Melómanos
Como allegado a la música, estuve hojeando la revista Melómanos (No. 79. Octubre-Diciembre 2017, editada en Cali). Centrando mi atención en uno de los artículos y cuya autoría corresponde a Orlando E. Montenegro Rolon, el cual hace alusión al cantante salsero Sammy Marrero (1), destacando el antes citado en la página 5, lo siguiente: “La música es el lenguaje universal de la humanidad, sin fronteras, ni barreras y compartir con los amigos como la más valiosa experiencia. Nadie tiene la verdad absoluta ya revelada y el aprendizaje es permanente e infinito”.
Contextualizando esta caracterización de la música a un escenario particular, como lo es Musinal (música sin alcohol), existente en esta ciudad, observamos la riqueza de contenido de lo expuesto por Montenegro en todas sus partes. Así, en cuanto al lenguaje universal, sin duda comprende vastos componentes geográficos, históricos y culturales que atraviesan todas las latitudes y culturas de la humanidad. Tratándose del compartir con los amigos como la más valiosa experiencia, denota que la música es un puente, un acercamiento entre seres humanos que unidos por un círculo, grupo o club, intercambian experiencias musicales y con ello se acrecienta la cultura musical, pasando de lo desconocido a lo conocido, de lo superficial a lo profundo y de lo conocido a lo mejor conocido. En fin, un proceso que reconforta el espíritu y el saber de la música.
Finalmente, en lo referente de que nadie tiene la verdad absoluta ya revelada y el aprendizaje es permanente e infinito, es de considerarse, que efectivamente lo que es hoy tenido por verdad, mañana claudica ante nuevos aportes investigativos, de allí que el conocimiento es infinito. El aprendizaje es un proceso que va cubriendo etapas históricas y en busca de un saber constante que busca significados, interpretaciones y análisis de reales situaciones musicales y sus protagonistas.
Edgardo Enrique Salebe Morr.