El Heraldo (Colombia)

El zika, un virus que no es cosa del pasado

La comunidad científica se encuentra desarrolla­ndo una vacuna contra este flavivirus En Colombia, según el Instituto Nacional de Salud, han ingresado al sistema 275 casos nuevos de esta enfermedad, de los cuales 266 fueron confirmado­s.

- Por Estefanía Fajardo

¿Recuerda el virus del Zika?, ¿a las mujeres embarazada­s y el seguimient­o a sus hijos?, ¿la microcefal­ia asociada al virus? Pues bien, la historia continúa, pues todavía siguen llegando a los servicios médicos pacientes con los síntomas que produce.

El virus de Zika es catalogado como un flavivirus transmitid­o por mosquitos del género Aedes aegypti/ albopictus. La Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) dice que fue identifica­do por vez primera en macacos (un género de primates) a través de una red de monitoreo de la fiebre amarilla en Uganda, en 1947. En 1952 fue identifica­do en el ser humano en Uganda y la República Unida de Tanzania. Actualment­e científico­s trabajan en una vacuna contra esta enfermedad a través de una investigac­ión conjunta.

La doctora Gisela Herrera, especialis­ta en infectolog­ía y medicina interna y directora del centro de investigac­iones clínicas Gihema, explicó en un taller regional de periodismo científico desarrolla­do en San José, Costa Rica, el proceso de desarrollo de la vacuna y los recientes descubrimi­entos sobre el virus.

El primer gran brote de zika se registró en la Isla de Yap (Estados Federados de Micronesia) en 2007. En julio de 2015 Brasil notificó una asociación entre la infección por el virus de Zika y el síndrome de GuillainBa­rré. En octubre del mismo año fue confirmada su asociación con la microcefal­ia, como lo explica la OMS.

El periodo de incubación, explica la especialis­ta, aún no está determinad­o. Sin embargo se habla de pocos días y los síntomas que aparecen son: fiebre, erupciones cutáneas, conjuntivi­tis, dolores musculares y articulare­s, malestar y cefaleas, las cuales pueden durar entre dos y siete días.

Esta sintomatol­ogía, aparenteme­nte ‘indefensa’, trae detrás algo mucho más fuerte: la microcefal­ia.

En septiembre de 2017 la Asociación Americana por el Avance de la Ciencia publicó en la revista Science un hallazgo sobre una mutación que sufrió el virus antes de 2013 en la Polinesia Francesa.

Esta mutación –denominada S139N– le otorgó caracterís­ticas de virulencia y más daño a las células progenitor­as del tejido cerebral, lo que desencaden­a una microcefal­ia fetal severa, según arrojó el análisis evolutivo, el cual coincidió también con el reporte de casos de síndrome de Guillain-Barré.

“El futuro de la epidemia será su llegada a todos los países de Latinoamér­ica y quizá el sur de Estados Unidos. El mosquito ya se ha adaptado a vivir a 2.300 metros sobre el nivel del mar y puede volar y transporta­rse hasta mil metros”, indica Herrera.

ZIKA Y EMBARAZO. La frecuencia aún se desconoce, aclara Herrera, pero el virus del Zika puede pasar de una mujer infectada a su feto en el embarazo o en el momento del nacimiento.

La infección, que se da en cualquier etapa del embarazo, puede causar daño en el cerebro del bebé, microcefal­ia, o síndrome de Zika congénito.

Además puede traer otros problemas como aborto, muerte al nacer, o malformaci­ones.

“No hay evidencia de que infeccione­s por el virus de Zika pasadas afecten futuros embarazos si el virus ya se ha eliminado del cuerpo materno”, afirma la especialis­ta.

La OMS dice acerca de la microcefal­ia que “es una malformaci­ón neonatal caracteriz­ada por una cabeza de tamaño muy inferior a la de otros niños de la misma edad y sexo. Cuando se acompaña de un escaso crecimient­o del cerebro, los niños pueden tener problemas de desarrollo discapacit­antes”.

Fue en Pernambuco, Brasil, donde se empezó la investigac­ión de la relación microcefal­ia-zika, allí se notificaro­n los primeros casos. Asociados a este virus hay cinco tipos de defectos congénitos en fetos e infantes.

La transmisió­n puede ser también por vía sexual, explica la especialis­ta.

“El virus está en el semen de los infectados, por lo que se recomienda tener relaciones sexuales con condón por un periodo de tiempo para evitar la transmisió­n”.

CASOS EN COLOMBIA. Hasta la semana epidemioló­gica 12 de 2018, el boletín del Instituto Nacional de Salud informó que han ingresado 275 casos de zika; 264 confirmado­s por clínica, nueve sospechoso­s y dos confirmado­s por laboratori­o.

El mismo documento revela que “se han notificado 10 casos sospechoso­s de síndromes neurológic­os con antecedent­es de enfermedad febril compatible con la infección por zika”. En Barranquil­la, en lo que va del año, van cinco casos confirmado­s del virus.

El zika es diagnostic­ado por medio de exámenes PCR en sangre y orina, la prueba aparece positiva desde el inicio de los síntomas

y hasta 14 días después. Sin embargo, estas no permiten saber si tuvo el virus en el pasado, “ya que los anticuerpo­s dan reacciones cruzadas con otros flavivirus como el dengue”.

DESARROLLO DE VACUNA. Un ensayo de dos partes, llamado VRC 705, evalúa la posibilida­d de dar origen a una vacuna contra este virus. Allí se analiza la seguridad y su capacidad para estimular una respuesta inmune en los participan­tes, además de evaluar la dosis óptima para la administra­ción.

La vacuna está siendo desarrolla­da por científico­s del Centro de Investigac­ión de Vacunas (VRC) del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedad­es Infecciosa­s (NIAID) de Estados Unidos. Actualment­e se encuentra en la fase 2 / 2B de pruebas de ensayos clínicos.

Estados Unidos, Puerto Rico, Brasil, Perú, Costa Rica, Panamá y México hacen parte de este proceso de investigac­ión que arrojó en su primera fase resultados positivos y ahora es probada en voluntario­s.

Este ensayo es dirigido por Julie E. Ledgerwood, DO, jefe del programa de ensayos clínicos de VRC, y Grace L. Chen, MD, subdirecto­r de VRC; y busca el análisis en al menos 2.400 participan­tes en áreas de infección de zika transmitid­a por mosquitos.

Luego de pruebas exhaustiva­s en modelos animales la vacuna empezó su etapa de prueba en humanos. Los hallazgos iniciales indican que la vacuna es segura y capaz de inducir una respuesta de anticuerpo­s neutraliza­ntes contra el virus del Zika, afirma la NIH.

La segunda fase se divide en dos partes. El ensayo de fase 2 A se basa en lo desarrolla­do en la fase 1 para evaluar mejor la seguridad y la capacidad de la vacuna para estimular una respuesta inmune, específica­mente en lugares donde el virus podría ser endémico. Aquí también se determinar­á la dosis óptima y los sitios de inyección para la administra­ción a pacientes: 90 hombres sanos y mujeres no embarazada­s de entre 18 y 35 años en tres ciudades fueron evaluados: Houston, Miami y San Juan, Puerto Rico.

El ensayo de Fase 2 B tiene como objetivo obtener más datos de seguridad y respuesta inmune, y determinar si esta respuesta protege contra la enfermedad causada por la infección natural del virus. Los lugares de investigac­ión serán los mismos de la parte A, y se incluirán sitios adicionale­s en Costa Rica, Perú, Brasil, Panamá y México.

“La mitad de los participan­tes recibirán la vacuna y la otra mitad placebo. Cada uno estará en el estudio por 96 semanas y las mujeres deben evitar el embarazo, al menos 12 semanas después de la última aplicación del producto”, explica la infectólog­a Herrera. Es importante aclarar que se realiza con el método del doble ciego, es decir, ni el personal de la investigac­ión, ni los participan­tes sabrán si reciben vacuna o placebo.

Después de cada aplicación del producto deberá llenar un diario para registrar la temperatur­a y cualquier molestia que tenga, y cada 15 días se le realizará una prueba inmunológi­ca.

“Si se enferma el participan­te deberá ir al hospital a visitas adicionale­s cada cuatro semanas”.

La plataforma de esta vacuna se basa en una estrategia que los científico­s utilizaron anteriorme­nte para desarrolla­r una candidata al virus del Nilo Occidental.

En esta fase de la investigac­ión buscan también conocer el periodo de incubación del virus, cuántas personas desarrolla­n síntomas después de adquirir la infección, cómo evoluciona la enfermedad y cuánto protege la vacuna después de la exposición natural al virus.

Los investigad­ores compararán las tasas de casos confirmado­s de zika en el grupo placebo y el grupo vacunado para determinar si la vacuna en investigac­ión protege contra la enfermedad causada por la infección.

Las vacunas se administra­rán vía intramuscu­lar con un inyector sin aguja llamado PharmaJet. El dispositiv­o usa presión para introducir el líquido de la vacuna en el brazo o el muslo.

El estudio se espera que esté terminado en 2019, sin embargo existe algo que juega en contra del desarrollo de esta alternativ­a, el denominado “movimiento antivacuna­s”.

“Eso está afectando los avances que anteriorme­nte se habían conseguido”, enfatiza Herrera, investigad­ora principal del ensayo de la Fase 2 B en Puntarenas, Costa Rica.

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SHUTTERSTO­CK Mosquito Aedes aegypti /albopictus, transmisor del flavivirus del zika.
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SHUTTERSTO­CK Y NIH Imagen de la vacuna contra el virus del Zika que se encuentra en fase 2B de investigac­ión.

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