Las carreras 4 y 8
En el sur de Barranquilla hay dos importantes vías que desde hace décadas están pidiendo a gritos que las prolonguen, inclusive ambas han estado entre las que se intervendrían con los recursos de las dos últimas valorizaciones, pero en el orden de prioridades nunca ocuparon los primeros puestos, y por esa razón los recaudos no alcanzaron para desembotellar amplísimos sectores del sur. Se trata de las carreras 4 y 8 del sur. La carrera 4 nace en la calle 30 y kilómetro y medio más arriba muere de manera trunca en la calle 42, a escasos 360 metros de la calle 45 (Murillo). Si se abriera ese absurdo tapón, la carrera 4 conectaría las calles 30 y 45, descongestionando sobre todo a la mal llamada autopista al aeropuerto. Los valores de los predios que habría que adquirir para continuar ese par de cuadras serían realmente mínimos, y los de las obras civiles también.
La carrera 8 es de mucha mayor importancia vial que la 4, tanto en lo que se refiere a movilidad, como comercialmente, pero de manera incomprensible tampoco se ha construido su prolongación. Como en el caso de la carrera 4, la 8 inicia su recorrido desde la calle 30 hacia arriba. Pero si uno analiza el mapa de Barranquilla, o desde Google Earth, se aprecia fácilmente que hacia abajo, la carrera 8 se presenta como la prolongación en línea recta de la carrera 9 en el acceso al puente Pumarejo, con un tramo de vía ya parcialmente construido. En cualquier ciudad que planifique su malla vial y se proyecten vías de tráfico rápido, ya se habría trazado una avenida directa desde la nueva glorieta de la calle 17 con carrera 9 hasta el cruce de la calle 30 con carrera 8. Hoy todavía es posible hacerlo, en un par de años, quizás sobre la calle 30 habrán construido unas edificaciones que ya lo imposibilitarán. Eso sería imperdonable y muy lamentable.
Pero desde la calle 30 hacia arriba, la carrera 8 se presenta como una avenida dinámica, comercial, con vida nocturna, y atraviesa la calle 45 (Murillo), recorre más de 2 kilómetros, llegando con sus dos calzadas hasta la calle 51B, y en una sola calzada dos cuadras más arriba, hasta la calle 52C, donde se interrumpe absurdamente unos 500 metros antes de llegar a La Cordialidad, que ahora está siendo ampliada. Esos 500 metros están comprendidos en el barrio La Sierrita. Destapar este tapón urbano desde la calle 17 hasta la calle 30, y desde esta hasta Cordialidad significaría ofrecer una nueva e importantísima alternativa de conectividad urbana entre el sur-oriente y sur-occidente de la ciudad.
Edubar cuenta con unos diseños de estos dos tramos de las carreras 4 y 8, pero desafortunadamente la Secretaría de Planeación del Distrito no ha contado con un capacitado taller de diseño urbano y vial bien equipado, en el que profesionales especializados se puedan dedicar a algo tan importante para una ciudad como lo es proyectarla y diseñarla, para luego construirla. Ojalá en la Alcaldía comprenda que esto es indispensable. O que financien a Edubar para que siendo la empresa de desarrollo urbano, se equipe mucho mejor y siga liderando esta importantísima tarea, pero de una manera tan completa que incluya toda la ciudad. Porque la Barranquilla del futuro, en lo que respecta a su necesaria red vial para mejorar nuestra caótica movilidad actual, ya debería estar totalmente diseñada.