El Heraldo (Colombia)

Johnson, noqueado de veras

- Por Chelo de Castro C.

Jack Johnson, el primer boxeador

de raza negra que ascendió al campeonato mundial de boxeo de todos los pesos, tuvo una jornada de persecució­n para conseguir que quien ostentaba el campeonato mundial heavyweigh­t, Tommy Burns, aceptara combatir contra él, algo que finalmente logró en Australia.

Entre Burns y Johnson no había pelea. No podía haberla entre uno de los mejores pesos completos del momento y un campeón mundial que ni el peso de

heavyweigh­t ostentaba. Burns pesaba menos de 170 libras, enfrentado a un Johnson que pesaba 230.

Johnson jugó con Burns como un gato frente a un ratón. Lo castigaba fuertement­e y, próximo a noquearlo, amainaba el ataque para que Burns se recuperase y poder seguir castigándo­lo. Esta macabilada boxística de Johnson se le malogró al final cuando la policía subió al ring y determinó la suspensión del combate.

Al fin los que lucharon por encontrarl­e un buen contendor a Johnson escogieron a un gigantesco (de dos metros, un centímetro de altura) Jess Willard, hombre de fuerza hercúlea, pues en la finca donde trabajaba trepaba él solo un fardo de alfalfa de una tonelada de peso.

Los gestores de hallar una fórmula para que Johnson aceptara exponer su título mundial lograron finalmente que el campeón mundial aceptara exponer su título frente a Willard. La pelea se pactó para La Habana y Willard noqueó espectacul­armente a Johnson, en medio de la admiración de miles de cubanos.

A raíz de este nocaut Johnson como buen dicharache­ro e inventor de fábulas días después de la pelea salió con la historia de todos conocida, o sea, que él había aceptado entregar el título a cambio de que se le aceptara entrar a los Estados Unidos para visitar a su señora madre. Lo que nadie se explica es cómo un anónimo filmador de películas pudo entrar al estadio habanero y filmar toda la pelea hasta el nocaut sufrido por Johnson. Este anónimo la guardó durante más de 50 años sin que nadie se explicara semejante actitud. De haberlo hecho de inmediato, la historia de Johnson terminaría en carcajadas.

Johnson alegaba en su sarta de mentiras que se había tirado a la lona. Y vamos que la filmación señala categórica y realmente la caída de Johnson. Este recibió un derechazo corto de gran potencia a la mandíbula y de inmediato se desplomó. Luego se alegó en favor de Johnson que este tenía sus manos enguantada­s sobre sus ojos para evitar el sol que le daba pleno en su cara. Los que vieron la desplomada de Johnson en La Habana reían a mandíbula batiente, refutando que se había vendido.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia