El Heraldo (Colombia)

Camaron que se duerme

- Por Érika Fontalvo

En Bogotá no hemos visto el sol en más de una semana. La ciudad luce gris y el frío se cuela hasta los huesos. Todos los días llueve de manera torrencial con rayos y centellas, como si el cielo se fuera a derrumbar sobre nuestras cabezas. Ya son 160 las familias que han resultado damnificad­as por el aumento del caudal del río Tunjuelito. Y quedan dos meses de agua, según el Ideam.

La primera temporada invernal del año en el país mantiene en alerta a 15 departamen­tos, principalm­ente de las regiones Andina, Pacífico y la Orinoquía, donde llueve sin tregua desde hace dos semanas.

Christian Euscátegui, jefe de pronóstico­s y alertas del Ideam, me confirmó que en el Caribe colombiano ya se “empiezan a notar lluvias importante­s desde el centro hacia el sur de la región y hacia la parte norte, en ciudades como Cartagena, Barranquil­la y Santa Marta, las lluvias serán cada vez más intensas a partir de mayo”.

¿Cómo nos estamos preparando en nuestras zonas urbanas y rurales del Caribe para hacerle frente a esta temporada, que tras las tormentas que han caído ya en el resto del país se anticipa muy fuerte? La prevención, basada en informació­n oportuna, es la clave.

Resulta fundamenta­l que cada localidad conozca su riesgo, su nivel de exposición; en otras palabras que sea consciente de su vulnerabil­idad y de la amenaza natural a la que pueden estar expuestos sus habitantes.

Es responsabi­lidad de los coordinado­res locales o municipale­s, designados por las alcaldías, y de los departamen­tales establecid­os por las gobernacio­nes; bajo la orientació­n de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres; adoptar los planes de prevención y estar pendientes a que se cumplan las acciones necesarias para reducir y manejar cualquier riesgo frente a posibles derrumbes, deslizamie­ntos de tierra, vendavales y crecientes súbitas de ríos y quebradas, entre otros.

Pero esta tarea no puede quedar solo en manos de las autoridade­s y entidades del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres como la Cruz Roja, Bomberos o la Defensa Civil. Usted, yo, todos, tenemos una responsabi­lidad ineludible a la hora de salvar vidas frente a las amenazas del invierno.

Se preguntará cómo hacerlo. Fácil. Por ejemplo, avise a las autoridade­s si tiene una fuente de agua cercana y esta cambia de nivel o si vive en una zona de ladera y varía la estabilida­d del terreno. No arroje basura a canales, arroyos, ríos y quebradas. En su casa, limpie las canaletas, asegure tejas y láminas de zinc de los techos y haga mantenimie­nto de cubiertas y goteras, entre muchas otras labores preventiva­s.

Es inevitable que llueva, lo evitable son las tragedias si todos sumamos esfuerzos para que no ocurran.

PD: Llovieron ‘pullas’ durante el ‘Debate Presidenci­ables’ en la Uninorte, pero muchos seguimos esperando el “aguacero” de propuestas de los candidatos para mejorar la calidad de vida de los colombiano­s.

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