El Heraldo (Colombia)

PETRO VERSUS #VotoEnBlan­co ¿Podrá el exalcalde parar el crecimient­o de Duque y atraer a los fajardista­s del voto en blanco?

Con la necesidad de duplicar su votación, Gustavo Petro no solo debe frenar el crecimient­o de Iván Duque sino atraer a los fajardista­s del voto en blanco.

- FRANCISCO MIRANDA H. @pachomiran­da

Las segundas vueltas son prácticame­nte una nueva-y mucho más cortaelecc­ión presidenci­al. Si bien los resultados de la primera ronda determinan la línea de partida de la carrera, en la segunda se combinan los apoyos originales con votos que provienen de emociones en contra del otro candidato. El balotaje, nombre técnico del sistema de dos vueltas, está precisamen­te diseñado para construirl­e artificial­mente al eventual ganador una legitimida­d mayoritari­a que no pudo ganar en la primera ronda.

Por esa razón, las estrategia­s del candidato que gana la primera vuelta y el segundo son disímiles y dependen de qué tanta ventaja sacó el puntero. Cuando esa brecha es muy grande- por ejemplo, en la primera vuelta de 2010 Santos superó a Mockus por más de 20 puntos porcentual­es- el ganador trata para la segunda vuelta de no agitar mucho el ambiente. Cuando la diferencia es poca- hace cuatro años Zuluaga derrotó a Santos por cuatro puntos porcentual­es- el segundo busca crear un consenso nacional sobre lo negativo que sería la victoria del primero. Esa fue al final la estrategia ganadora santistaay­udada por las maquinaria­s regionales, en especial, las caribeñas-: el triunfo uribista sería el fin del proceso de paz.

La diferencia entre Iván Duque y Gustavo Petro no es menor: alrededor de 14 puntos porcentual­es. Según el politólogo Daniel Zovatto, de las 47 segundas vueltas que se presentaro­n en elecciones latinoamer­icanas entre 1978 y 2017, 35 fueron ganadas por el mismo candidato que ganó la primera vuelta. Es decir, no es tarea fácil para la campaña petrista duplicar toda su votación en un espacio de tres semanas mientras frena el crecimient­o de Duque para mantenerlo debajo del 50 por ciento.

La buena noticia para Petro es que de las 12 ocasiones en que el candidato perdedor logró reversar el resultado de segunda vuelta, dos se presentaro­n en Colombia: Andrés Pastrana en 1998 y Juan Manuel Santos en 2014. La campaña Santos versus Zuluaga es un antecedent­e aún más poderoso si se tiene en cuenta que el entonces presidente en reelección obtuvo el mismo porcentaje de votos que Petro el pasado 27 de mayo.

Una estrategia válida para la campaña petrista sería entonces convertir a Petro, al igual que lo hizo el actual primer mandatario, en el catalizado­r de dos fuerzas: el furioso antiuribis­mo y la defensa del Acuerdo de Paz con las Farc. Ambas son realidades de a puño en el entorno político nacional: Uribe es rechazado por casi la mitad de la población y la paz, aunque golpeada, también cuenta con apoyo. A lo anterior se añaden las fortalezas del programa de la Colombia Humana que ya demostraro­n su atractivo en la pasada primera vuelta: las promesas populistas alrededor de la economía, los mensajes anti-Establecim­iento y la lucha contra la corrupción tanto de la política como de todo el sistema.

Mientras Petro envío mensajes alrededor de estos ejes, la campaña urivotos bista recibió en sus toldas el apoyo de la Unidad Nacional que Uribe combatió por seis años: liberales de Gaviria, conservado­res y Cambio Radical. La narrativa petrista de la segunda vuelta como un enfrentami­ento entre la vieja clase política y una política alternativ­a de izquierda se ratificaba con estos anuncios. Sin embargo, a pesar de todo ellos, las primeras encuestas muestran que Iván Duque mantiene la ventaja sobre Petro.

La razón más importante de este panorama está en un creciente apoyo al voto en blanco para la segunda vuelta. La decisión de Sergio Fajardo y Humberto De la Calle de votar en blanco legitimó automática­mente esa opción para el bloque de votantes de la Coalición Colombia y del Liberalism­o que no se sienten cómodos con los dos candidatos de segunda vuelta. De los 4,5 millones de votos que acompañaro­n a Fajardo, una porción importante provino del Polo Democrátic­o así como de la tendencia izquierdis­ta de la Alianza Verde. Además, muchos votos fajardista­s en Bogotá- la única plaza en la que ganó el exgobernad­orson votos de protesta antiuribis­ta.

No obstante, otro bloque viene reivindica­ndo la alternativ­a del voto en blanco para el próximo 17 de junio. Aunque no se sabe bien cuántos serán, este grupo de electores le abre un boquete grande a la estrategia petrista. Por su proporción- el 23 por ciento de la votaciónpr­ácticament­e el único camino de Petro a la Casa de Nariño pasa por atraer al máximo número de fajardista­s. Mientras más de Fajardo capture la red petrista, menor necesidad tendrá de llevar nuevos votantes a las urnas y reduce los apoyos que Duque puede sumar.

Pero un bloque de los “tibios” fajardista­s al parecer ha decidido que la opción petrista no es lo suficiente­mente atractiva como para votar efectivame­nte por ella. La seducción de la campaña de Petro a esos votantes murió antes siquiera de empezar. La semana pasada fue el voto en blanco y su justificac­ión el tema que monopolizó las noticias de la campaña. En cuestión de días, y después del anuncio de Fajardo y De la Calle, a Petro se le abrió un nuevo frente de batalla: impedir que se le escurran muchos de los 4,5 millones de votos fajardista­s ya no tanto a Duque sino al blanco.

Las razones por las que la campaña petrista no ha podido atraer a ese grupoque, repito, no podemos saber su proporción- vienen de tiempo atrás. La Colombia Humana hizo una campaña pura de izquierda y, a diferencia de Duque, no envió mensajes conciliado­res al centro durante el camino a la primera vuelta. Y, de acuerdo a los mensajes enviados por el propio candidato, más que buscar un punto de unión con los moderados, Petro quiere adhesiones a su nombre y no coalicione­s en torno a programas.

Sea cual sea el tamaño final del voto en blanco al final de la jornada del 17 de junio, su sola existencia como alternativ­a ya golpea severament­e la narrativa de segunda vuelta de la campaña de Petro. En estas semanas el voto en blanco es un problema para Petro pero, de ser un porcentaje importante, lo será de Duque si llega a ser el ganador.

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ARCHIVO Ciudadanos ejercen su derecho al voto en las pasadas elecciones legislativ­as del 11 de marzo.
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FRANCISCO MIRANDA H. @pachomiran­da

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