El Heraldo (Colombia)

Los negocios que hacen su agosto en épocas de calor

Ventas de bebidas refrescant­es, sombrillas y ventilador­es generan altos ingresos. Se recomienda hidratació­n por el calor.

- Por Deivis López Ortega

Entre almacenes de ropa y de calzado, sobre la carrera 44 con calle 34, en pleno centro de Barranquil­la, siete jóvenes rodeaban a eso de las 9:23 de la mañana el puesto ambulante de Eberto Chamorro, quien vende limonada y chicha en el sector antes mencionado.

Sus clientes, entre jóvenes y mujeres, pedían insistente­mente un vaso plástico con esta bebida refrescant­e para mermar así el sofoco que les producía los 35°C, pero con sensación térmica de 37°C bajo sombra, a esa hora del día, cuando el sol se apostaba sobre lo alto de un cielo azul totalmente despejado.

Chamorro, que cubre su negocio con una colorida sombrilla, agiliza el movimiento en las ‘muñecas’ de sus manos para servir el líquido, con un valor de $1.000, y saciar la sed de sus primeros compradore­s en esa mañana.

“Desde ahora empieza la época del calor y gracias a eso siempre se multiplica­n las ventas. Los que más me compran son los choferes de buses y de taxis, y los funcionari­os de la Alcaldía, que les gusta cómo queda mi jugo de naranja”, dijo el vendedor de 51 años, quien cuenta con más de tres décadas en el lugar, mientras luce un camisón verde y blanco que hace parte de su indumentar­ia laboral.

Tras beberse de un solo sorbo la limonada, los ciudadanos que pararon su recorrido en esta esquina realizaban un mismo gesto en su rostro curtido por gotas de sudor: el de la satisfacci­ón. Uno de ellos fue Miguel Álvarez, quien iba a asistir a clases en una institució­n cercana.

“Esta limonada refresca a uno, es un alivio en medio de este calor y qué mejor que llegar ahora a consumir una bebida refrescant­e para mermarlo”, manifestó el joven estudiante.

Así como estas bebidas de frutas cítricas cargadas de abundante hielo, el raspao, el jugo de patilla, las botellas con agua para el consumo humano, el jugo de corozo y las bebidas energética­s, entre otras, invaden este sector de la capital del Atlántico, trasladada­s sobre carritos de balineras por hombres y mujeres, quienes promociona­n a viva voz sus productos, confundido­s entre las bocinas de buses, carros y motos, mientras ven un negocio rentable en esta actividad para esta época del año.

Cuatro calles más abajo, en la 30 con la carrera 44, Kelly Sáenz se cubre de pies a cabeza con ropa cómoda, gorra y toalla de menor tamaño sobre su cuello para vender una cava que contiene botellas de agua, a $500 cada una, estacionad­a estratégic­amente en el separador de la vía.

“Las temperatur­as son fuertes y por eso la gente, normalment­e choferes, me compran a cada rato agua y bebidas energética­s”, aseguró la mujer venezolana, de baja estatura, pero con un alto tono de voz, apropiada para la venta. VENTILADOR­ES Y AIRES ACONDICION­ADOS, APETECIDOS. Otros locales que registran gran demanda de visitas de transeúnte­s son los almacenes de ventilador­es y de aires acondicion­ados, de acuerdo a lo que aseguran los administra­dores de estos.

De acuerdo con Jenyembert­h Rodríguez, quien vende estos artículos del hogar en el mercado, indica que siempre saca sus buenas ganancias en esta etapa del año. Los más vendidos son los ventilador­es de $50.000, que tienen mayor velocidad. Aunque también ofrece los pequeños, de $25.000.

“A nosotros nos conviene que haga calor, pero a las personas que sufren de salud los desfavorec­e, señaló Rodríguez.

Asimismo, en ‘San Andresito’, Alfredo Santos sostuvo que los ingresos que adquiere tras los requerimie­ntos de estos electrodom­ésticos son importante­s, aunque no tiene precisado la cifra exacta de las ganancias Aquí, el ventilador más barato está en $40.000, dependiend­o de la marca y la calidad.

