El rumbo de nuestros hijos
Intranquilidad se siente en el ambiente cuando en las noticias nacionales y en especial las redes sociales, donde muestran niñas colegiales de una institución educativa con puñal en mano y agrediéndose mutuamente, y escuchamos con frecuencia “la educación se aprende en casa”.
Algunos padres creen que la formación en valores depende del colegio, y no es así, pues los valores se enseñan en el ambiente familiar y se refuerzan en las instituciones.
La forma como nos comportamos está relacionada con los modales que nos dan en casa. Los padres son los primeros y principales educadores de sus hijos y en la familia es donde se aprende a resolver conflictos, a manifestar amor y a obedecer las reglas.
Es a través de la convivencia en familia como se transmiten los valores, normas y actitudes; es ahí donde los hijos aprenden a tener confianza en sí mismos, a sentirse queridos y valorados. La educación en la familia no se genera de manera automática, para llegar a ella se debe hacer uso de los valores, que son el medio y el fin del acto educativo.
En el hogar debe darse el amor incondicional, la bondad, el afecto, la honestidad, la justicia, la solidaridad, el respeto, la tolerancia... son algunos de los valores necesarios para realizarnos correctamente, para crecer y ser felices. Recordemos que la educación comienza en casa, la escuela y el colegio solo son un complemento fuerte y necesario para la educación, pero la responsabilidad es de los padres.
Tengamos en cuenta algunas sugerencias que le ayudarán a educar en valores: hable con sus hijos sobre la importancia de compartir. En ocasiones premie su obediencia: evite darles todo lo que quieren de manera inmediata, es necesario que reflexionen, aprendan a esperar y ser tolerantes. Colóquelo en un colegio donde prevalezcan la ética, la moral, las buenas costumbres y el buen rendimiento académico. Los valores nos ayudan a ser mejores personas y, en consecuencia, a tener una mejor sociedad, la decisión es del padre de familia. Anuar Cortázar Cáez