El Heraldo (Colombia)

LOS CHICHARRON­ES DE LA PAZ

La extradició­n de ‘Jesús Santrich’ y el multimillo­nario robo en los contratos del posconflic­to, son dos de ‘las papas calientes’ que heredará el sucesor de Juan Manuel Santos.

- ÓSCAR MONTES @leydelmont­es

“La guerra en Colombia ha dejado de existir, bienvenida la paz”, fue una de las frases más utilizadas por Juan Manuel Santos, luego de la firma del acuerdo de desmoviliz­ación y reinserció­n a la vida civil de miles de guerriller­os pertenecie­ntes a las Farc. Lo dijo en Cartagena, lo repitió en el Teatro Colón de Bogotá y lo reiteró en la propia sede las Naciones Unidas en Nueva York.

La firma del acuerdo de paz con las Farc es –sin duda alguna– el logro más importante en la historia reciente del país. Su trascenden­cia es incuestion­able. Santos logró lo que todos los presidente­s que lo antecedier­on habían querido pero ninguno había alcanzado. Gracias a Santos, las Farc desapareci­eron como organizaci­ón guerriller­a. Esa es la verdad. El tema, sin embargo, será siempre motivo de controvers­ia, por la forma como el Gobierno negoció la “desactivac­ión” de esa poderosa máquina de guerra. Hay quienes sostienen que el precio fue muy alto, tanto en materia política, como jurídica y hasta en términos económicos. Algunos hablan, in- clusive, de “volver trizas” los acuerdos.

Por todo el camino recorrido es imposible “volver trizas” lo pactado con las Farc. Pretender hacerlo es dinamitar el logro más trascenden­tal de nuestra historia reciente. Sería un error imperdonab­le y las generacion­es futuras nos cobrarían semejante exabrupto.

Pero los hechos recientes indican que las cosas como van no van bien y es necesario replantear algunos asuntos, sin que ello comprometa el futuro de los acuerdos, en especial en lo que tiene que ver con las víctimas y los ex combatient­es. El nuevo Presidente –sea quien sea, de izquierda, centro o derecha– debe asumir ese compromiso con sentido patriótico y vocación histórica.

Pese a los duros cuestionam­ientos de la negociació­n –muchos de ellos justificad­os– se trata de un hecho irreversib­le. Así lo han entendido, inclusive, quienes tuvieron duros reparos con la mesa de La Habana, como Germán Vargas Lleras

Pero en estos momentos, cuando se creía que la negociació­n del Gobierno con las Farc había cerrado el capítulo del conflicto con esa guerrilla, dos hechos recientes volvieron a poner sobre la mesa el futuro de los acuerdos en cabeza de quien suceda a Santos en la Casa de Nariño. El primero de ellos tiene que ver con los escándalos de corrupción en los contratos que se han firmado para la implementa­ción de los acuerdos de paz y el segundo está relacionad­o con la captura de alias Jesús Santrich por parte de la Fiscalía General, luego de una operación de “entrampami­ento” realizada por la DEA, que evidenciar­ía sus tratos con el Cartel de Sinaloa.

Los multimillo­narios recursos de la paz –en un país inundado de corrupción por los cuatro costados– no podían mantenerse al margen de este fenómeno. Para vergüenza de todos, la plata que debía servir para beneficiar a más víctimas y a quienes abandonaro­n las armas terminó en los bolsillos de los bandidos, que trafican con el dolor de los demás. Este delicado asunto, entre otros, deberá ser afrontado por el nuevo Presidente a partir del próximo 7 de agosto. Será uno de los tantos “chicharron­es” que heredará el sucesor de Santos, quien terminará su segundo mandato sin poder concluir muchas de las tareas que quedaron pendientes de la negociació­n de La Habana.

¿Cuáles son los principale­s “chicharron­es” que heredará el sucesor de Santos en materia de paz?

 ??  ??
 ?? ARCHIVO ?? Iván Márquez y Jesús Santrich en La Habana. Eran otros tiempos.
ARCHIVO Iván Márquez y Jesús Santrich en La Habana. Eran otros tiempos.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia