El Heraldo (Colombia)

Cuando los políticos se hacen…

- Por Alberto Martínez albertomar­tinezmonte­rrosa@gmail.com @AlbertoMti­nezM

El periodista Tadeo Martínez hizo un comentario en Facebook. A raíz de la detención del entonces alcalde de Cartagena Manuel Vicente Duque, Martínez aseguró que no podía ser condenado él solo. Detrás del burgomaest­re y su hermanastr­o José Julián Vásquez estaban los García.

Los García son una familia política con un pasado de corrupción descubiert­o y avalado por las autoridade­s.

Juan José, el mayor, fue inhabilita­do de por vida para el ejercicio público, y su esposa, Piedad Zuccardi de García, está siendo investigad­a por vínculos con paramilita­res. Para no hablar, claro está, de Álvaro García Romero, ‘el Gordo’, que corrió con la misma suerte de Juan José por vínculos non sanctos con los grupos violentos de derecha que se tomaron el departamen­to de Sucre.

Tadeo Martínez se refirió a hechos probados que figuraban en los expediente­s que llevaron a la cárcel a Duque y a su hermano. El uno ya habría dicho a Juan José, en una conversaci­ón telefónica: “Aquí tiene a su alcalde”. Y Julián simplement­e declaró que su jefe era el exsenador.

A Juan José no le gustó el comentario y presentó contra Tadeo una acción de tutela.

Su alegato era en apariencia convincent­e: si él ya había pagado su condena, tenía derecho a que no lo molestaran más con su pasado. Es lo que en el argot se conoce como ‘derecho al olvido’. Dicho de otra forma, que los periodista­s, y por ahí derecho los colombiano­s, dejaran de recordar las manipulaci­ones que hizo para tejer su poder político y económico.

Contra Juan José pesa una condena, de tres años y seis por el delito de peculado por apropiació­n. Siendo un honorable hombre de la patria –y le ruego me disculpe por mencionarl­o otra vez– se apropió de 118 millones de pesos de auxilios parlamenta­rios, canalizado­s a través de la Fundación para el Mejoramien­to de la Educación, la Salud, y Obras Públicas entre los años 1989 y 1991.

Notificado de la acción, el periodista argumentó qué tal opción jurídica –la del olvido– solo sería factible en el evento de que el solicitant­e se hubiese mantenido al margen de la política y su ejercicio público.

Pero no. Citando hechos del mismo modo comprobabl­es, Tadeo demostró que, en la sombra, Juan José siguió manejando los hilos de la política.

No más la semana pasada, aunque tal evidencia estuvo al margen del proceso, la campaña del hoy candidato a la Alcaldía de Cartagena Antonio Quinto Guerra anunció con bombos y platillos la adhesión del señor García y su familia.

En tales circunstan­cias, el Juzgado Tercero Penal Municipal de Cartagena con funciones de control de garantías decidió “no tutelar los derechos” invocados por García. Se impuso así la libertad de expresión contra el reclamo individual de un condenado. Ese, el de la libertad de expresión, es en muchos casos el único recurso que nos cabe a los ciudadanos cuando los políticos se hacen los… Tú sabes.

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