El Heraldo (Colombia)

El apretón fiscal

- Por Amylkar D. Acosta M.

El déficit fiscal del Gobierno Central además de agudo es crónico. Como es apenas lógico, según la Ley de Wagner, el gasto público tiende a crecer con el tiempo y el tamaño del Estado, tanto en términos absolutos como en proporción del PIB, dado que cada día debe asumir mayores responsabi­lidades. Del 8,4% del PIB que representa­ba el gasto público en 1985 se pasó al 19,2% en 2015, muy por encima de sus ingresos corrientes.

Según el Informe en diciembre del año pasado de la Comisión del Gasto Público, la brecha existente entre el precario recaudo impositivo, que se aproxima al 14% y el gasto público, que supera los 3 puntos porcentual­es del PIB, suponiendo un ingreso no tributario adicional de 2 puntos porcentual­es del PIB.

Finalizand­o el año anterior, Colombia estuvo a punto de perder el grado de inversión de su deuda soberana. Standard and Pooor’s redujo su calificaci­ón crediticia rebajándol­a de ‘BBB’ a ‘BBB-’. Entre sus considerac­iones para tomar esta decisión estuvo el magro crecimient­o de la economía, que cerró el año con un anémico 1,8% y el alejamient­o de la meta del déficit fiscal, que se resiste a ceder, acentuada por la época de las vacas flacas del sector minero-energético, poniendo en riesgo el cumplimien­to de la regla fiscal.

Y ello no obstante la “austeridad inteligent­e” planteada por el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, la cual se tradujo en un apretón fiscal, recortando $4 billones en el Presupuest­o de la vigencia 2017 y anunciando otro recorte para el 2018, de tal manera que el PGN pasó de $181,7 billones en 2017 a $182,1 billones en 2018.

Una de las razones que adujo el mi- nistro Cárdenas para tramitar la reforma tributaria de 2016 fue la de “evitar perder la clasificac­ión BBB”. Aprobada dicha reforma, S&P manifestó que “aunque esperamos que los déficits fiscales de Colombia se reduzcan, los resultados de la reforma del 2016 han estado por debajo de lo previsto y el cumplimien­to de la meta fiscal ha recaído parcialmen­te en ingresos extraordin­arios”, refiriéndo­se a los recursos provenient­es de la multa impuesta a las operadoras de telefonía celular Claro y Telefónica por valor de $4,7 billones.

En efecto el ingreso adicional por cuenta de la reforma tributaria fue de solo 0,4% del PIB, inferior al 0,7% estimado por el Gobierno. Moody’s cambió la perspectiv­a a la economía colombiana de “estable” a “negativo”. Por su parte, Fitch le dio un compás de espera y manifestó que “hasta que no se conozca la política del próximo gobierno” no tomarán ninguna decisión al respecto.

Para dar cumplimien­to a la regla fiscal el déficit fiscal tenía un techo de 3,6% del PIB para el 2017 y 2,7% del PIB para 2018, sin embargo en el Plan Financiero actualizad­o del Ministerio de Hacienda se fijó como meta alcanzar el 3,1% en 2018. Para cumplir con dicho cometido, el ajuste deberá ser por un monto total estructura­l de 2,1% del PIB. www.amylkaraco­sta.net

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