Tarjeta roja
Primer Tiempo. Dolor de patria. Vergüenza infinita. Pena ajena. No sé usted, pero eso fue lo que yo sentí tras ver los videos en los que quedó en evidencia la repudiable actuación de un colombiano que se aprovechó de la nobleza de unas hinchas japonesas, humillándolas de la manera más ruin mediante el uso de un lenguaje vulgar y sexista que no solo constituyó una ofensa para ellas, sino que atentó contra la dignidad de todas las mujeres.
El impresentable señor, detrás de este agravio, ofreció disculpas públicas y se refirió al episodio como una “broma entre amigos que se le salió de las manos”. Lamentable machismo que nos condenó una vez más al escarnio internacional.
Segundo Tiempo. También resultó condenable el mensaje de Twitter, que se volvió viral y en el que un desadaptado sugirió que al volante de la Selección Colombia Carlos Sánchez, expulsado a los 3 minutos del partido contra Japón, le sucediera lo mismo que al defensa Andrés Escobar, asesinado tras un autogol en el Mundial de Estados Unidos hace 24 años.
“Les propongo un sueño”, decía el trino en la cuenta @HumoAguilaFPC que iba acompañado de fotografías de Escobar y Sánchez, y que luego fue borrado. Lo más increíble es que este despropósito generó apoyos de otros tuiteros que hasta llegaron a considerar “cómo debían matar al deportista”. Vergonzosa actitud que no es chiste y que nos confirmó como una sociedad violenta, agresiva e intolerante.
Tercer Tiempo. Cuando parecía que ya no podíamos soportar una afrenta más a la dignidad, al respeto y a la sensatez que tanta falta nos hacen en este país; en el Congreso los “padres de la patria” nos recordaron porqué el Legislativo es uno de los escenarios que más rechazo provoca entre los colombianos.
En el debate sobre la ley de sometimiento de las bandas criminales, la senadora Claudia López de la Alianza Verde escribió en su cuenta de Twitter @ClaudiaLopez “Senador del Centro Democrático Luis Alfredo Ramos Maya se declara impedido para votar el proyecto de sometimiento de las Bacrim porque un familiar (su padre Alfredo Ramos Botero) está investigado. Es decir que acepta que su padre perteneció o pertenece a una Bacrim... Qué bonita familia...”. Minutos después, Ramos llamó “vieja HP” a Claudia. Las cámaras de televisión registraron el insulto. Repudiable trato.
A mis hijos, Lucía y Alejandro, de 9 y 5 años, para que adquieran conciencia de su responsabilidad les repito una y otra vez que somos seres libres, pero que cada uno de nuestros actos tiene consecuencias para nosotros y para los demás. Una lección que espero les facilite la vida.
Sin embargo, hoy es frustrante ver cómo a tantos que reivindican la libertad como un derecho sagrado e imprescriptible, se les olvida que no todo vale cuando elegimos actuar. Reflexionemos, no podemos seguir pasando por encima de todo y de todos. Ser libres nos exige ser responsables. Cuando lo entendamos, encontraremos el sentido a lo que hacemos y seremos más felices y plenos.
PD: ¡Vamos Colombia!