El Heraldo (Colombia)

Emotivo adiós a Antonio Celia Cozzarelli

En la Iglesia Inmaculada Concepción se ofició la misa de cenizas de Antonio Celia Cozzarelli, quien falleció el domingo a sus 86 años.

- Por Keryl Brodmeier

“Te amamos y te extrañamos ya, pero el cielo tiene desde hoy una estrella”. Con estas sentidas palabras Jaime Celia despidió a su abuelo, Antonio Celia Cozzarelli, quien falleció el domingo a sus 86 años.

El ilustre empresario, que fue columnista de EL HERALDO y representa­nte de diferentes gremios de la ciudad, es recordado por su humanidad y sensibilid­ad.

“Único, creyente, generoso, complacien­te y pícaro. Su chispa permaneció hasta el final”. Así lo describió su nieto Jaime en la misa de cenizas celebrada ayer en la Iglesia Inmaculada Concepción, a la que asistieron personalid­ades destacadas en la política, cultura, negocios y otros sectores de la sociedad barranquil­lera, que cumplieron la cita para brindar el último adiós a un hombre que se destacó por su don de gente y su habilidad para hacer amigos.

La eucaristía, oficiada por el párroco Claudio Blanco, se inició a las 3:30 de la tarde. Al acercarse la hora de las exequias, cientos de personas, entre familiares, amigos y conocidos, arribaron al último encuentro con este querido ‘hijo de La Arenosa’.

El sacerdote lo recordó como “un amigo personal y un conversado­r innato”. Sus hijos Antonio, Gian Piero, Carla y Ricardo estuvieron acompañado­s del cariño y el respeto que sus allegados sentían por su padre, un personaje que con su pluma plasmó a la Barranquil­la de antaño, reminiscen­cias que en el 2012 le llevaron a publicar el libro El placer de recordar.

‘Tonino’ –como era conocido– fue hijo de un inmigrante italiano, Antonio Celia Vitola, y de Rosina Cozzarelli, colombiana con ascendenci­a europea.

“Fue un amigo personal y un conversado­r innato”.

CLAUDIO BLANCO Sacerdote Iglesia Inmaculada.

Se casó con Cecilia Martínez-Aparicio, con quien llevaba 63 años de matrimonio y tuvo cuatro hijos que se desempeñar­on en diferentes áreas de gran importanci­a para la ciudad. Allegados lo definen como un hombre dedicado a su familia y amante del hogar, destacado por su cariño hacia la ciudad, de memoria prodigiosa y gran sensibilid­ad social.

Se graduó del Colegio Biffi La Salle en el año 1947, y estudió Administra­ción de Empresas en la Universida­d de Columbia de Nueva York. Fue gerentepro­pietario de la fábrica de calzado Trevi Ltda., presidente de la junta directiva del Country Club de Barranquil­la de 1984 a 1988, presidente de la jun- ta asesora del Asilo San Antonio y miembro de la junta consultiva del Banco de la República, entre otros cargos.

Terminada la misa, Antonio Celia Maestre, otro de sus nietos, leyó una de sus columnas, escrita y publicada hace siete años en EL HERALDO, titulada No Puedo.

“No puedo olvidar los cánticos religiosos que entonábamo­s en la misa del Colegio Biffi y que aún tatareo cuando me encuentro solo, sin que nadie me escuche y pueda pensar que estoy loco”, cita una de las nostálgica­s frases del texto, que teniendo como colofón el sonar de los aplausos le dio el último adiós a un personaje insigne de Barranquil­la.

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Aspecto de las exequias.
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HANSEL VáSQUEZ La misa de cenizas celebrada en la Iglesia Inmaculada Concepción.

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