¿Democracia?
Ellos lo que quieren es una Corte Suprema y un fiscal que les proteja sus fechorías”, gritó Cesar Gaviria refiriéndose a Uribe y a su equipo. “He denunciado a Uribe con respecto al paramilitarismo”, manifestó Andrés Pastrana. “El Dr. Álvaro Uribe trató de vincularme con Mancuso. Esos hechos ya fueron constatados por la justicia y lo que arrojó esa investigación fue que el verdadero amigo de Mancuso y quien recibió su apoyo fue el Dr. Uribe”, afirmó Germán Vargas Lleras.
El oportunismo político sobresale en Colombia. Los mayores críticos y opositores de Álvaro Uribe decidieron unirse al Centro Democrático en la segunda vuelta. A Iván Duque no lo bajan de inexperto y de títere del expresidente. Mientras que el Centro Democrático y su líder, no han hecho más que decirle a los exaliados de Santos que le regalaron el país a las Farc y que están “enmermelados”. Hoy, sin sonrojarse, levantan la bandera del uribismo juntos. Esto no es un tema de ideología ni de salvar al país de un “castrochavismo” inexistente, lo hacen por fines particulares, porque el descaro de la política tradicional y del Centro Democrático no tiene límites.
Los políticos colombianos demostraron que, a pesar de las denuncias que han hecho los unos de los otros, a pesar de destapar escándalos de corrupción y nexos con paramilitares, se van a aliar sin importar la honestidad ni la transparencia. Entonces, ¿quién mintió? ¿Uribe y el Centro Democrático o la clase política tradicional? ¿Quiénes son los corruptos y quiénes son los paramilitares? ¿Todos falsearon información? ¿O todos son lo que afirman sus antiguos detractores?
“La democracia está en juego”, manifiestan algunos ciudadanos de todas las orillas políticas. Y este es uno de los grandes problemas de la contemporaneidad: la distorsión de la realidad. La tergiversación empieza desde el lenguaje. No comprendemos los términos ni su significado. La mayoría de países en el mundo no son democracias sino gobiernos representativos. Es necesario conocer la diferencia para entender lo que ocurre en el país.
Los gobiernos representativos son herencia de los franceses y su parlamento. Los burgueses decidían las leyes para beneficiar a su clase social. Se supone que los ciudadanos eligen para que legislen y gobiernen a favor de todos. Pero no tienen en cuenta que, en la mayoría de los casos, sólo pueden postularse quienes hacen parte de élites sociales y políticas. A ellos no les interesa escuchar al pueblo. Actúan siempre en beneficio de la élite a la que pertenecen.
La diferencia con la democracia de la antigua Grecia está en que el pueblo tenía la última palabra. Los representantes eran elegidos al azar y su deber era hacer cumplir las exigencias de la mayoría. En la forma actual de organización política, mal llamada democracia, esos representantes no cumplen exigencias del pueblo. Están sometidos a su propia élite, a legislar a favor de poderes económicos y reducen la ciudadanía a una masa que sigue pero que no puede proponer.
En Colombia, se unieron la clase política tradicional y Álvaro Uribe con el fin de hacerle jaque mate al pueblo… de alejarlo de la verdadera democracia.