Mundo real, no imaginario
Son las 10:00 a.m. y desde mi aula de clase empiezo a escribir lo que analizo sobre la situación política, social y humana, y digo que es terrible lo que se puede observar en estas campañas presidenciales donde existen diferentes grupos divisionistas, pero lo que da más tristeza es ver cómo los seguidores de izquierda o derecha se ofenden sobre la vida y el rabo de paja de cada líder a quien siguen. Bueno, lo más curioso es ver cómo cada equipo defiende y trata de tapar la culpa de su líder sacando los trapitos sucios y limpios del otro, y lo más descarado y sorprendente es ver cómo algunos de esos líderes han matado, han sido públicamente bandidos y ahora aparecen como la santa paloma y los que van a venir a solucionar la situación de todo un país según su ideal.
Lo total es que hay que respetar las diferencias, vota por quien desees, si otra persona piensa votar por otro contrario al tuyo, eso que no te duela y te no ofenda, la otra persona no puede pensar igual a ti, respeta eso, y si tu candidato no gana respeta eso también, eso nos reafirma que no todos pensaban como tú. Soy maestra, y que quede claro, no tengo por qué imponer mi pensamiento a mis estudiantes, ni mis inclinaciones políticas, eso jamás, lo que sí me faculta la existencia es enseñarles a que sean libres de elegir a quien les parezca más ajustado a la realidad y no a las historias fantásticas que solo podemos inventar los escritores, en mundos imaginarios y con personajes imaginarios. Esto lo escribo respondiendo a un maestro que se refirió a mí diciendo que le enseño a mis alumnos, porque no estoy inclinada a su candidato, soy libre y por lo tanto eso enseño, a ser libres, no a manipular ni a sujetar personas.
Delia Bolaño Ipua