Que vergüenza
Los Fondos para la Paz donados por países y entidades extranjeras hurtados en casi treinta mil millones de pesos. Alto oficial de la Fuerza Aérea se estaba robando dineros especializados según las informaciones de prensa. El más grande cargamento de cocaína cae en España proveniente de Colombia. Uno de los jefes más notables de las Farc es detenido por pruebas contundentes de tráfico de estupefacientes. En el Congreso se aprueba que pase a la comisión respectiva la investigación de un Magistrado de las altas cortes por estar seriamente comprometido en comisiones favorecedoras. Todo lo anterior apenas mencionando algunos casos, sin traer a colación la embestida de Odebrecht, lo del problema de Reficar que nunca acaba de investigarse, las trampas con los alimentos de los niños o los carteles de la hemofilia, en fin, duele seguir repasando la lista que es grande, bastante penosa ante nacionales y ante extranjeros.
El panorama es devastador: por todos los rincones, espacios, instituciones, entes oficiales, por todas partes repetimos, estamos inundados de corrupción dejando nuestro nombre tan sucio que ya en los medios de comunicación internacionales aparecemos como “Brasil y Colombia los países con los más altos índices de corrupción”. Pero además tenemos otras perlas: las disidencias de la Farc o sea cada día mas criminales saliéndose de los acuerdos para volver a morder el monte que es lo que les gusta; los famosos clanes que devoran, bienes y honras; el Eln que procede de la manera más absurda y estúpida que se pueda concebir enclaustrados en un planetario concepto bien distante de la realidad actual colombiana; y el atraco diario, con cifras tan deprimentes como el robo cada día en todo el país de dos mil celulares. Y el asesinato, el secuestro, la violencia doméstica y con niños, los doscientos mil millones de pesos anuales que los centros comerciales reportan como mercancías robadas.
La pregunta del millón amables lectores es tan simple y al mismo tiempo tan aterradora: ¿en que país vivimos? Que es lo que están presenciando y vivenciando los menores de hoy, los que van a manejar el país mañana? Dónde está la autoridad, para qué sirve el poder, cuándo vamos a presenciar que la justicia no deje libre a los delincuentes o que los califique como merecedores de casa por cárcel cuando son detenidos y se les descubre seis anotaciones anteriores por diversos delitos?
Algo muy grave nos está sucediendo, tan grave que sobrepasa los reclamos, las quejas los requerimientos, las solicitudes de buscar más empleo, mejor atención en salud, más educación, más vivienda, menos impuestos. ¿Por qué el gobierno muestra esa apatía insólita, vergonzante, atemorizada, cómplice sería mejor agregar, en donde lo único que se comprueba es una complacencia macabra con las mil formas de corrupción? Si no salimos de esta encrucijada fatal el país se hará añicos. Podríamos fácilmente regresar a aquellos tiempos macabros que vivió Ruanda o Libia o que hoy vive Venezuela donde se asesina por un plato de comida a diario. Estamos ante esa nueva encrucijada señores del nuevo gobierno sean quienes sean. Qué opinan los que piensan llegar?