Yony González ‘dio a luz’ al triunfo
Junior dominó y sometió completamente a Leones, pero vivió un viacrucis para poder anotarle gol hasta que el volante se convirtió en el salvador.
Yony González evitó un resultado embarazoso y condujo al Junior hacia la victoria 1-0 sobre Leones, con un gol al minuto 87 de juego, anoche en el estadio Roberto Meléndez, en partido de la jornada 12 de la Liga. El volante antioqueño, que celebró poniéndose el balón debajo de su camiseta, ‘dio a luz’ al triunfo después del calvario que significó para el cuadro rojiblanco romper la resistencia del equipo paisa, que jugó con 10 hombres desde el minuto 23. Los tiburones quedaron parcialmente en el segundo lugar de la tabla.
La falta de definición se está convirtiendo en la cruz de Junior. ¡Qué calvario! ¡Qué suplicio! ¡Qué pesada misión resultó anotarle un gol y vencer 1-0 a Leones ayer en el estadio Roberto Meléndez! Fueron 87 minutos de sufrimiento, de angustia, de frustración e impotencia por ver cómo se despilfarraban una y otra vez las opciones de marcar mientras el reloj transcurría imparable. La bola no entraba en el arco rival y la sombra de una igualdad en casa se posaba sobre el Metropolitano hasta que Yony González, que entró en el segundo tiempo como lateral derecho en lugar de David Murillo, le dio la luz a los Tiburones en el oscuro camino hacia la red rival.
González fue el salvador. Se juntó con Jonatan Álvez, otro de los enviados por Alexis Mendoza en el segundo período, entró al área con determinación y aprovechó el gran pase que le puso el uruguayo con túnel incluido. El mediocampista antioqueño recibió y remató de primera y de puntazo. Ni la mano de un defensor visitante, donde rozó la pelota, ni los guantes del que parecía impenetrable, el arquero Arled Cadavid, pudieron evitar el merecido grito de emoción y el ‘sábado de gloria’. Yony hizo justicia y acabó el viacrucis.
El partido se puede resumir como un festival del despilfarro. Junior llegó por todos los costados y de todas las formas, pero falló desesperantemente al momento de dar el último pase o la estocada final.
Con todos sus jugadores estelares en la cancha, tocaba a su antojo y no le dejaba ver la pelota a Leones, mucho más después de la expulsión de Wílmar Cruz, a los 23 minutos de juego por doble amonestación. Pero no hubo premio para tan evidente dominio. Ruiz, Teófilo, Chará, Díaz, Germán Gutiérrez y David Murillo no le dieron un final feliz al cuento de hadas y fantasía que por momentos ofreció el juego colectivo local.
Un pase largo, un centro a nadie, uno con demasiada potencia, un disparo desviado, una chilena fallida, un riflazo a las nubes, una definición demorada, otra enredada. No había la exactitud, la frialdad y la cuota de fortuna para estremecer la red visitante. Hasta José Luis Chunga, que viene entrenando tiros libres como su compañero Sebastián Viera, se animó a cobrar uno para tratar de descorchar el tanteador, pero su intento se fue muy por encima del arco.
Aunque el arquero Arled Cadavid intervino varias veces con acierto y reprimió el grito de gol, fue más incapacidad tiburona que virtud defensiva felina el hecho de que el marcador se mantuviera inmaculado.
En este juego, a diferencia de lo que fue todo el partido 0-0 ante Equidad, el pasado miércoles en Bogotá, a Junior solo le faltó el gol. Lo demás lo hizo perfectamente.
Pérez, Ávila y Pico estuvieron atentos a cada rebote y a cada pelota dividida para recuperar y volver a la carga, pero los Leones, que solo se defendían como felino boca arriba, se fueron vivos al descanso.
En el segundo tiempo, con una tónica similar, Mendoza puso toda la carne en el asador. Jarlan ingresó por Pico y González por Murillo, luego Álvez por Teófilo. Se busca-
ron todas las fórmulas para finalizar la sequía y festejar los tres puntos. Después de mucho insistir, Yony acabó el calvario.