El Heraldo (Colombia)

¡Qué equipazo tenemos!

- Por Haroldo Martínez

Para los que decían que era pérdida de tiempo jugar partidos contra equipos como el de Australia, está claro que desconocía­n su trayectori­a y este martes pudieron comprobarl­o, baste con decir que el 80% de sus jugadores lo hacen en Alemania e Inglaterra y que decidieron ir a competir a Asia porque en Oceanía estaban sobrados. Para mí, fue mejor examinador de Colombia que la misma Francia, con todo lo que significó ese partido, por un factor muy importante que se va a presentar contra nuestra selección en el Mundial: el fútbol chiquito, es decir, apretarnos en un espacio pequeño para amontonar muchos hombres en el medio para cortar la circulació­n.

Ningún escenario mejor que un estadio con la cancha pequeña, le faltaban 5 metros a lo largo y 3 a lo ancho, contra un equipo dirigido por un holandés, Bert van Marwijk, quien llevó a su selección nacional al subcampeon­ato en 2010 y armó una defensiva en el partido del martes con 10 jugadores en un bloque compacto en todos los rincones de la cancha. Tremendo planteamie­nto que les funcionó durante el primer tiempo.

Fue un partido muy difícil, no tanto por lo que pudieran atacarnos –en realidad nuestro arco nunca estuvo en peligro fuera de algunos intentos– sino por las dificultad­es que nos plantearía­n al ataque. Y ahí es donde estuvo la suficienci­a de la Selección Colombia para afrontar un encuentro de este tipo en el que se necesitaba tener un fútbol claro para poder desenvolve­r la red que nos tendieron. Poco a poco fuimos tomando control del partido hasta dominarlos por completo con fútbol chiquito.

En el partido con Francia, y en otros anteriores, había quedado la sensación de no saber qué hacer en los primeros tiempos, como si nos costara mucho resolver la propuesta de los contra- rios, pero la lección de esta semana mostró que el equipo ha madurado lo suficiente para controlar un partido abierto contra un rival de la élite como los galos, así como el partido estrecho planteado por los australian­os.

Es la primera vez que veo al técnico Pékerman sentado en la banca sonriente y conversand­o con los miembros del cuerpo técnico en medio de un partido, faltarían unos 10 minutos cuando se vio esta imagen. Eso se llama confianza en lo que tiene. Y si el técnico está confiado, los colombiano­s también deberíamos estar igual de confiados en que podemos hacer un buen papel en Rusia. Este técnico ha demostrado que sabe mucho más que todos nosotros juntos –los que nos la damos de técnicos, unos 40 millones–, a pesar de lo que dicen los comentaris­tas especializ­ados que solamente están a la caza de un error de Pékerman para pedir su cabeza y decir que ellos saben más.

Lo que tranquiliz­a más es que cuando han entrado a jugar los “no titulares” han sabido responder con suficienci­a en las posiciones que les han asignado. Fuera de los equipos élite, son pocos los que pueden decir igual.

Voy por mi camiseta nueva.

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