HABLEMOS DE FÚTBOL Lección croata
JAVIER CASTELL LÓPEZ Las explicaciones mayores sobre la situación del fútbol argentino y su Selección, según los propios analistas de este país, tienen en la desorganización e incapacidad dirigencial el origen de tan magro momento.
También, son drásticos y condenan a los demás actores, futbolistas y entrenadores. No hay dudas de lo mal que juega argentina, y no de ahora, pero casi siempre maquillado por el talento de Messi.
El jueves se topó con un verdadero equipo: Croacia, que lo derrotó 3-0 y lo avergonzó ante el mundo futbolero con tres claves tácticas. Primera, lo presionó en la salida de los defensas y el arquero para obligarlo a dividir el balón. En una de esas acciones caballero pifió en el pase como antesala del primer gol.
Segunda, eliminó a Messi del radar del resto sin golpearlo. Lo enjauló (con Modric, Rakitic y Brozovic) y evitó que le dieran pases.
Tercera, atacó con decisión el sector de los seudolaterales argentinos (Salvio y Acuña). Una lección táctica de un equipo con jugadores muy ricos técnicamente y sin pretensiones de lucimiento personal.
JROSTOV, RUSIA. avier es una estrella en las redes sociales. Su cuerpo estuvo en San Petersburgo, Moscú y Rostov del Don, se tomó fotos con hinchas y policías y visitó estadios y ‘fanzones’ con la bandera mexicana en su espalda, sin siquiera haber dejado su país, porque Javier es un hincha de cartón. Roberto, Matthew y Daniel pensaban que el autobús magníficamente decorado en el que recorrerían Rusia siguiendo los pasos de la selección azteca llamaría la atención de los rusos y la prensa. Fue el caso, pero nada que ver con la locura que desata Javier, una de las estrellas sin presencia física en el Mundial-2018.
Javier debía formar parte del viaje, como lo habían programado al inicio de la aventura en el mes de febrero en Durango, en el centro de México. Pero al final se bajó a último momento.
“Nunca nos dijo realmente por qué no vino. Entonces nos dijimos que, de una manera u otra, tenía que pagar por lo que hizo”, cuenta Matthew, el chico mexicocanadiense de la banda.
Con gran originalidad, imprimieron en un cartón en tamaño real una foto ampliada a escala de Javier, un chico con barba y pinta de simpático, pero con una playera que no le juega a favor: “Mi novia no me dejo venir”.
POLICÍAS Y SELFIES. Lo llevaron a pasear por todas partes. Y la potencia de las redes sociales hizo el resto, para convertirlo en una estrella ‘fantasma’ del Mundial.
“No nos esperábamos para nada estas reacciones. Se convirtió en algo enorme desde el principio. Recibimos mensajes de amigos desde Grecia, Portugal, China o Chile, de todos lados, diciéndonos que se hablaba mucho de esta historia”, comenta Matthew.
Javier “está en todos lados, en los bares, en los sitios turísticos, ha bebido cervezas. A todos lados donde vamos, nos piden ‘la foto, la foto’, y todos siempre nos reciben con mucha alegría”, explica Daniel, uno de los nueve ocupantes del autobús bautizado ‘La Bendición’.
Estacionado en las afueras de Rostov del Don, al lado de un hotel barato donde se alojan estos viajeros antes del partido México-Corea del Sur, Javier ve como su estatus de estrella se agiganta.
Las selfies se multiplican, la gente común que pasa por allí quiere un recuerdo y se hace selfies, incluso un policía que luego controlará cuidadosamente los papeles del vehículo.
LA CUCARACHA. Es verdad que ‘La Bendición’ no pasa desapercibida por su decoración, sus luces y una bocina que, cuando suena, entona la famosa canción ‘La Cucaracha’.
“Es un autobús escolar. Le quitamos los asientos y con la ayuda de mis amigos lo modificamos y lo pintamos con elementos tradicionales mexicanos, para mostrarle al mundo la cultura mexicana”, explica Roberto.
El interior también fue modificado y mejorado para emprender el viaje, con camas, televisión, heladera y hasta microondas.
El recorrido inicial, que partía de Durango para llegar a Rusia vía España y Francia, cambió. ‘La Bendición’ llegó en barco directamente a Alemania y de allí emprendió viaje por ruta hasta Rusia, donde Javier sigue siendo su ocupante más célebre.