Solicitud de indemnización
La temática pretendida para publicación es la siguiente: hace 14 años, abordé en el aeropuerto de Guayaquil un avión de Aeropostal (Alas de Venezuela). En pleno espacio aéreo venezolano concurrí a los servicios higiénicos (que en esa oportunidad se hallaban imposibles) y sobre el piso había ligeramente desparramada una materia cremosa, por eso fui víctima de un brutal resbalón, que provocó la pérdida parcial en un 90% del dedo índice de mi mano izquierda. Luego del incidente, después de un largo año, peregrinando por hospitales y centros de salud, logré presentar por medio de un abogado, no vidente y acérrimo hermano en Cristo, una demanda judicial que en autos fue catalogada como “daño moral” al interponer mi hija una carta, reclamando mi asistencia económica prometida para ella y mis nietos; por ser madre soltera dependía de mí al igual que sus hijos (es el único arraigo vital que poseo con la tierra ecuatoriana)… Mi joven hija notarió y apostilló dicha carta y la envío con dirección de la cancillería Argentina, organismo que le asignó al doctor Díaz, mi abogado.
Desde ese entonces y a la fecha, el juzgado civil y mercantil que procesa el caso no emitió ninguna resolución, pese a haber agotado de mi parte todos los recursos legales jurídicos. Destaca en el código civil y comercial, respaldado por los convenios de La Haya, que cuando una compañía quiebra, el gobierno de la bandera es responsable del pago de costos e indemnizaciones a las víctimas que transitan en una nave o avión en el espacio aéreo y acuático del país.
Ricardo Osvaldo Barraza barrazaro1938@hotmail.com