“Usted entrégueme allá en Barranquilla lo otro”
Una de las conversaciones reveladas por la Fiscalía evidencia cómo el sobrino de Iván Márquez y un contacto mexicano hablan sobre supuestas operaciones en la capital del Atlántico.
Una conversación
entre Marlon Marín, sobrino de ‘Iván Márquez’, y un enlace mexicano sugiere a Barranquilla como puerto de salida de las 10 toneladas de cocaína que habría pactado Santrich con el cartel de Sinaloa.
El 7 de febrero pasado, Santrich y Marín discutieron las condiciones para un encuentro al día siguiente con los mexicanos, según interceptaciones policiales. La reunión se celebró en Bogotá.
La Fiscalía General de la Nación reveló en la tarde de ayer parte de las fotografías y de los audios que hacen parte del material probatorio en la acusación contra Seuxis Pausivas Hernández, ‘Jesús Santrich’, por conspiración para el envío de al menos 10 toneladas de cocaína hacia Estados Unidos, y con los cuales ahora se le vincula con el Cartel de Sinaloa.
En una de las conversaciones que las autoridades interceptaron a las personas que junto a Santrich están señaladas de pertenecer a la red de narcotráfico entre Colombia y México –que data del 17 de noviembre del año pasado–, se evidenció la conexión que existía con la ciudad de Barranquilla y la salida de droga por sus puertos fluviales.
Por esta razón, de acuerdo con la investigación, estaba prevista la entrega desde la capital del Atlántico de un supuesto cargamento de droga tal y como se lo hace ver Marlon Marín a un contacto mexicano (HD: Hombre Desconocido, que cambia en otros audios) en unoa de las conversaciones reveladas por la Fiscalía.
En esta prueba aportada al expediente, Marlon Marín se contacta con personas de nacionalidad mexicana, con quienes habla además sobre la rivalidad que existe entre el ‘Cartel de Sinaloa’ y el ‘Cartel de Michoacán’.
– HD: Pero mira, para que usted lo sepa, el ruco (viejo) del aguacate de Michoa, él no la lleva con el duro de nosotros, para nada, porque el es de Sina (Sinaloa) y el otro es de Michoa (Michoacán).
– Marlon: Sí, sí, entiendo, entiendo. – HD: Y ahí es un pedo, el olorcito más horrible… mejor dicho, carnalito, no nos volvemos a ver, eso está advertido. – Marlon: Yo te entiendo, yo te entiendo a ti (…) Yo me imagino que no tienen que enredarse las cosas, simplemente se le dice al señor allá, el del aguacate (Jefe del cartel de Sinaloa), le dice mire yo ya tengo aquí este efectivo, tengo para 5.000 televisores (5.000 kilos de droga), ten- ga los 5.000 televisores. ¿Sí? Y usted entrégueme allá en Quilla, en Barranquilla me entrega el otro (otro cargamento).
Durante diez meses, entre junio de 2017 y abril de 2018, Santrich y su grupo de cómplices –Marlon Marín, Armando Gómez España, alias ‘El Doctor’, y Fabio Simón, que se hacían llamar ‘La Familia’, fueron objeto de seguimientos por parte de la Fiscalía General colombiana y miembros de la DEA, mientras realizaban contactos con la organización criminal mexicana.
Las indagaciones iniciaron cuando la Fiscalía comenzaba a realizar seguimientos a los intermediarios de la corrupción alrededor de los proyectos de la paz en las zonas de posconflicto.
Algunos de estos intermediarios, al no tener acceso a estos recursos, empezaron a buscar contactos en el mundo del narcotráfico. En medio de estos seguimientos, aparece el nombre de Marlon Marín, quien es sobrino de Iván Márquez y contra quien pesa también una circular roja de Interpol por estos hechos.
LAS PRUEBAS.
Además de los audios, la Fiscalía también tiene en sus manos una fotografía en la que, según el ente in- vestigador, se observa cómo en la casa de Santrich –misma donde fue capturado– se lleva a cabo una reunión el 8 de febrero en compañía de Marlón Marín y los que serían emisarios de la banda narcotraficante en donde se negoció el cargamento.
En ese encuentro se habrían pactado negocios ilícitos entre Colombia y México para transportar droga a Estados Unidos.
LOS DóLARES Y EL CUADRO.
Pero las pruebas para incriminar a Santrich van más allá. De acuerdo con la Fiscalía, Santrich y su grupo de cómplices habrían recibido cinco millones de dólares por parte de los compradores de la droga en Estados Unidos, y a través de estos últimos, Santrich habría enviado un cuadro de su propio puño dirigido a Rafa Caro Quintero, jefe del Cartel De Sinaloa.
Según el ente investigador, no obstante, los compradores no eran en realidad del Cartel de Sinaloa, sino agentes infiltrados de la DEA. De ahí la certeza de los datos.
EL DESAFíO DE LA JEP.
Todo el escándalo que se ha generado alrededor de la captura de Jesús Santrich, será la primera prueba de fuego que tendrá que enfrentar la Justicia Especial para la Paz (JEP) pues tendrá que determinar si el material probatorio que incrimina a ‘Jesús Santrich’ por conspiración para el envío de 10 toneladas de cocaína a los Estados Unidos, se sustenta en hechos cometidos antes o después del primero de diciembre del 2016.
De ello dependerá si el exjefe negociador de las Farc en Cuba – que hoy está detenido– es enviado o no a Estados Unidos para responder por los hechos que se le señalan.
El artículo transitorio 19 del acto legislativo 01 de 2017, que le dio vida a la JEP, estableció que cuando se presentara una solicitud de extradición para algún miembro de las Farc por un hecho cometido con posterioridad a la firma del Acuerdo –primero de diciembre de 2016–, sería la JEP, y particularmente la Sección de Revisión del Tribunal para la Paz, la que evaluaría la conducta atribuida para “determinar la fecha precisa de su realización y decidir el procedimiento apropiado”.
Si en su estudio, esa jurisdicción llega a encontrar que la misma ha sido, en efecto, cometida con posterioridad a esa fecha, se “remitirá a la autoridad judicial competente para que sea investigada y juzgada en Colombia”. *Con información de Colprensa