Petro modelo 2010 vs Petro modelo 2018
No es fácil entender el cambio de postura de Gustavo Petro con respecto a la utilidad y conveniencia del voto en blanco. En 2010, cuando fue candidato presidencial del Polo Democrático y ocupó el cuarto lugar en la primera vuelta, promovió el voto en blanco para la segunda vuelta con el fin de no tener que respaldar ni a Juan Manuel Santos ni a Antanas Mockus, quienes dirimieron la contienda electoral. “Un voto en blanco -escribió Petro en Twitter en 2010- es un voto menos para Santos y para Mockus”. Es decir, en ese momento sí era un recurso válido y útil, porque servía para rechazar unas candidaturas que a Petro no le gustaban. Pero ese mismo voto en blanco ahora es perverso y antidemocrático, sencillamente porque en esta oportunidad a Petro no le conviene. En un sistema democrático el voto en blanco tiene una razón de ser, independientemente de la conveniencia coyuntural que tenga para uno de los candidatos. Esos atajos son los que terminan debilitando los sistemas democráticos. En 2010 también existía una polarización electoral en Colombia, entre un candidato uribista (Juan Manuel Santos) y un candidato con muy buena aceptación en movimientos y partidos de centro-izquierda (Antanas Mockus). Es decir, ese escenario era muy similar al actual. La única diferencia es que Mockus polarizaba menos de lo que polariza Petro en la actualidad. Pese a ello, Petro promovió el voto en blanco. A la postre ganó Santos, quien -¡vaya paradoja!- una vez ganó la Presidencia, hizo un acuerdo con Petro, como se lo recordó en estos días el senador Robledo, quien -tanto en 2010 como en 2018- siempre ha sido promotor del voto en blanco en la segunda vuelta.