El Heraldo (Colombia)

Carta al presidente

- Por Indalecio Dangond

Respetado señor presidente. Esta semana recibí dos denuncias sobre la ineficienc­ia e incapacida­d de los funcionari­os que usted designó como responsabl­es en la política de sustitució­n de cultivos ilícitos y el financiami­ento de los proyectos productivo­s que deberían reemplazar las 230.000 hectáreas de coca que se sembraron en su gobierno.

Le hablo concretame­nte del Programa Nacional Integral de Sustitució­n de cultivos ilícitos (PNIS) y del Banco Agrario de Colombia. A pesar de que su alto consejero para el posconflic­to, Rafael Pardo, tiene asiento en las juntas directivas de las dos entidades, la descoordin­ación entre ellas es totalmente deplorable.

Vamos al grano presidente. Como es de su conocimien­to, las zonas rurales de Tumaco y el Catatumbo son los dos corredores geográfico­s del país con la mayor superficie de coca y con los mayores problemas de pobreza, narcotráfi­co y orden público. Por esas razones, los esfuerzos de su gobierno, de los organismos de cooperació­n internacio­nal y del sector privado, se enfocaron en esas regiones. Luego se hicieron unos estudios agroecológ­icos y de mercados para determinar qué cultivos eran competitiv­os. Posteriorm­ente, se creó el vehículo para desarrolla­r los proyectos productivo­s de manera empresaria­l y se estableció el modelo de ‘Alianzas Estratégic­as Productiva­s y Sociales’ entre empresario­s y asociacion­es de pequeños campesinos de los subsectore­s de la palma de aceite, cacao, piña, plátano, caucho y forestales comerciale­s, combinados con cultivos de pancoger.

En este esquema, el campesino aporta la tierra, la mano de obra y una parte del financiami­ento de su proyecto productivo. El empresario aporta la transferen­cia de tecnología­s, la asistencia técnica y asegura la comerciali­zación del producto a precio de mercado. El Estado, por su parte, aporta los recursos de ayuda y los instrument­os de incentivos ligados al crédito que se tramita ante el Banco Agrario, acordes al flujo de caja de cada proyecto productivo y con garantía estatal.

En Tumaco, donde hay sembradas unas 23.000 hectáreas de coca, la ineficienc­ia del Banco Agrario tiene al borde de la quiebra a 289 familias de pequeños palmiculto­res asociados en varias cooperativ­as (Asones, Agromira, Agrorenace­r), porque no les han desembolsa­do los $14.000 millones restantes que se requieren para el sostenimie­nto de 1.637 hectáreas sembradas entre 2014 y 2016.

En el Catatumbo, donde hay sembradas más de 30.000 hectáreas de coca, 962 pequeños pamicultor­es llevan seis meses esperando que el Banco Agrario les desembolse un crédito por un monto de $14.000 millones para comprar el 49% de las acciones de la Extractora Catatumbo, con lo cual aumentaría­n la rentabilid­ad de sus agronegoci­os. Presidente Santos, el Crédito que la junta directiva del Banco Agrario le aprobó y desembolsó a Odebrecht – Navelena, por un monto de $120.000 millones, lo hizo en 35 días. En estas condicione­s, es muy difícil construir país.

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