¡Vamos con todo, Dr. Duque!

Mis detractores, poquitos por cierto, se me vinieron encima desde el domingo a las cuatro de la tarde. En las redes sociales me dijeron de todo. Que yo era un acomodado, que a última hora cambié mi voto, que esta columna me quedaba grande.

Pues nada de eso es cierto. Voté, a mucho honor, por mi amigo Germán Vargas Lleras. Y lo volvería hacer cuantas veces fuese necesario. Ese voto, desde el Cielo, me lo pidió mi padre y yo a él le obedezco. Sin embargo, debo reconocer que el panorama político de Colombia ha cambiado y que los nuevos dueños del poder son Iván Duque y su mentor Álvaro Uribe.

Voy a votar en segunda vuelta por Duque por razones miles. Primero, porque el hombre es un tipo decente. Durante cuatro años ha soportado con estoicismo los maltratos de los antiuribistas y él ni se ha inmutado. Siempre está tranquilo y a veces –yo lo he visto– hasta se ríe de las bobadas que de él dicen. Duque, a diferencia de Juan Manuel Santos, es un amigo leal. Aún veo a Santos lambiéndole a José Obdulio para que le ayudara con Uribe. Apenas lo hizo, y ganó la Presidencia, le dio la espalda y hasta trató de meterlo a la cárcel. Duque, en cambio, es amigo de los amigos. No hay cosa más bella en el mundo que la lealtad.

Voy a votar en segunda vuelta por Duque porque es un hombre de academia. Todos sus estudios –en economía y abogacía– están plenamente probados. Aquí no estamos hablando de Springers o de Santos. Alguna vez vi a Duque en el restaurante de un hotel bogotano batiéndose con un lagarto que la Unión Europea envió para el “proceso de paz” con las Farc. Lo barrió. Le dijo hasta de qué si iba a morir. Defendió a Colombia y a la sociedad colombiana. Le dijo que respetara, que él no era Santos, que él hablaba en representación de 50 millones de colombianos.

Voy a votar en segunda vuelta por Duque por su coherencia. Él no hará trizas las negociaciones con las Farc. Duque es de los que piensa que a los bandidos de las Farc es preferible verlos rumiar que matando gente. Yo pienso lo mismo, aunque para nada me molestaría verlos tras las rejas.

Voy a votar en segunda vuelta por Duque porque respeta las instituciones. Duque no es Petro. Estoy seguro de que si a Duque –cosa que no pasará– se le sanciona penal o disciplinariamente callará para enviar un mensaje a la sociedad: que él no está por encima de nadie. ¿Me escucha, señor Petro?

Y voy a votar en segunda vuelta por Duque por mis hijas. Las dos aún están chiquitas. Son indefensas. No quiero verlas como a las niñas venezolanas. Yo estoy en la obligación de hacer por ellas lo mejor. Y lo mejor es que Colombia siga siendo un país demócrata, un país en el que se respete la libre inversión, un país en el que haya seguridad. Ninguna de mis dos hijas tiene por qué dejar sus estudios. Las dos están en la obligación de ser gente decente. Con Petro, en cambio, nos tocará a todos dejar el país. Pero eso no pasará.

Gracias mil, doctor Iván Duque.