“Nadie imagina mi felicidad”: Tyron Guerrero
El ‘pitcher’ de 27 años, de 2,01 de estatura y nacido en Bocachica, Bolívar, inició la temporada en el ‘roster’ de 25 peloteros del equipo de Florida.
Con el ánimo por las nubes, pero con los pies en el cimiento. Tayron Guerrero, el serpentinero que se ganó un lugar en el bullpen de los Marlins de Miami, dialogó con EL HERALDO mientras departía en una cena con su nueva novena.
El 17 de mayo de 2016 debutó con los Padres de San Diego en la Gran Carpa. Casi dos años después retorna al béisbol organizado. Guerrero, que nació en una isla –Bocachica– donde el único medio de transporte es la lancha, fue tentado por el baloncesto gracias a sus dos metros de estatura. Al final, engancharse en la cesta no era lo suyo.
¿Cómo toma la oportunidad P de estar nuevamente en las Grandes Ligas?
R Me siento muy bien. Agradecido con Dios por la oportunidad que me da de estar una vez más en Grandes Ligas. Estuve trabajando mucho este año en la temporada para eso y pienso que el resultado se está viendo.
¿Qué hizo cuando P recibió la noticia que estaba en el ‘roster’ de 25 peloteros, lloró, gritó o lo tomó normal?
R (Risas) Es una gran emoción porque seguiste en el equipo. No fue tanta porque ya tenía la oportunidad. La primera vez es algo increíble. Ahora sigue impactando fuerte, pero ya es más controlado.
¿Le da orgullo jugar P en los Marlins, donde también militó Édgar Rentería?
R Mucho orgullo de estar aquí en este equipo donde estuvo nuestro gran representante Édgar Rentería, que ganó, además, una Serie Mundial. Me motiva mucho más porque me gustaría, así como él, ganar una Serie Mundial con este equipo.
¿Qué se siente al estar P cerca de una leyenda como Derek Jeter?
R Se siente como un sueño hecho realidad. Uno siempre ve a esas grandes estrellas en televisión y espera algún día, por lo menos, conocerlo. Dios me ha dado la oportunidad de que él esté aquí hoy, no como jugador, sino como gran parte de la gerencia del equipo. Eso me alegra mucho porque él sabe lo que está haciendo y sabe lo que quiere con el equipo.
¿Cómo se imaginaba P su debut en el Marlins Park?
R (Risas) Imaginaba la llamada al bullpen y que me dijeran: calienta que vas para el próximo inning (risas). Solo había pensado en hacer lo que venía haciendo en spring training: lanzar la pelota para home y que ellos hagan contacto.
¿ Cómo se enteraron P de la noticia en su natal Bocachica?
R Aún están supercontentos. Más que todo mi papá, mi mamá, mi hermana, mi esposa. Apenas me dieron la noticia (25 de marzo), les marqué y les envié mensajes. No te puedes imaginar la felicidad que ellos tienen porque han visto las luchas de todos estos años. Esperaron mucho que esta oportunidad viniera y se acaba de dar.
¿Qué le dijo su esposa P Yurlendys Caraballo?
R Está orgullosa. Yo creo que está mucho más feliz que yo (risas).
¿Ha podido conversar P con el mánager de Miami, Don Mattingly?
R No hemos tenido una conversación larga, pero siempre me ha saludado. Me ha dicho que hice un buen trabajo y que siga trabajando. El día que me dio la noticia fue el tiempo más largo que pudimos conversar. Me dijo que siguiera adelante, que le mostré muchas cosas buenas en este spring training, la confianza, atacando la zona de strikes, que en la temporada siguiera haciendo lo mismo. Que habrá días buenos, días malos y que ahora es el inicio de lo que puede ser una gran carrera.
¿Cómo fueron los P entrenamientos de primavera?
R Estos entrenamientos de primavera fueron excelentes. Vine con la mentalidad de hacer las cosas sin presión. Estuvo molestando mucho tiempo la pensadera de que tenía que hacer esto o aquello. Este año hablé mucho con Julio Teherán. Uno de los consejos que me dio fue que no pensara mucho, que tirara la pelota para home y que los bateadores solo me van a hacer out. Lo puse en práctica en el spring training y gracias a Dios se dio el resultado.
¿Qué significa Julio P Teherán para su carrera beisbolera?
R Él significa mucho. No solo desde ahora. Desde el momento en que lo conocí y lo comencé a tratar, que fue en 2013, ha sido como un mentor para mí. Siempre ha querido ayudarme, con su experiencia me quiere ayudar. Es alguien más que un hermano, un amigo de trabajo. Me ha ayudado muchísimo. Él es parte de esta gran noticia.
¿Y qué significa Marcial P Del Valle en su vida como deportista?
R Mi segundo papá. Él fue el que dio el primer paso en esta oportunidad que tengo hoy. Él me dio la oportunidad de hacer un tryout, me llamó varias veces, de que me reportara con los Padres de San Diego. No le había hecho caso hasta que la organización de Tampa Bay, en la que estaba antes, me había dejado libre porque no veían progresos en mí. Y él confió en mí a pesar de todas las cosas. Fue alguien muy importante porque hubo momentos en que decía que no iba a jugar más, me voy a retirar porque voy a muchos tryout y nadie me firma. Decía que no iba a seguir jugando y él fue una pieza importante porque me ayudó a salir adelante, además de mis padres (Ramón Guerrero y Oniris Otero).
En esos P momentos que pensó en dejar el béisbol, ¿a qué se hubiese dedicado?
R Siendo de Bocachica, donde la juventud hoy en día no tiene grandes oportunidades, no sé a qué me hubiese dedicado. Mis padres no tenían para meterme en una universidad a estudiar. No sabría decir qué hubiese sido de mi vida si yo no hubiese seguido jugando. Si no es por el béisbol quizá estuviera en Bocachica trabajando en una lancha o pescando. Nunca va a ser igual a como estoy hoy.
¿También se hubiera P podido dedicar al baloncesto?
R Sí (risas). De hecho tuve la oportunidad, en ese tiempo en que le decía a Marcial que me quería retirar y él me decía que no. En ese tiempo, creo que 2008 o 2009, había como una liga de baloncesto en Cartagena y había unos americanos allí. Un día, como quien no quiere la cosa, fui a Comfenalco y me presenté. Dije que quería jugar baloncesto, que con quién tenía que hablar. No me acuerdo exactamente el nombre de la persona que me llevaron. Me dijeron: “Guau, estás grande, sí, te vamos a presentar”. Me llevaron en ese momento con los coaches del equipo. Me vieron la estatura. Practiqué baloncesto un mes antes de que San Diego me firmara, antes de hacer el último tryout. Ellos tenían planes para traerme acá a los Estados Unidos con una beca estudiantil. Estaban haciendo los papeles, una que otra clase de inglés, pero no. Lo único que sabía era engancharme en el aro, eso no era lo mío. Además era difícil porque había que correr mucho, correr para aquí, para allá, es un deporte muy agitado.
¿Cómo ve a los cinco P colombianos que están en las Grandes Ligas?
R Los veo excelente. Están abriendo muchas puertas para el béisbol colombiano. Cada año suceden cosas grandes en nuestro béisbol. Empezamos cinco, pero al final de la temporada esperamos que haya siete u ocho. Como lo he dicho en otras entrevistas, el béisbol colombiano está cobrando mucha vida y gracias tenemos que darle a Rentería, Orlando(Cabrera) Jolbert (Cabrera) Ernesto Frieri. Por ellos estamos aquí representando a Colombia.
¿Qué cree que mejoró P desde su debut el 17 de mayo de 2016 con los Padres de San Diego?
R Creo que cambiaron muchas cosas con mi mecánica.
¿Qué equipos ve firmes P para que lleguen a la Serie Mundial?
R ¡Los Marlins! (risas). Es lo que espera uno siempre, llegar a la Serie Mundial. No sé qué equipo pueda llegar porque nada en el béisbol está escrito. A lo mejor somos nosotros los que llegamos a una Serie Mundial. Ojalá así sea.
Barranquilla hará P unos Juegos Centroamericanos y del Caribe y el estadio que se construyó es estilo Grandes Ligas. ¿Lo ha podido ver?
R He visto unas fotos. Vi a Édgar Rentería en ellas. Nunca habíamos tenido un estadio así tan hermoso como el que se está construyendo. Con esto van a seguir saliendo grandes peloteros para la Gran Carpa.
Usted es un ejemplo P de superación, ¿qué mensaje les envía a los jóvenes prospectos?
R Que sigan luchando por sus sueños. Yo lo hice. Yo tenía que coger lancha y aún lo hago cuando entreno en Cartagena. Que luchen y luchen.
¿Por qué le puso a P su hijo, de cinco meses, Rymer?
R Por un gran amigo dominicano llamado Rymer Liriano. Desde el momento que yo lo conocí se volvió como el hermano varón que no tuve. Un día le dije, si tengo un hijo, lo llamo como tú (risas).
“Practiqué baloncesto un mes antes de que me firmara San Diego, pero lo único que sabía era engancharme en el aro. Eso no era lo mío”.