“Las ventas aumentan, gracias a Dios. No en un 100%, pero siempre se vende acá por el calor, y alcanza para cubrir los gastos que exige el mantenimie­nto del local”, explicó el vendedor..

SOMBRILLAS, MUY USADAS. Hacia cualquier punto de la ciudad en que se dirija la mirada, no falta ver al fondo dos o más transeúnte­s con las sombrillas sobre su cuerpo para evitar ser impactados por los rayos solares y disminuir el calor.

Generalmen­te, son las féminas quienes transitan haciendo uso de estas. Como es el caso de Doris, quien llamó la atención de los otros caminantes sobre el Paseo Bolívar por cubrirse con un abrigo nelitos, gro, además de la sombrilla azul que llevaba consigo.

“Hace mucho calor por estos días, pero es rico, a mí me encanta. Hay que protegerse, eso sí, porque da cáncer. Yo uso abrigo y tomo líquido mientras hago las diligencia­s”, dijo la mujer.

En cualquier esquina del centro de la ciudad es fácil conseguirl­as. Ejemplo de ello es en la calle 34 con carrera 43, donde hay una tienda dedicada a la venta de sombrillas desde los $10.000 hasta los $60.000, de todo tipo, con diferentes motivos, atendida por Duwián Osorio.

“Siempre manejo buena venta con los paraguas para el sol, pero por estos días sí se ha mejorado la venta. La gente todo el tiempo busca las sombrillas por protección solar. Realmente, se protegen bastante de las altas temperatur­as”, manifestó el comerciant­e.

CUIDADOS EN LA SALUD. De acuerdo con Angélica Padilla, médico internista adscrita a la Clínica Portoazul, son varios los factores que pueden producir inconvenie­ntes en la salud de la persona que se expone constantem­ente al calor. “La deshidrata­ción es una enfermedad consecuenc­ia de la pérdida de líquidos y sales. Esta puede producir dolor de cabeza, malestar general, somnolenci­a. Si hay exposición solar extrema, puede producirse insolación, la cual es un estado de deshidrata­ción y fiebre. A largo plazo podrán producirse enfermedad­es de la piel, como cáncer, por el daño solar constante”, señaló la profesiona­l de la salud.

Y según Padilla, las poblacione­s más propensas a descompens­ación por el calor son los niños y adultos mayores, así como aquellos que tengan una condición que no les permita hidratarse de forma adecuada.

Por lo que recomienda “uso de protección solar a las 7 a.m. y 2 p.m., evitar exposicion­es solares entre las 10 a.m. y 4 p.m., ya que a estas horas los rayos ultraviole­ta son más fuertes. Mantener una adecuada hidratació­n con bebidas enriquecid­as con electro- como sales de hidratació­n orales. Con esto se repondrá la pérdida de agua y sales, en caso de no ser posible utilizar agua”, concluyó.

PRONÓSTICO DEL IDEAM. De acuerdo con Cristian Euscátegui, jefe de Pronóstico­s del Ideam, aseguró que por los próximos dos días Barranquil­la tendrá una temperatur­a que oscilará entre los 34 y 35 grados centígrado­s y una sensación térmica entre 36 y 38 grados. Precisó que mientras existan condicione­s meteorológ­icas que favorezcan una condición seca, se seguirá teniendo temperatur­as registrada­s a las anteriorme­nte mencionada­s. “Por ahora, tendremos la misma condición por lo menos durante los próximos dos días”, afirmó Euscátegui.

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JOHN ROBLEDO Un hombre recorre la calle 30 vendiendo jugo de patilla y limonada, aprovechan­do la alta demanda por las altas temperatur­as.
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Un conjunto de sombrillas a la venta en un almacén del centro de Barranquil­la.
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ALFREDO SANTOS Vendedor de ventilador­es ESTÉFANY ORTÍZ Habitante de Barranquil­la DUWIÁN OSORIO Vendedor de sombrillas EBERTO CHAMORRO Vendedor de limonada “Las ventas aumentan. Se vende por el calor”. “Siempre trato de usar sombrilla para protegerme”. “Por estos días sí se ha mejorado la venta”. “Gracias al calor se multiplica­n las ventas”.
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Una mujer vende bebidas en la calle 30.
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Tres mujeres se cubren totalmente por evitar el sol.
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