en dólares por sus exportaciones– sin mayores costos para el tesoro público, como los que anualmente se conceden al Fondo Nacional del Café. Paulatinamente, los palmeros van incrementando su aporte positivo en divisas al insostenible desbalance cambiario y por ello deben tener mayor presencia en decisiones económicas nacionales.
El efecto multiplicador del malecón del
Río. Lo que Barranquilla ha incorporado e invertido adyacente al Centro de Eventos Puerta de Oro constituye un hito que marca otro concepto de la Vía 40, el otrora acceso a las industrias. Estas ya no son las mismas, algunas del ramo textil ya se fueron, como Celanesse, Filta, Celta, Marisol y otras como los astilleros Unial y Aluminios Reynolds-Santo Domingo, idem. La Siderúrgica del Norte cedió parte de su frente para usos comerciales, pero consciente de su valor y oportunidades conservó su lindero fluvial. Eliécer Sredni siempre agudo, así hoy esté ausente, sostenía gráficamente que: “La tierra en el único lugar que hace daño es en el ojo”. Sus sucesores seguramente recuerdan el consejo. El sentido recreativo y de descanso que aporta la antes semioculta vista al hermoso paisaje del río Magdalena y el vecino parque de Salamanca, a veces hasta humeante, contribuyen al índice de felicidad de la Arenosa. Los niños se emocionan al ver las canoas de los pescadores remando contra la brisa, o los barcos al pasar. Los mayores experimentan otra clase de paz.
850.000 visitantes. Al alcalde Alex Char le escuché mencionar que desde que se abrió el malecón mirador al río Magdalena, hace 10 meses, 850.000 personas lo habían visitado. Esa afluencia presagia muchos servicios para ofrecer, gente que se va a ocupar, dinero que va a circular. Cuando uno va a Montería, no se puede regresar sin bajarse a disfrutar un rato de la ronda del Sinú y su verde fresco y grato paisaje fluvial. Aquí los artistas poco a poco se toman el malecón Mirador del Río, los que cantan, los que bailan, los intérpretes musicales, los declamadores, etc. Muchos formándose por la Secretaría Distrital de Cultura, en sus numerosas (más de 120) escuelas barriales de cultura. El ingenio y la creatividad caribe estimulados y educados gratuitamente por maestros distritales en diversos tópicos. Y digo caribe porque Barranquilla es acogedora de migrantes de los departamentos norteños. Vamos a esperar el Censo nacional para ver, por ejemplo, a cuántos vecinos colombo-venezolanos hemos dado albergue. Igual a como ellos recibieron a los nuestros en cercanos tiempos.