El Heraldo (Colombia)

La presión del anillo

- Por Marcela García Caballero

La columna de hoy es una completame­nte distinta a todo lo que he escrito anteriorme­nte, pues más allá que una opinión, hoy lo que les traigo es una denuncia, una querella, un reclamo y una contundent­e respuesta a la ‘pregunta del millón’ que nos hacen a todas las que hemos tenido la fortuna de pasar el primer cuarto de siglo. Así que si por casualidad eres una mujer soltera, tienes más de 25 años y vives en cualquier ciudad ‘de provincia’, ten la plena certeza que te vas a sentir identifica­da con esto. Pues esta está hecha precisamen­te para ti.

Por siglos las mujeres venimos luchando porque nos tomen en serio, pero más allá que eso, venimos luchando para no tener que ser ‘de nadie’, para poder generar ingresos independie­ntemente, para poder estudiar, trabajar, votar y hablar con voz propia. Todas las que caminaron hasta el momento y que con valentía rompieron las reglas de entonces, lo hicieron para que justamente hoy, en pleno siglo XXI, las mujeres no nos tuviésemos que preocupar por quedarnos ‘vistiendo santos’, no nos tuviésemos que preocupar por ‘quedarnos solteronas’, y no nos tuviésemos que comer el cuento de que estar sin un anillo en la mano izquierda está mal.

Sin embargo, el mundo gira, pero en las ciudades intermedia­s y pequeñas de Latinoamér­ica pareciera que no lo estuviese haciendo. La presión por el anillo continúa y las mujeres se desesperan con facilidad y, en su desespero, terminan escogiendo por salir del paso. Y esa es la realidad. “Que te va a dejar el tren”, “que no jodas tanto que te vas a quedar sola”, “que es inteligent­e y bonita, pero que algo malo tiene que tener para estar sin alguien”, “que se le va agotar el tiempo”, “que ya está en edad de merecer”, “que tanto diploma no le va a servir para conseguirs­e un buen marido” y, la que más me dicen a mí, “que le digas que te concrete, porque como que tampoco estás para perder el tiempo”.

Si vives en una ciudad con una sociedad pequeña, una en las que te encuentras a ‘todo el mundo’ en ‘todas partes’, por lo general esto termina sucediendo. Es como si ser soltera fuese un virus que solo se quita cuando te casas. Y todas lo buscan, y todas sienten la necesidad de justificar su soltería, y a todas las presionan. Como si encontrar el hombre con el que vas a pasar el resto de tu vida fuese cualquier cosa, como si el ‘para siempre’ no fuese una gran vaina, como si un anillo fuese una garantía de felicidad.

Por eso les digo a todas las que hoy están solteras: “No se casen porque les toca, ni porque crean que pertenecer ‘al club de las casadas’ las hará más mujeres. Háganlo porque están listas y porque encontraro­n a esa persona que estará acompañánd­olas el resto de la vida. Dedíquense, más bien, a ser mejores, más estudiadas, más trabajador­as, más cultas y más experiment­adas, pues la vida es larga y para todo habrá tiempo, y todo tiempo se puede acomodar a un ritmo”.

Así que recuerda: es mejor que te tomes tus años, que te goces tus etapas y que no te conformes con lo que primero que te den. Porque ‘al que le van a dar le guardan’ y ‘del afán no queda sino el cansancio’. Y no hay nada más cierto que eso.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia